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Grandes éxitos de la bolsa española: 8 valores con retornos de más del 1.000% en 20 años
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Grandes éxitos de la bolsa española: 8 valores con retornos de más del 1.000% en 20 años

Desde Inditex hasta Prim, la bolsa española cuenta con un reducido grupo de compañías que han logrado ofrecer retornos de cuatro dígitos en un periodo especialmente turbulento

Foto: Interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/ Ana Bornay)
Interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/ Ana Bornay)
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La bolsa española acaba de sellar el mejor primer trimestre desde 1998. Un hito que, con todo, difícilmente logra enjugar el cúmulo de sinsabores que ha ido protagonizando el mercado bursátil español desde el estallido de la crisis financiera de 2008. Con frecuencia, el Ibex ha sido señalado como la excepción a la supuesta regla de que en bolsa siempre se gana a largo plazo.

Sin embargo, con una visión más amplia y sin perder de vista el efecto acumulativo de los dividendos, lo cierto es que los resultados del principal índice de la bolsa española no son del todo negativos. En los últimos 20 años, acumula unos retornos totales (considerando la reinversión de dividendos) del 277,5%, equivalente a un 6,86% anual.

Tras estos números generales se esconden historias de muy distinto signo. Algunas, crónicas de proyectos fallidos, en ocasiones tras experimentar un primer momento de fulgor que acabó mostrándose infundado. Pero en otros muchos casos, también relatos de éxito que se han ido probando capaces de ofrecer rendimientos muy significativos a lo largo de los años y en las más diversas circunstancias.

Foto: Interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)

Hasta ocho compañías del mercado español (nueve si se considera Airbus, con una presencia testimonial en el parqué nacional) acumulan rendimientos totales (también en este caso, considerando la reinversión de dividendos) superiores al 1.000% en los últimos veinte años. Se trata de Cie Automotive, Vidrala, Viscofan, Prim, Redeia (Red Eléctrica), Inditex, Endesa y Grupo Catalana Occidente.

Se trata de compañías muy diversas, con historias marcadas por sus propias particularidades, aunque, en líneas generales, se pueden apreciar ciertos rasgos más o menos comunes. Se trata, en su mayoría de empresas de tradición familiar, con unos núcleos accionariales sólidos y unos equipos de gestión bastante consolidados, que se han caracterizado por una gestión prudente de sus balances, lo que, en muchos casos, les ha permitido aprovechar los distintos episodios de turbulencias vividos a lo largo de este periodo para reforzarse, a través de inversiones y adquisiciones.

Cie Automotive

El mayor éxito de la bolsa española en los últimos 20 años lo ha protagonizado Cie Automotive. El fabricante vasco de componentes de automoción ha entregado a sus inversores unos retornos acumulados superiores al 3.900% (más de un 20% anual).

Lo ha logrado, además, operando en un sector como el de automoción, que no ha experimentado su época más brillante, aquejado por las elevadas incertidumbres que genera la transición hacia el vehículo eléctrico. Pero el grupo que preside Antonio María Pradera ha logrado salvar con ganancias 16 ejercicios en las últimas dos décadas, incluidos alguno tan convulso como 2020, cuando el coronavirus frenó bruscamente el negocio de la automoción.

“Cie Automotive ha sabido ser bueno en lo que hace y eso le ha valido para ir ganando cuota de mercado año tras año”, observa Álvaro Arístegui, analista de Renta 4. En su opinión, el grupo bilbaíno ha desarrollado un modelo de negocio basado en la diversificación de riesgos (geográfica, de productos y de clientes), que ha cosechado muy buenos resultados. Si en 2002 (el año que nación, de la fusión entre Afora y Egaña) ganaba apenas 3 millones de euros, con unos ingresos de 496 millones, el pasado ejercicio su facturación alcanzó los 3.838 millones, elevando el beneficio por encima de los 300 millones.

Foto: EC.

Según Arístegui, uno de los puntos fuertes de la compañía es la citada diversificación de clientes, que le hace poco dependiente de los grandes fabricantes, lo que le otorga una posición de fuerza en negociaciones de precios y le permite mantener unos márgenes muy robustos, consistentemente por encima del 15% desde 2016. Una política atinada de adquisiciones también ha sido clave en el favorable devenir del negocio.

