Es noticia
El 'principito' de las opas y los banqueros de Credit Suisse 'retenidos' por UBS
  1. Mercados
  2. Ibex Insider
IBEX INSIDER

El 'principito' de las opas y los banqueros de Credit Suisse 'retenidos' por UBS

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones y movimientos. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

Foto: Logos de Credit Suisse y UBS. (Reuters/Dado Ruvic)
Logos de Credit Suisse y UBS. (Reuters/Dado Ruvic)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

No hay operación cremallera. UBS compró hace tres meses a su rival Credit Suisse aprovechando las dudas sobre su viabilidad para dejar solo uno. Puso 3.000 millones sobre la mesa y logró que Suiza habilitara otros 9.000 para cubrir posibles contingencias. Al tratarse de una absorción en toda regla, sin atisbo de cordialidad, la limpia en las filas del rescatado será casi absoluta. El proceso de integración tiene una consigna básica: ningún UBS puede caer. Y allí donde haya duplicidad de puestos, el sacrificado será siempre alguien de Credit Suisse.

La primera parte del ajuste estará definida antes del verano. De momento, los números gordos —se baraja el despido, solo en Suiza, de hasta 11.000 empleados, en torno a un 30% de la plantilla fusionada local— aún no se han producido. Lo que sí ha tenido lugar es justo lo contrario: el compromiso de garantizar el bonus, a modo de fidelización, a un reducido grupo de banqueros europeos de Credit Suisse para que continúen sirviendo bajo la bandera de UBS. Según fuentes del mercado, en total son 15 y entre ellos hay un solo español: Rafael Abati.

Foto: Foto: Reuters/Denis Balibouse.

Pese a su juventud (40 años), este banquero de negocios es uno de los más veteranos del equipo de Credit Suisse basado en España, con casi dos décadas de antigüedad. Comenzó a hacer carrera en tiempos de Fernando Abril-Martorell y siguió abriéndose camino con los posteriores jefes país que han desfilado por la entidad suiza (Antonio Viana Baptista, Wenceslao Bunge e Ignacio Moreno), aunque desde finales de 2020, tras asumir la responsabilidad como managing director para EMEA de Energía e Infraestructuras, dependía ya de Londres.

Credit Suisse cuenta con más españoles en puestos de responsabilidad paneuropeos. Es el caso de veteranos de la casa como los directores generales Felipe Portillo o Antonio Limoes, o del recién llegado Israel Fernández del Sol, cojefe para EMEA del negocio de Finantial Institutions desde finales de 2021, fichado procedente de Deutsche Bank para cubrir el agujero generado por la salida de un equipo (liderado por Armando Rubio) para irse a Jefferies. Pero al no entrar en ese lote del bonus garantizado, la continuidad de ambos es toda una incógnita.

Algo similar podría terminar pasando con Ignacio Moreno, actual responsable de Banca de Inversión para la Península. El banquero se incorporó a las filas de Credit Suisse en mayo de 2022, procedente de Barclays, donde hizo carrera durante 20 años hasta ser responsable de su negocio de investment banking. La poca antigüedad en el banco y el hecho de que UBS cuente con el veterano Juan Monte como responsable para el país desde 2010 hacen que no haya entrado en el corte de 15 bankers primados para garantizar su permanencia en el banco.

Foto: Oficina de Barclays en Londres. (Reuters/Stefan Wermuth)

La asimetría existente entre los equipos españoles de Credit Suisse (más grande) y UBS (con menos visibilidad) hace que haya un mandato de integración, a diferencia de otros mercados, donde algunos equipos ya han protagonizado movimientos en bloque, como ya ha ocurrido en EEUU a favor de Banco Santander. Aquí, de hecho, el comprador ha confirmado su voluntad de continuar con el negocio de banca privada de su rival en España, a pesar del riesgo jurídico existente (litigio) por haber vendido a Singular Bank su negocio de banca privada.

En estos últimos meses de idas y venidas, el nombre que más ha sonado para un posible cambio de aires ha sido el de Rafael Abati. No en vano, su candidatura ya estuvo en el mercado cuando hubo un trasvase de banqueros al proyecto de Jefferies, ya que, pese a su permanencia en Credit Suisse, no fue promocionado a responsable de Banca de Negocios. A ojos del resto del mercado, su perfil era carne de cañón para una transacción millonaria, incluso antes de que UBS se quedara con su compatriota. Pero, al final, el resultante suizo seguirá siendo su casa.

Sin la pompa que arrastran otros banqueros de negocios, Abati ha sido uno de los más destacados en los últimos años en suelo español, pese a su rol global. Basta recordar que la operación hostil del fondo australiano IFM para entrar en Naturgy lleva su autoría intelectual. Una de las claves de esa inversión, que hizo tambalear las estructuras del establishment nacional por los intereses en juego, tuvo mucho que ver con la determinación por parte de inversor y asesor de no pedir permiso (en todo caso perdón) a la hora de ejecutar su plan y hacerse con la llave de futuro.

Foto:

En estos años, varias opas de exclusión también han pasado por sus manos, como la protagonizada por el grupo financiero suizo SIX (del que Credit Suisse era accionista) para quedarse con la cotizada española Bolsas y Mercados Españoles (BME), o el mandato del fondo de capital riesgo EQT para hacerse con la renovable vizcaína Solarpack. Estas operaciones mil millonarias estuvieron bajo la batuta de Abati, hasta ahora un treintañero al que la entidad suiza ha ido mimando y dando espacio como potencial estrella de su equipo de Banca de Inversión.

Con esta carrera a sus espaldas, quién sabe si el futuro puesto de responsable país del negocio de banca de inversión será suyo. De momento, Abati ha sido el único fidelizado, aunque eso no impide que el resto del equipo español que Ignacio Moreno heredó en Credit Suisse vaya a tener hueco en la integración con UBS. La excepción ibérica, a diferencia de otros mercados, hace que la banca privada siga (y se potencie) y que investment banking se integre. Lo que resulta imparable es el relevo generacional, a golpe de opas, que se está viviendo en el sector.

No hay operación cremallera. UBS compró hace tres meses a su rival Credit Suisse aprovechando las dudas sobre su viabilidad para dejar solo uno. Puso 3.000 millones sobre la mesa y logró que Suiza habilitara otros 9.000 para cubrir posibles contingencias. Al tratarse de una absorción en toda regla, sin atisbo de cordialidad, la limpia en las filas del rescatado será casi absoluta. El proceso de integración tiene una consigna básica: ningún UBS puede caer. Y allí donde haya duplicidad de puestos, el sacrificado será siempre alguien de Credit Suisse.

Ibex Insider Credit Suisse UBS
El redactor recomienda