Euronext relanza su ofensiva en España tras captar medio centenar de cotizadas

El mercado de las salidas a bolsa se muestra agitado en las últimas semanas. El estreno en Wall Street de Birkenstock, este miércoles, ha sido la última gran prueba de la reapertura de este canal, que en España se viene percibiendo en forma de una avalancha de noticias sobre empresas que planean dar el salto al parqué en los próximos meses.

La sensación de que las circunstancias actuales favorecen el atractivo de las OPV (ofertas públicas de venta) frente a otras alternativas de financiación —crédito bancario, capital riesgo…— alimenta las esperanzas de la bolsa española de recibir en los próximos trimestres un amplio número de nuevos inquilinos. Pero BME, el gestor del mercado nacional, podría encontrarse con la competencia de otras bolsas a la hora de atraer a esos nuevos interesados. No en vano, cada vez son más las empresas españolas que cotizan en bolsas extranjeras.

Uno de los casos más recientes lo ha protagonizado QEV. El grupo heredero de las instalaciones de la antigua Nissan Barcelona inició la semana pasada su andadura en bolsa, tras fusionarse con Spear, una SPAC cotizada en la bolsa de Ámsterdam, gestionada por Euronext.

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Precisamente, Euronext ha sido una de las plataformas bursátiles internacionales más activas a la hora de atraer cotizadas españolas, hasta el punto de que, hasta la fecha, alrededor de medio centenar de empresas nacionales se han animado a cotizar en una de sus siete bolsas. Y el grupo liderado en España por Susana de Antonio aspira a seguir engordando estas cifras.

"Creemos que puede ser un buen momento para captar el interés de empresas que vean en la bolsa una forma atractiva de conseguir financiación de forma eficiente. Y pensamos que en España hay buenos candidatos", señala la directiva de Euronext.

Para llevar a buen término sus planes, el grupo prepara el lanzamiento de una nueva edición de su programa IPOReady, una especie de taller de formación para que directivos de distintas empresas amplíen sus conocimientos en diversos ámbitos sobre lo que podría aportarles (y las obligaciones que conllevaría) el salto a la bolsa.

A lo largo de los seis meses que dura el programa, que cumple su sexta edición en España (anteriormente bajo la denominación TechShare) y que está previsto que se inicie a partir del próximo enero, las empresas participantes recibirán sesiones de coaching, cursos temáticos en áreas como la tecnología, las actividades ESG y las tendencias del mercado, y podrán participar en un campus europeo con los participantes de otros países, con el fin de fomentar la interacción y el networking entre compañías.

De Antonio admite que España es un mercado en el que existe poca penetración cultural de los mercados financieros y la posibilidad de cotizar. De hecho, de los más de 140 participantes en la última edición, España tan solo aportó 10, muy lejos de los 39 de Francia, los 22 de Italia o los 19 de Alemania.

Con todo, la nómina de empresas españolas que ya han pasado por este programa durante sus primeros cinco años de existencia abarca un amplio conjunto de nombres entre los que se pueden señalar firmas como Ability Pharma, Accure Therapeutics, Nuubo, Universal Diagnostics, Anfix, Clikalia, Hiperbaric, Parlem, Wallbox (actualmente cotizada en Estados Unidos) o, entre otras muchas, la ya citada QEV, que ha sido el primero de los alumni españoles de TechShare en dar el salto al parqué —hasta la fecha, sin registrar ningún cambio en su cotización—. En total, ya son casi una treintena los grupos europeos que han dado el salto al parqué tras pasar por este curso de preparación.

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La responsable de Euronext en España confía en que, poco a poco y a medida que se acumulan las referencias de éxito, este tipo de iniciativas propicie un creciente interés por parte de los empresarios para informarse y explorar la vía de la salida a bolsa como una de las alternativas de financiación a su alcance.

Para la nueva edición del taller, el grupo bursátil presenta entre las principales novedades, además del cambio de nombre (que pretende hacerlo más atractivo a empresas de sectores ajenos a la tecnología), la incorporación de la escuela de negocios Insead como socio académico, así como la voluntad de poner un mayor foco en las cuestiones ESG y en la creación de nexos de unión entre los participantes (actuales y pasados) del programa. "Queremos que se forme una gran comunidad entre empresas, que puedan ayudarse también en sus necesidades", observa De Antonio.

Entre los socios de Euronext para el desarrollo de este programa en España, se encuentran nombres de referencia en distintos ámbitos, como Baker & McKenzie, BBVA, Berenberg, Grupo Albión, Morrow Sodali, PwC, Gómez-Acebo & Pombo o la Asociación Española de Startups.

QEV ha sido el primer 'alumni' español del programa en saltar a una bolsa europea

Los movimientos de Euronext se producen en un momento en que el gestor de la bolsa nacional, BME, está intensificando también sus esfuerzos para crear un ecosistema atractivo de acceso a los mercados a las pequeñas empresas, a través de plataformas como el mercado alternativo BME Growth.

Sin embargo, desde Euronext consideran que el tipo de compañías a las que ellos se dirigen es diferente al que suele buscar acomodo en BME Growth. "Nosotros solemos dirigirnos a grupos con fuerte presencia internacional, o con vocación de crecer internacionalmente, a los que cotizar en nuestras bolsas les aporta una mayor visibilidad internacional y acceso a inversores internacionales", observa De Antonio, que recuerda que en Euronext existen más de 700 compañías con un perfil tecnológico, y también un amplio número de empresas en ámbitos como el biotecnológico. "Esto significa que hay ya una amplia base de inversores con conocimiento e interesados en este tipo de negocios, que en otros mercados están muy poco representados", apunta.

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El reciente traslado de Ferrovial para cotizar en la Bolsa de Ámsterdam ha sido uno de los movimientos más mediáticos que ha protagonizado una empresa española para cotizar en uno de los parqués gestionados por Euronext. Con ese paso —y al margen de polémicas políticas o fiscales— parecían ponerse en valor dos fortalezas de esta plataforma: por un lado, la concentración de una base más amplia y especializadas de inversores internacionales y, por otro, la mayor oportunidad que representa (en ausencia de modificaciones técnicas en España) para dar el salto a Wall Street, que fue la principal justificación de Ferrovial.

Con todo, durante las primeras semanas de cotización del grupo de los Del Pino en Ámsterdam, algunos medios cuestionaron la eficacia del movimiento, señalando el peor desempeño del grupo español de infraestructuras en el mercado neerlandés que en el español. Sin embargo, transcurridos casi cuatro meses desde el salto de Ferrovial a Ámsterdam, el rendimiento de la acción en uno y otro parqué es muy similar.

Entre los nombres más reconocidos de empresas españolas que se han animado a cotizar en alguno de los mercados de Euronext destacan firmas como Allfunds o la socimi Montepino, empresas a las que esta apuesta no les ha generado hasta la fecha unos rendimientos favorables. Desde la plataforma bursátil no temen, en cualquier caso, que estos malos resultados puedan desincentivar el interés de otras empresas por cotizar en sus mercados. "No creo que la evolución bursátil tenga que ver con dónde coticen, sino con las condiciones del mercado y de sus sectores. Lo importante es que en nuestros mercados han tenido y siguen teniendo acceso a importantes flujos de capital", señala la directiva.