Con estos argumentos, Cie Automotive marcó máximos históricos a principios del pasado mes de febrero, tras revalorizarse más de un 40% en apenas cuatro meses. Un 50% de los analistas que cubren el valor aconsejan comprar sus acciones, mientras que un 7% (solo uno) recomienda vender una compañía a la que el consenso aún concede un potencial cercano al 15%.

Con todo, no cabe ignorar que en la perspectiva del negocio de Cie Automotive aún pesan algunas incertidumbres, especialmente las relativas al impacto que puede tener en su negocio el paso al vehículo eléctrico. La propia compañía ha admitido que alrededor de un 10% de su negocio está ligado a componentes destinados al motor de combustión a los que será necesario buscar remplazo. Una tarea nada sencilla si se tiene en cuenta que el vehículo eléctrico se caracteriza por tener menos piezas que la versión de combustión.

Vidrala

Vidrala ha protagonizado una de las historias de éxito más notorias de la bolsa española en las dos últimas décadas. El fabricante de envases de vidrio ha saldado ese periodo con unos rendimientos totales cercanos al 3.000% (un 18,8% anual), tras cerrar con alzas 15 de los 20 ejercicios.

De este modo, el grupo controlado por la familia Delclaux ha pasado de ser una small cap con valoraciones inferiores a los 200 millones a capitalizar más de 3.000 millones de euros. Su cifra de negocio y su ebitda se han multiplicado en este periodo por alrededor de 10 veces.

Pese a estos buenos resultados, la compañía ha atravesado en los últimos ejercicios momentos difíciles (de hecho, en 2021 y 2022 ha encadenado dos años seguidos de caídas en bolsa por primera vez), por el fuerte impacto en su actividad de la subida de los costes energéticos. Sin embargo, el grupo se ha valido de su posición de fuerza en el mercado para compensar parte de este impacto a través de subidas de precios, lo que unido al reciente descenso de los precios energéticos le ha permitido recuperar posiciones en bolsa, alcanzando así, actualmente, cotas históricas sobre el parqué, por encima de los 100 euros por acción.

Foto: Planta de producción de Vidrala en Llodio.

Álvaro Arístegui, analista de Renta 4, considera que los logros de Vidrala son en gran medida el resultado de “una expansión inteligente”. Según explica, el sector del vidrio se caracteriza por tener un componente muy local, por las dificultades para el transporte de largo alcance. Por eso, la ubicación de las fábricas resulta determinante para el crecimiento del negocio y, en esto, Vidrala ha cosechado indudables éxitos. Tanto a escala nacional como internacional, donde ha firmado compras de entidad (Encirc, Santos Barosa…) que han sido clave en su estrategia de crecimiento.

“Han destacado por comprar cosas con niveles de márgenes y productividad por debajo de los suyos para llevarlos al estándar medio del grupo, generando así un importante valor a sus adquisiciones”, comenta Arístegui.

A Vidrala también le favorecen las positivas perspectivas que rodean al negocio del envasado en vidrio, dado que se considera mucho más sostenible que otras modalidades. En este contexto, y a pesar de la baja liquidez que tiene la acción (según datos de Infobolsa, tarda 42 meses en negociar el equivalente a todo su capital, 10 meses más que Cie, 16 meses más que Colonial y Logista o 26 más que Fluidra, compañías todas de un tamaño similar), el mercado mantiene una visión relativamente positiva sobre el grupo de Llodio, con un 46,7% de los analistas aconsejando su compra y otro 40% optando por mantener. Aunque su cotización actual ya supera el precio objetivo medio del consenso, firmas como BNP o CaixaBank le estiman posibilidades de revalorización de entre el 15 y el 20%.

Viscofan

En el ranking de las empresas más rentables de la bolsa española en los últimos 20 años ocupa un valor destacado Viscofan. Con retornos totales superiores al 1.800%, el fabricante de envolturas para productos cárnicos se muestra como una de las empresas más fiables del mercado nacional, habiendo cerrado con recortes solo tres de los últimos 22 ejercicios.

Para Manuel Lorente, analista de Mirabaud Securities, el buen hacer de Viscofan en bolsa se explica a partir de su condición de compañía líder en un segmento muy de nicho. “Eso le permite capear muy bien los episodios de turbulencias”, observa. No es casualidad que la compañía haya logrado saldar en verde ejercicios tan convulsos como 2008, 2012, 2020 o 2022.

