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La banca pierde poder en el Ibex mientras se reduce su peso en la economía real
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CRECE LA FINANCIACIÓN ALTERNATIVA

La banca pierde poder en el Ibex mientras se reduce su peso en la economía real

Los bancos no han perdido su capacidad comercial con las familias y acaparan su ahorro, tanto a nivel de cuentas corrientes y depósitos como en seguros de ahorro, fondos de pensiones o fondos de inversión

Foto: El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, escuchan a la presidenta del Banco Santander, Ana Botín. (EFE)
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, escuchan a la presidenta del Banco Santander, Ana Botín. (EFE)
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Hace no tantos años, los banqueros españoles se reunían periódicamente para fijar los tipos de interés. Las grandes entidades mantenían un férreo oligopolio para el que las normas de Competencia y otros poderes públicos quedaban de lado. Después del crecimiento y caída de las cajas, los bancos vuelven a ser un oligopolio, pero con un poder menguante.

Los banqueros tienen una de sus principales preocupaciones en la reputación del sector financiero. Suelen comentar que la percepción del sector es negativa, aunque luego no lo es tanto individualmente, cuando al cliente se le pregunta por su banco. En cualquier caso, es algo que preocupa y ocupa, en la medida en que son conscientes de que a peor reputación, más probabilidades de litigios o de medidas que impacten en su cuenta de resultados, como el impuesto especial y temporal que estableció el Gobierno de Pedro Sánchez.

Foto: José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (EFE/Javier Lizón)

Esta percepción negativa se exacerbó con la Gran Crisis Financiera y el posterior aluvión de impagos y desahucios, así como las preferentes o las cláusulas suelo. Aunque todo esto queda lejos, y se han mejorado los procesos de comercialización, dicha percepción no se ha disipado, e incluye también una imagen de poder. Una capacidad de dominio a través de sus tentáculos como financiador, ya que el canal bancario sigue siendo el más relevante, aunque la financiación alternativa gana peso. Además, la banca tiene presencia en el capital de empresas clave, pero es algo que va a menos.

Durante el último mes, ha habido dos ejemplos que certifican esta tendencia descendente en el poder de la banca en el ámbito empresarial. Uno ha sido la sentencia de homologación del plan de reestructuración de los acreedores de Celsa, y el otro la toma del 9,9% de Telefónica por parte del operador saudí STC, controlado por el fondo soberano de Arabia Saudí.

Celsa es un gigante siderúrgico catalán, símbolo de la burguesía industrial de la región. Sus principales acreedores, antiguamente, eran los bancos. Pero conforme avanzaron los problemas, hasta ser insostenibles, vendieron sus créditos a fondos extranjeros que, junto a Deutsche Bank, se van a hacer con la compañía, salvo si los Rubiralta consiguen algún tipo de bloqueo a través del Gobierno con la Ley antiopas. Solo Kutxabank se mantuvo como representante de la banca patria, y estuvo en el bando perdedor al afrontar la necesaria —según el grueso de los acreedores y según el juez— reestructuración de la deuda de Celsa.

Foto: Logo de Celsa Group. (Celsa Group)

Va a haber más reestructuraciones así. Según fuentes financieras y jurídicas, hay consenso en que fondos de inversión extranjeros van a tomar el relevo de la banca al financiar empresas en situación difícil (distressed), y muchos van a aprovechar para hacer M&A por esta vía. Es decir, el modelo anglosajón implementado en España a través del nuevo marco concursal.

El propio Santander ha rechazado estar en el capital de Telepizza, a cambio de alguna futura compensación

En el pasado, los bancos eran más proclives a estar en el accionariado de las empresas, algo que, más allá del mundo Caixa, ahora solo se puede encontrar en Telefónica con BBVA. Los bancos están participando en los procesos de reestructuración, pero la tendencia es que vendan sus créditos cuando puedan dado que en el nuevo marco concursal tienen más valor. De esta forma, evitarán enredarse en estos procesos con un precio de venta mayor que en el pasado, minimizando el riesgo de provisiones contra resultados, y evitando también acabar en el capital. El propio Santander ha rechazado estar en el capital de Telepizza, a cambio de alguna futura compensación.

Otra reestructuración importante está siendo la de Naviera Armas, donde el plan de reestructuración incluye una quita casi total, a excepción de algún contrato de crédito circulante del Santander, para los bancos. Santander, CaixaBank y Sabadell, que planean impugnar, se llevarán una quita del 100%.

Es difícil imaginar que, aunque el marco legal lo permita, una empresa y fondos de inversión alternativa que tienen parte del pasivo acuerden un plan de viabilidad al margen de la banca, infringiéndola pérdidas del 100% de sus aportaciones. No va a ser el único ejemplo, porque mientras aumenta el número de reestructuraciones, para lo que se espera que el caso Celsa sea un impulso, habrá más casos de este tipo.

