El recado de Botín a Calviño para encauzar la reunión con los banqueros

El Ministerio de Economía acogió el pasado 4 de septiembre la reunión con la que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño, y los principales banqueros del país trataron de acercar posturas tras meses de tensión mutua, provocada por el impuesto extraordinario, la subida de las hipotecas y los depósitos. El resultado fue positivo y constructivo, aunque se lanzaron mensajes importantes.

Uno de los principales es el que puso sobre la mesa Ana Botín, presidenta de Banco Santander: "Tenemos un problema de reputación como sector y casi es mejor que no habléis de nosotros", afirmó la banquera cántabra tras tomar la palabra en primer lugar y expresar sin rodeos lo que pensaban sus vecinos de asiento, según fuentes financieras consultadas por este medio.

Junto a la presidenta de Santander, acudieron a esta cita el presidente de BBVA, Carlos Torres; el de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri; el de Sabadell, Josep Oliu; el de Abanca, Juan Carlos Escotet; el de Kutxabank, Antón Arriola; el de Cajamar, Luis Rodríguez, y los CEO de Bankinter, María Dolores Dancausa, e Ibercaja, Víctor Iglesias.

En un ambiente cordial, las palabras de Botín fueron bien encajadas por su interlocutora, que habitualmente también se anda con pocos rodeos, y fueron el preámbulo de una reunión constructiva en la que se analizaron asuntos relacionados con los fondos europeos, las hipotecas, los depósitos y el futuro de la economía. Aun así, dejan entrever lo que piensan muchos banqueros: el Gobierno colocó injustamente en el centro de la campaña electoral a la banca.

El Gobierno colocó injustamente en el centro de la campaña electoral a la banca

De hecho, en un evento público que organizaron este jueves las patronales AEB (Asociación Española de Banca), CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros) y Unacc (Unión Nacional de Cooperativas de Crédito), al que también fue Calviño, banqueros como Escotet y Francisco Serrano, presidente de Ibercaja, resaltaron la importancia de la "estabilidad regulatoria" y defendieron el código hipotecario firmado a finales de 2022 y respaldado por todo el Congreso de los Diputados.

El debate de las hipotecas

La banca ha llegado a este punto de tensión con el Gobierno tras choques en los últimos años sobre asuntos como los sueldos de sus directivos, los recortes de plantilla, el trato a los mayores y, más recientemente, el impuesto extraordinario. Pero lo que ha provocado una mayor tensión reciente ha sido la solución de las hipotecas.

Economía y la banca alcanzaron un acuerdo hace casi un año para ampliar el código de buenas prácticas para llegar a un millón de familias, aunque la realidad es que las cifras han sido muy inferiores a las previstas. Por ello, Calviño intentó a finales de junio introducir una nueva medida: una ampliación de muchas hipotecas durante cinco años, que posteriormente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, elevó a siete años. La idea quedó en stand by, en parte por la intermediación del Banco de España.

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J. Z. Ó. G.

Desde entonces, ha seguido habiendo conversaciones al respecto entre equipos técnicos del supervisor y Economía, con dos mensajes repetidos por parte del Banco de España, según las fuentes consultadas: por el momento, no es necesario ampliar el código hipotecario porque el empleo está aguantando y las familias no lo necesitan; y cualquier decisión errónea puede tener consecuencias fatídicas sobre el grifo del crédito.

Este es el gran temor no solo del Banco de España, también del Banco Central Europeo (BCE), como dejó claro en una carta hecha pública este miércoles dirigida a los políticos italianos por el nuevo impuesto al sector financiero: "El impuesto extraordinario puede encarecer la atracción de nuevo capital y financiación mayorista a los bancos, a medida que los inversores domésticos e internacionales encuentren menos atractivo invertir en entidades italianas con un panorama más incierto", algo que "afectaría al coste de financiación de los bancos" y, por tanto, a la "nueva financiación".

Todos los banqueros y supervisores defienden que una banca sana y con un marco estable sirve para financiar la economía en los momentos malos y recuerdan que con el covid fueron parte de la solución en lugar del problema, como en 2012, cuando tuvieron que cerrar el grifo del crédito en el peor momento por su crisis interna.

La lectura positiva que sacan de la reunión de la semana pasada es que se encontraron a una Calviño mucho más "receptiva" y "empática" respecto al sector financiero. Los banqueros saben que la vicepresidenta se juega mucho a corto plazo en la candidatura para ser presidenta del BEI (Banco Europeo de Inversiones), en el que la colaboración con las entidades tendría que redoblarse.