Foto: viscofan-triunfa-cuando-mas-dificil-parecia Opinión
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En referencia a este último año, en el que el grupo registró un incremento de la cifra de negocio del 23,9% y una mejora del ebitda del 8,4% (ambas referencias en niveles récord), Lorente resalta la capacidad mostrada por el grupo para afrontar los problemas inflacionarios trasladando una subida de costes a sus clientes, gracias a su posición de fuerza en el mercado. Sus ventas han pasado en estas dos décadas de poco más de 400 millones a superar los 1.200 millones y el ebitda prácticamente se ha cuadruplicado, hasta alcanzado los 268 millones.

Con todo, como explica el experto de Mirabaud, la de Viscofan no es tanto una historia de elevados crecimientos, sino de estabilidad. Una estabilidad que le permite expandir sus resultados con una visibilidad bastante elevada y generando unos flujos de caja libre que apuntalan un dividendo muy sólido y creciente.

Todo esto acompañado por una reseñable estabilidad accionarial y un equipo gestor que, en opinión de Lorente, se ha ganado la credibilidad del mercado. Recientemente, la compañía ha anunciado planes para que su presidente, José Domingo de Ampuero y Osma, deje sus funciones ejecutivas y el actual director general, José Antonio Canales, asuma el cargo de consejero delegado. Una transición natural que el mercado ha recibido sin sobresaltos.

Estos puntos fuertes han permitido a Viscofan alcanzar recientemente máximos históricos en bolsa, con la capitalización de la empresa por encima de los 3.000 millones de euros. En estos niveles, el propio Lorente ha optado por reducir su consejo desde comprar a mantener, advirtiendo de que una estabilización de la situación económica que favorezca apuestas de mayor riesgo conllevaría, probablemente, un ajuste en las valoraciones de Viscofan. Una visión que parece ir imponiéndose entre los expertos, ya que los consejos de compra sobre la compañía han ido cayendo en los últimos meses hasta sus niveles más bajos en más de un año, a medida que su potencial de revalorización se ha ido reduciendo por debajo del 10%. Eso sí, ni siquiera en esta situación es posible encontrar, según los registros de Bloomberg, una firma de análisis que aconseje vender sus acciones.

Prim

Prim es un grupo sanitario dedicado, grosso modo, al negocio de los suministros de equipos y dispositivos médicos, con los que sirve a hospitales, clínicas, centros de salud o mutuas, y al negocio ortopédico, origen de la empresa, y tiene el foco esencial de su negocio en el mercado español.

La compañía cuenta con la peculiaridad de ser una de las menos renombradas de este listado, pese a ser uno de los grupos con mayor bagaje histórico del entramado empresarial español. Sus orígenes se remontan 150 años atrás y forma parte del mercado bursátil nacional desde hace casi cuatro décadas.

Esta prolongada presencia no le evita ser uno de los grupos más pequeños del parqué nacional, con una capitalización inferior a los 200 millones de euros. Pero estas cifras no están reñidas con un espectacular rendimiento en los últimos 20 años, con unos retornos totales que superan 1.660% (más de un 15% anual), multiplicando por casi 6,5 veces los resultados del Ibex en el mismo periodo.

Como explica Mariza Mazo, analista de GVC Gaesco, el éxito bursátil de Prim se puede sintetizar en la fórmula “sin prisa, pero sin pausa. La compañía se ha caracterizado por mantener de forma constante un crecimiento equilibrado en un sector de crecimiento estructural. Con una estrategia cauta que no le ha impedido ir arañando cuota de mercado. También a través de pequeñas adquisiciones, que se han acelerado en los últimos años”, señala la experta, que subraya también los elevados flujos de caja que genera la compañía.

Este buen hacer se ha ido plasmando en cifras de negocio crecientes, con unos ingresos que han pasado de alrededor de 50 millones de euros en 2002 a cerca de 200 millones en 2022, mientras que el ebitda de apenas 4 millones a 17,7 millones en 2022 (con un récord de 24,2 millones en 2021).

placeholder Lucía Comenge Valencia y Jorge Prim Martínez. (Prim.es)
Lucía Comenge Valencia y Jorge Prim Martínez. (Prim.es)

La compañía presidida por Lucía Comenge (la familia Comenge y los Prim controlan una parte muy relevante del capital del grupo) se ha visto favorecida en su marcha por el impulso de las tendencias demográficas, que apuntan a una inversión creciente en gasto sanitario, y que han favorecido que, además de Prim, otras firmas con negocios similares como la suiza Straumann o la estadounidense Copper Cos también hayan registrado revalorizaciones extraordinarias en las últimas dos décadas.

