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Las empresas hacen cola para usar la primera ventana para emitir bonos basura en 2023
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TECHO EN LOS TIPOS

Las empresas hacen cola para usar la primera ventana para emitir bonos basura en 2023

Se espera que hasta 20 empresas relevantes en Europa salgan al mercado de capitales entre septiembre y octubre tras un parón de varios meses

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Con el techo de los tipos y un impasse antes de que la economía pueda acabar de descarrilar en recesión, los expertos ven una ventana técnica para acudir al mercado de capitales con nombres de menos solvencia que no se había visto en meses. Es la primera oportunidad en 2023 para emitir bonos basura.

Los asesores especializados en el segmento de high yield (bonos de alto rendimiento, sin grado de inversión, que es la nota de solvencia elevada de las agencias de rating) o préstamos apalancados (leveraged loans) ya tienen una lista de 20 nombres propios europeos de relevancia que tienen previsto acudir al mercado entre septiembre y octubre, según fuentes financieras.

Foto: Luis de Guindos y Christine Lagarde, vicepresidente y presidenta del BCE. (Reuters/Wolfgang Rattay)

Se trata de una ventana que se abre ante el fin del ciclo de subidas de tipos de interés, después del alza del Banco Central Europeo (BCE) hace una semana, hasta el 4,5%, mientras que a la Reserva Federal (Fed) podría quedarle un único movimiento adicional. Asimismo, aunque las perspectivas macro están empeorando, con datos de contracción en la industria manufacturera, la resiliencia del mercado laboral y del sector servicios aún mantienen el apetito inversor. Es cierto que si mejoran las perspectivas económicas, y se modera más de lo esperado la inflación, el escenario podría ser mejor en 2024. Pero existe el riesgo de que ocurra lo contrario, y que desaprovechar esta ventana implique tener que acudir al mercado a precios prohibitivos.

Hay que tener en cuenta que en muchos casos las empresas acuden para refinanciarse ante próximos vencimientos, con lo que deben obtener liquidez antes de una fecha concreta. Así, entre el último año y medio y dos años antes de dicho deadline, los emisores tantean al mercado para encontrar ventanas como esta.

Junto a las razones macro, también se suma a construir esta ventana el hecho de que hay inversores a la espera de comprar papel. "En el mercado Leveraged Finance (deuda de alto rendimiento y préstamos apalancados) estamos en uno de esos momentos que llamamos una ventana de mercado. Por una parte, existe un consenso en cuanto al fin del ciclo de subida de tipos (con recortes previstos en el próximo año), la progresiva contención de la inflación y la expectativa de una ralentización moderada de la actividad económica, lo cual aporta una cierta visibilidad del entorno macroeconómico que favorece la toma de decisiones de inversión y de financiación", arguye Javier Gómez Hernández, managing director leveraged finance en BNP Paribas.

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La otra razón, añade el experto, es que "tenemos un buen momento técnico de mercado. Tras varios meses con un volumen muy bajo de operaciones, debido a que los emisores que no tenían necesidades inmediatas han estado esperando a unas condiciones mejores de mercado, los inversores de deuda han ido acumulando progresivamente liquidez que en este momento están dispuestos a invertir en nuevas operaciones con unas condiciones atractivas para ellos. Esta demanda acumulada, a su vez, ha permitido una recuperación de los precios en el mercado secundario y una expectativa positiva para los emisores respecto a los términos a los que podrán financiarse".

Esta semana, al otro lado del Atlántico, se ha reabierto el mercado de los préstamos apalancados con el procesador de pagos WorldPay. Un grupo de bancos liderados por Goldman Sachs y JP Morgan lanzaron una venta de deuda de 4.400 millones para financiar la compra por parte de GTCR de una participación mayoritaria en la empresa, según Bloomberg.

Es una operación relevante que muestra que hay una ventana que se acaba de abrir con la estabilidad de tipos de interés

Se trata de una operación relevante que muestra que hay una ventana que se acaba de abrir con la estabilidad de tipos de interés y el apetito de los inversores. La oferta ha sido de entre 3,5 y 3,75 puntos porcentuales sobre la Secured Overnight Financing Rate (SOFR), que esta semana está por encima del 5%. Que los bancos de inversión se aventuren a liderar este tipo de operación, que es lucrativa si hay interés de los inversores, puede ser desastrosa en mercados cambiantes por tener que quedarse el papel y acabar vendiéndolo con descuento, implica que ven que creen que hay apetito.

Esta ventana "supone una gran oportunidad para los emisores", insiste Javier Gómez, de BNP, uno de los bancos más activos en el mercado, recomendando a los clientes sin grado de inversión aprovechar para emitir entre septiembre y octubre y asegurar sus próximas necesidades de liquidez.

"En el mercado europeo, estimamos más de 20 operaciones que pueden salir al mercado tras el verano, principalmente bonos high yield (más que préstamos apalancados) y refinanciaciones (frente a M&A). Dada la dificultad de tener visibilidad sobre la duración de cada ventana y que la liquidez acumulada es limitada, nuestra recomendación es adelantar la salida al mercado", comenta Gómez. "Salvo por razones específicas de cada emisor o transacción, en principio no consideramos recomendable esperar a 2024 para salir al mercado. Además de la profundidad de la liquidez acumulada por los inversores y de otros factores más difíciles de predecir (por ejemplo, los geopolíticos), vemos el riesgo de que el escenario macroeconómico previsto sea peor que lo esperado, lo cual podría afectar al sentimiento general de mercado", avisa.

Foto: Jerome Powell. (Reuters) Opinión
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Ya después del verano, ha habido varias emisiones high yield a costes inferiores a los que habrían sufrido hace meses. Boels obtuvo financiación de 400 millones este mes al 6,25%, nivel que redujo sobre lo previsto por la demanda. Otro ejemplo ha sido el de Banijay, que ha captado 540 millones al 7% y 400 millones al 8,125%.

El diferencial actual del high yield con la tasa libre de riesgo, el bund alemán, está en 400 puntos básicos. Se trata de una valoración muy ajustada, según explicaban esta semana en M&G, firma que recuerda que la cotización de los emisores con un spread de más de 1.000 puntos básicos anticipa una ratio de impagos de entre el 3% y el 4% en un año, nivel inferior al de otras crisis económicas.

De hecho, el índice de high yield en euros de Bloomberg se revaloriza en lo que va de año un 7%, después de un año de caídas en 2022. "Se ha ganado más en high yield que en investment grade en lo que llevamos de año", señala Rafael Valera, CEO y gestor de Buy & Hold. "La deuda subordinada, que es donde encontramos las oportunidades más claras, cuenta con rating high yield en su mayoría. No obstante, actualmente vemos más valor en emisiones investment grade y, por esto, hemos incrementado posiciones en este segmento".

Con el techo de los tipos y un impasse antes de que la economía pueda acabar de descarrilar en recesión, los expertos ven una ventana técnica para acudir al mercado de capitales con nombres de menos solvencia que no se había visto en meses. Es la primera oportunidad en 2023 para emitir bonos basura.

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