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Ni el BCE se cree su propia previsión de crecimiento: la recuperación se retrasa
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Se retrasa aún más la aceleración

Ni el BCE se cree su propia previsión de crecimiento: la recuperación se retrasa

La entidad ha realizado una "rebaja significativa" en sus previsiones de crecimiento hasta el 0,7%, pero todavía parece optimista si se tiene en cuenta el estancamiento de la actividad durante el verano

Foto: La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (EFE/Ronald Wittek)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (EFE/Ronald Wittek)
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El Banco Central Europeo (BCE) no quería seguir subiendo los tipos de interés en esta reunión de septiembre, pero la realidad terminó imponiéndose. La inflación se ha enquistado por encima del 5% (con los carburantes en pleno ascenso), lo que no ha dejado margen a la entidad. Y eso a pesar de que varios miembros de su consejo de gobierno votaron por mantener los tipos de interés sin cambios. Quienes reclamaban prudencia empiezan a estar preocupados por las rebajas permanentes en las previsiones de crecimiento de la eurozona, ya que la recesión amenaza en el horizonte.

La entidad recortó una vez más su previsión de crecimiento ante los pobres datos económicos recopilados en los últimos meses. En su explicación reconocía que se trataba de una "rebaja significativa", al pasar del 0,9% al 0,7%. Un recorte de dos décimas que, aun así, parece ser insuficiente salvo que se revisen los datos del inicio del ejercicio.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante la rueda de prensa de este jueves. (EFE/Ronald Wittek)

El perfil trimestral de crecimiento que dibuja el BCE apunta a un estancamiento total de la economía europea en el tercer trimestre del año con una variación del 0,0%. Los indicadores adelantados que se han publicado también apuntan a un trimestre complicado. Por ejemplo, el PMI de la eurozona lleva tres meses (desde junio hasta agosto) anticipando una contracción de la actividad del sector privado. "La actividad empresarial de la eurozona se contrajo a un ritmo más acelerado en agosto al tiempo que la caída se extiende desde el sector manufacturero al servicios", señalaba S&P en la publicación del informe de agosto.

Si el PIB se estanca en el tercer trimestre sería necesario un avance del 0,6% en el último trimestre para conseguir un crecimiento anual del 0,7%. Una cifra que nadie espera en la actualidad, ni siquiera el propio BCE. En su gráfico de proyecciones anticipa un crecimiento inferior al 0,3% en el cuarto trimestre, lo que dejaría el crecimiento total del año entre el 0,6 y el 0,5%. La propia presidenta de la entidad, Christine Lagarde, reconoció el jueves que "la recuperación que esperábamos para la segunda mitad de 2023 se retrasa" a 2024. "Vamos hacia un periodo de cuatro trimestres de crecimiento muy lento", asumió la presidenta de la entidad.

El problema es que estas previsiones de crecimiento trimestrales dibujan un año de un crecimiento claramente inferior al 0,7% y más cerca del 0,5%. Esto es, tendría que haber asumido casi el doble de recorte de las previsiones. Si dos décimas ya significaban una "rebaja significativa", el doble de recorte hubiese supuesto un gran golpe para las expectativas de los agentes económicos.

Foto: El consumo resiste a la inflación y los tipos de interés. (EFE/David Arquimbau)

El BCE ha optado por ser prudente con su estimación de crecimiento aunque ello suponga superar las expectativas del consenso de mercado. El panel de analistas que encuesta mensualmente Bloomberg también apunta a un estancamiento del PIB de la eurozona en el tercer trimestre, pero en el cuarto espera un rebote mínimo, de apenas el 0,1%. Esto significa que el dato agregado de crecimiento sería del 0,5%, esto es, poco más de la mitad de lo que esperaba el BCE antes del verano.

En cualquier caso, el recorte de las proyecciones de crecimiento que ha realizado el BCE obliga a rebajar también las del año 2024. El motivo es que la economía entrará con menor dinamismo en el próximo año y el efecto carry over será muy inferior. La entidad ha bajado su previsión desde el 1,5% al 1%. "Tres cuartas partes se debe al menor efecto carry over de 2022", señaló Lagarde.

La presidenta del BCE quiso trasladar el mensaje de que la economía volverá a crecer desde el inicio de 2024. Sin embargo, la expectativa de la recuperación económica se sigue retrasando. Por ejemplo, hace un año esperaba que a estas alturas de 2023 Europa estaría creciendo a ritmos sostenidos del 0,5%. Pero los datos europeos han decepcionado casi cada mes y siguen haciéndolo.

El Banco Central Europeo (BCE) no quería seguir subiendo los tipos de interés en esta reunión de septiembre, pero la realidad terminó imponiéndose. La inflación se ha enquistado por encima del 5% (con los carburantes en pleno ascenso), lo que no ha dejado margen a la entidad. Y eso a pesar de que varios miembros de su consejo de gobierno votaron por mantener los tipos de interés sin cambios. Quienes reclamaban prudencia empiezan a estar preocupados por las rebajas permanentes en las previsiones de crecimiento de la eurozona, ya que la recesión amenaza en el horizonte.

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