En este contexto, Prim ha logrado mostrar un atractivo suficiente para que los inversores la hayan premiado con ganancias en 16 de los últimos 20 años, algunas tan llamativas como el 150% que registró en 2004 y que dio impulso a una racha que le permitió multiplicar por 28 el valor de la acción entre el cierre de 2000 y el de 2006. En el lado negativo, se enmarca el periodo de la pasada crisis financiera (con cuatro ejercicios de pérdidas bursátiles en cinco años) y las recientes convulsiones generadas por el coronavirus y la crisis inflacionaria, que motivaron que 2022 fuera uno de sus peores años sobre el parqué y que no le está permitiendo recuperar el tono en este primer trimestre del año.

Mazo señala que los problemas de suministros desde China, junto al impacto de algunos contratos de divisas, lastraron sus cuentas del pasado ejercicio y están pesando en la cotización. Pese a todo, la analista otorga a la compañía una valoración de 16,75 euros por acción, cifras que implicarían una revalorización superior al 50% desde sus niveles actuales. Un aparente optimismo que, sin embargo, queda corto con otras valoraciones del grupo (que cuenta con unos niveles de cobertura muy escasos), como la que emitió en julio de 2022 Javier Bernat, analista de GPM, en la que valoraba a Prim en 22,35 euros, más del doble de su cotización actual.

Redeia

El caso de Redeia (la histórica Red Eléctrica) guarda muchas similitudes con el de Endesa, ya que entre los principales atractivos que le han valido sus buenos resultados se encuentra el componente altamente regulado de sus actividades, que le ha permitido una elevada visibilidad y recurrencia de sus resultados, características muy valoradas por los inversores en un periodo tan convulso. Además, su abultada generación de caja le ha permitido mantener durante años uno de los dividendos más atractivos de la bolsa española e incluso europea, lo que ha supuesto un excelente reclamo en un periodo de tipos de interés en mínimos. No es casualidad que el gran despegue de la acción se produzca a partir de 2012, cuando el BCE se ve obligado a empezar a tomar medidas extraordinarias para combatir la crisis del euro.

Con todos estos elementos sobre la mesa, Redeia ha generado unos retornos totales superiores al 1.350%. En ese periodo, su ebitda ha pasado de 276 millones a casi 1.500

Sin embargo, el buen hacer de la compañía podría verse amenazado por sus circunstancias actuales, ya que el cambio en el escenario de los tipos de interés juega en su contra. “Es una compañía con un gran atractivo cuando los tipos de interés están al 0%. Pero ahora la relación riesgo-recompensa no es tan favorable”, advierte Ángel Pérez, analista de Renta 4. No en vano, en 2022 registró su peor resultado en bolsa desde 2008.

Foto: Beatriz Corredor, presidenta del grupo Redeia. (EFE)

El problema para el grupo que preside Beatriz Corredor es que se enfrenta a un escenario de bajo crecimiento potencial en el medio plazo y que debe acometer, además, importantes inversiones, lo que no deja de resultar comprometido para un grupo fuertemente apalancado. De hecho, en los últimos tiempos han sido varias las voces que han cuestionado la sostenibilidad de su elevado dividendo.

Hoy, tan solo dos de las 26 firmas que cubren el valor, según los registros de Bloomberg, aconsejan comprar sus acciones, a las que el consenso da un potencial de revalorización inferior al 7%.

Inditex

El de Inditex es, probablemente, el caso de éxito más emblemático de la bolsa española en las dos últimas décadas. Una compañía que en 2003 se movía en el entorno de los 10.000 millones de capitalización es hoy el grupo más valioso, con diferencia, de la bolsa española, rondando nuevamente la cota de los 100.000 millones de euros.

Esas cifras, acompañadas de un dividendo que ha ido creciendo de forma sensible en los últimos años, elevan los retornos de Inditex en este periodo hasta el 1.280%. Lo que entonces era un grupo que generaba ventas por debajo de los 4.000 millones de euros y unos beneficios que superaban ligeramente los 438 millones, hoy es una enseña líder en su sector a escala mundial, con unos volúmenes de facturación por encima de los 32.000 millones de euros y más de 4.130 millones de beneficio neto atribuido.