Foto: Banderas de la Unión Europea en la entrada de la Comisión en Bruselas. (Reuters/Yves Herman) Opinión
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La banca sigue copando el grueso de la financiación a familias y empresas, pero la financiación alternativa va ganando peso. Según un análisis de KPMG, la financiación alternativa supera el 50% en Reino Unido, como también en Estados Unidos, mientras que en España estaba en el 17%, porcentaje que se espera que crezca. Hasta ahora, había una gran dependencia de la banca tradicional a la hora de captar capital y unas cuotas de acceso a la financiación alternativa de alrededor del 17%. Por ello, "tenemos la oportunidad de acelerar estos porcentajes y acercarnos a países como el Reino Unido, que se acercan al 50%", subrayó en dicho estudio Ramón Gayol, socio responsable de Corporate Finance para el sector inmobiliario de KPMG en España.

La dependencia del canal bancario sigue siendo muy elevada, pero hay un camino de reducción al que contribuye el nuevo marco concursal. En cualquier caso, no está discutido el papel central de la banca como financiador. Donde cada vez tiene menos peso es en el accionariado de las empresas. Caixa y BBVA son accionistas relevantes de Telefónica, pero ya les superó BlackRock y, ahora, STC ya suma más capital que los dos bancos.

Foto: Oficina de STC. (EFE/Yazeed Aldhawaihi)

Es cierto que la participación definitiva de STC dependerá del Gobierno, ya que la Ley antiopas obliga a dar un visto bueno cuando hay contratos de defensa y se supera el 5% del capital. Pero la apuesta por STC es llegar al 9,9%, en una inversión ejecutada durante varios meses sin conocimiento de accionistas relevantes como Caixa y BBVA, que cuentan con un 4,9% y un 4,8% respectivamente. BlackRock, por su parte, tiene un 5%.

Caixa y BBVA han dejado de ser los accionistas más relevantes de Telefónica, aunque está claro que tienen mucho que decir en el futuro de la operadora. Y poco a poco, el peso de la banca en el capital de las empresas se reduce, con la excepción de CriteriaCaixa, vinculada al mayor banco del país, que sigue estando en el accionariado de Naturgy (26,7%) o Cellnex (4,8%). CaixaBank, por su parte, ya salió de Repsol definitivamente en 2019.

Foto: Soraya Sáenz de Santamaría, socia de Cuatrecasas. (EFE/Cebollada)

El propio lobby bancario ha perdido poder. Aunque sigue siendo escuchado por los supervisores, y ha habido canales de colaboración con el Gobierno, con los ICO o el Código de Buenas Prácticas, el Ejecutivo acabó la legislatura poniendo a las entidades en la diana. De hecho, aprobó un impuesto específico contra los beneficios de la banca española, justificado en las subidas de tipos de interés, de 3.000 millones en dos años. La banca se ha encomendado al Constitucional, mientras que Moncloa ha abierto la puerta a perpetuarlo más allá del periodo inicial previsto de dos años.

La propia Ana Botín, presidenta de Banco Santander, pidió a la vicepresidenta Nadia Calviño un mejor trato: "Tenemos un problema de reputación como sector y casi es mejor que no habléis de nosotros", señaló la ejecutiva, según publicó El Confidencial.

La menor importancia de la banca también se observa en la distribución del empleo en el sector financiero. Los bancos han pasado de tener 278.301 empleados a cerrar 2022 con 162.740, según los últimos datos del Banco de España, un descenso del 42%. En este periodo, la cifra de asalariados en el sector financiero, según el INE, ha bajado un 1,5%, hasta los 441.500 asalariados.

Los bancos no han perdido su capacidad comercial con las familias, y siguen acaparando la mayor parte de su ahorro

Aunque son bases estadísticas diferentes, lo que puede llevar a inexactitudes al cruzarlas, sirve para ver el descenso en el peso de la banca dentro del sector financiero. En 2008, dicho peso de la banca en el empleo financiero era del 62%, mientras que en 2022 había caído al 37%.

No obstante, los bancos no han perdido su capacidad comercial con las familias, y siguen acaparando la mayor parte de su ahorro. Tanto a nivel de cuentas corrientes y depósitos, pese a que los grandes bancos aún no remuneran a los hogares —con la excepción de CaixaBank, que ha lanzado un depósito de hasta el 2%—, como en seguros de ahorro, fondos de pensiones o fondos de inversión.

De hecho, cuando apareció la normativa europea MiFID II para proteger a los inversores, pareció una amenaza para la banca, que dominaba la venta de fondos de inversión. Aparecieron muchos proyectos independientes y algunos se han consolidado, pero los bancos han sabido reorientar su oferta para mantener el dominio en el mercado, con una cuota superior al 80% en el patrimonio gestionado, según datos de la patronal Inverco.

Hace no tantos años, los banqueros españoles se reunían periódicamente para fijar los tipos de interés. Las grandes entidades mantenían un férreo oligopolio para el que las normas de Competencia y otros poderes públicos quedaban de lado. Después del crecimiento y caída de las cajas, los bancos vuelven a ser un oligopolio, pero con un poder menguante.

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