Un crecimiento basado en una intensa actividad de expansión internacional, conducida, primero, por Amancio Ortega y José María Castellano y, posteriormente, por Pablo Isla, apoyada en un innovador modelo de gestión de los procesos y las cadenas logísticas (apuntalado en los últimos años con la aplicación de la tecnología), que le ha permitido mostrar una enorme capacidad de adaptación y una reconocida ventaja competitiva.

La marcha de Inditex en estos años no ha estado exenta, no obstante, de dudas, como las generadas por el auge del comercio online, el golpe del coronavirus o, más recientemente, la sustitución de Pablo Isla por Marta Ortega, hace justo un año. La compañía ha cerrado con pérdidas en bolsa cuatro de los últimos seis ejercicios. Y, sin embargo, tras protagonizar una notable remontada en los últimos meses (+50% en seis meses), se sitúa actualmente a un escaso 1,6% de su máximo histórico (en registros ajustados por dividendos), alcanzado en junio de 2017.

Foto: Marta Ortega, presidenta no ejecutiva de Inditex, y Óscar Maceiras, consejero delegado, durante la última junta de accionistas. (EFE/Cabalar)

Algunos analistas se muestran recelosos sobre las valoraciones alcanzadas por la compañía (cotiza actualmente a más de 21 veces sus beneficios estimados para el ejercicio en curso), pero entre los analistas predomina una visión positiva, con más de dos tercios de las firmas de inversión aconsejando comprar sus títulos.

“Creemos que en el sector actual, los motores esenciales para el éxito son la agilidad, la flexibilidad, la velocidad, la fórmula omnicanal ganadora y la innovación. Creemos que Inditex cumple estos requisitos, manteniéndose como el mejor de su clase en velocidad mientras busca un enfoque dinámico del espacio, el online y la integración entre los dos canales”, destacaban en su último informe los analistas de JP Morgan.

Endesa

El sector eléctrico ha sido uno de los principales baluartes de la bolsa española en estas últimas dos décadas. Y aunque, desde hace varios años, ha sido Iberdrola la compañía de la industria que ha acaparado más aplausos en el mercado, es Endesa la que ha cosechado unos resultados más destacados en este periodo. Ha registrado unos retornos totales cercanos al 1.275% (un 14% anual).

Unos números muy basados en un constante flujo de dividendos (incluyendo el histórico pago que realizó en 2014, tras la venta de sus activos latinoamericanos a Enel). No en vano, solo un 80% de su revalorización acumulada en este periodo responde a la evolución del precio de su acción.

“Endesa se ha caracterizado durante este periodo por ser una empresa con mucho negocio regulado, que le ha permitido disfrutar de una elevada visibilidad sobre sus flujos de caja”, explica Ángel Pérez, analista de Renta 4. “Antes de su venta a Enel [cerrada en 2009], tenía la pata de América Latina, que le permitía unos crecimientos muy elevados. Y después, ha sido una empresa que ha invertido muy poco y ha destinado la mayor parte de su resultado a dividendos, lo que explica estos elevados retornos”, apunta Pérez.

En el comentario del analista de Renta 4 se establece un antes y un después que es clave a la hora de valorar la evolución de Endesa en este periodo. De hecho, si se valoraran solo los últimos diez años, Iberdrola superaría los rendimientos de Endesa por un margen considerable, lo que da muestra de cómo fueron esos años previos a la adquisición de Enel los que marcaron en gran medida su éxito bursátil.

Foto: EC

“Desde que vendió Latinoamérica, Endesa ha tenido muy pocas opciones de inversión, por lo que ha estado centrada en el reparto de la caja. Eso a corto plazo es muy atractivo, pero reduce la capacidad de crecimiento a largo”, observa Pérez, que subraya que recientemente el grupo sí se ha marcado unos objetivos ambiciosos de inversiones para crecer en renovables.

Los números, en cualquier caso, son contundentes y muestran que los ingresos de Endesa entre 2002 y 2021 apenas crecieron un 23% acumulado y su beneficio operativo, menos de un 20%. Ha sido necesario un año extraordinario para el sector eléctrico como 2022 para dar un acelerón al crecimiento acumulado en este periodo.

Con todo, Endesa ha logrado con su reciente plan estratégico generar un creciente interés entre los expertos, que vuelven a confiar en su capacidad de crecimiento a largo plazo. Actualmente, de las 25 opiniones sobre la compañía que recopila Bloomberg, 16 aconsejan comprar sus títulos y solo una se inclina por vender.

Grupo Catalana Occidente

El grupo asegurador presenta en los últimos 20 años unos números sobre el parqué que pocas firmas del sector consiguen igualar. Con unos retornos totales superiores al 1.200% duplica con creces las ganancias del sector asegurador europeo en el mismo periodo y ni Mapfre, Axa o Generali se acercan a sus rendimientos.

La compañía de origen catalán, controlada por la familia Serra (con algo más del 60% del capital), ha logrado estos números con un comportamiento bursátil más bien errático, en el que los años de ganancias se alternan casi a partes iguales con otros en el que se imponen los números rojos. Sin embargo, mientras el grupo ha logrado sacar el máximo partido a sus años de bonanza, con escaladas como el 95% que se anotó en 2013, sus tropiezos han tendido a ser leves, destacando únicamente el tropiezo de 2008, en el que se dejó un tercio de su valor.

Para Esther Castro, analista de Banco Sabadell, los buenos números de Catalana Occidente se explican a partir de una idea esencial: “Una gestión brillante”. La experta señala que, frente a las aseguradoras más tradicionales, la compañía que preside José María Serra cuenta con un factor diferencial, gracias al peso en su actividad de seguros de crédito (articulado a través de la enseña Crédito y Caución), que le otorga un perfil de negocio más equilibrado, con ramas que se compensan entre ellas según la fase del ciclo económico.

A esto se sumaría, además, un muy positivo comportamiento de sus seguros tradicionales, plasmado en unos ratios combinados (la fórmula empleada para medir la rentabilidad de los seguros de no vida) consistentemente mejores que los de los grandes grupos del sector en la última década. “Es una compañía que cuida mucho su rentabilidad. No va a volúmenes y no entra en guerras de precios”, apunta Castro.

Una tercera para clave para explicar sus rendimientos se encuentra en el campo del M&A, donde ha ido llevando a cabo diversas operaciones de compra, entre la que destaca la reciente adquisición del Grupo Mémora, la mayor funeraria de España.

Con estas bazas, la compañía aseguradora ha logrado casi cuadruplicar su cifra de negocio en estas dos décadas, hasta superar los 5.000 millones de euros, mientras que su resultado ha pasado de apenas 30 millones en 2002 a más de 500 millones el pasado ejercicio.

Foto: Catalana Occidente.

Pese a estas cifras y los buenos resultados del periodo analizado, la acción de Catalana Occidente no ha tenido un comportamiento muy positivo en los últimos años, lo que la mantiene (en registros ajustados por dividendos) en torno a los mismos niveles en los que se movía hace ya seis años. La preocupación por el impacto que los distintos episodios de tensión de los últimos años pudieran tener en su actividad de seguros de crédito puede verse como uno de sus principales frenos, pero Castro apunta a otro factor más estructural: la escasa liquidez de la compañía, dados los bajos niveles de free-float.

“Creo que la razón principal de que su éxito en bolsa no haya sido más reseñable es la escasa liquidez, que la deja fuera del radar de muchos inversores. Y eso es algo que se nota más en momentos de tensión en el mercado como los que hemos vivido recientemente”, comenta la analista de Sabadell.

Castro concede a Catalana Occidente un precio objetivo de 50,6 euros por acción, lo que representa un potencial superior al 70% respecto a su cotización actual. Se trata de la visión más optimista entre las firmas que cubren la compañía, pero ni mucho menos la única positiva, ya que, según los registros de Bloomberg, el 100% de los analistas que mantienen un consejo vigente sobre el valor (un total de cinco) recomiendan comprar sus títulos.

La bolsa española acaba de sellar el mejor primer trimestre desde 1998. Un hito que, con todo, difícilmente logra enjugar el cúmulo de sinsabores que ha ido protagonizando el mercado bursátil español desde el estallido de la crisis financiera de 2008. Con frecuencia, el Ibex ha sido señalado como la excepción a la supuesta regla de que en bolsa siempre se gana a largo plazo.

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