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Las dudas de la nueva Cellnex: un cambio de presidente y un rumbo sin aclarar
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Las dudas de la nueva Cellnex: un cambio de presidente y un rumbo sin aclarar

Aunque el papel de presidente no ejecutivo otorga un valor efectivo menor al relevo de Kan, tras él pueden esconderse claves que ayuden a visibilizar las intenciones reales del consejo

Foto: Foto: Reuters/Sergio Pérez.
Foto: Reuters/Sergio Pérez.
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El proceso de alumbramiento de la nueva Cellnex está tornando mucho más complejo de lo que cabía imaginar. Justo cuando el grupo de telecomunicaciones se ha propuesto mostrar al mercado las bondades de un negocio estable, con alta generación de caja y visibilidad a largo plazo, las noticias que brotan de su consejo arrojan una imagen de vodevil que en poco ayuda a vender dicha historia.

La salida de Bertrand Kan como presidente del grupo y su reemplazo por Anne Bouverot representa un movimiento de esos que dice más por lo que esconde que por lo que muestra. Al fin y al cabo, una presidencia no ejecutiva como la que caracteriza a Cellnex tiende a representar un papel menor en el desarrollo del negocio.

Con todo, la sustitución podría leerse fácilmente como un intento de adaptación a la nueva realidad de Cellnex, una vez que Kan, con su perfil de banquero de inversión, parecía una figura mucho más acorde a la de la antigua Cellnex, centrada en crecer a partir de grandes operaciones corporativas, mientras que Bouverot, con pasado en Orange o en la GSMA, se muestra como una directiva mucho más conocedora de la realidad de la industria.

Foto: Antenas de Cellnex, en Madrid. (Reuters/ Susana Vera)

Pero el cambio de presidente difícilmente se puede disociar de las recientes polémicas que han salpicado al consejo de Cellnex, plasmadas de forma elocuente en la carta enviada la semana pasada por el fundador de TCI, Chris Hohn —a la sazón, principal accionista de Cellnex—, en la que reclamaba, entre otras cuestiones, la destitución de Kan.

Para el fondo británico, el ex de Morgan Stanley, Lehman Brothers o Nomura es uno de los culpables de que Cellnex aún no haya presentado un reemplazo para Tobías Martínez, que sería, este sí, el llamado a dirigir el futuro del negocio de Cellnex. Según han publicado distintos medios, Kan, junto a otros dos consejeros —cuya salida también reclamaba Hohn en su carta—, estaría bloqueando el acuerdo alcanzado por una mayoría del consejo para el nombramiento como CEO de Marco Patuano, quien ya fuera presidente de Cellnex, además de CEO de Telecom Italia o de Edizione (holding de la familia Benetton). Necesitados de un voto más para poder hacer válido este acuerdo, la dimisión (¿o destitución?) de Kan como presidente resulta insuficiente, por lo que no es extraño que este mismo martes TCI haya insistido en que renuncie también a la condición de consejero.

Con estos elementos sobre la mesa, las especulaciones resultan inevitables. “Cuando ves esto, empiezas a encajar piezas y te preguntas muchas cosas. ¿La salida de Tobías Martínez fue tan voluntaria como se dijo? ¿O quizá se está produciendo una lucha de fondo en el consejo sobre el futuro de la compañía? ¿Tal vez un bando que quiere maximizar su inversión mediante una operación corporativa y otro que prefiere seguir desarrollando a largo plazo el negocio?”, se cuestiona Juan Peña, analista de GVC Gaesco.

Un posible nombramiento de Patuano como CEO alimentaría especulaciones de venta

Precisamente, la cercanía de Patuano a los Benetton alimenta estas sospechas. No en vano, la familia italiana hace tiempo que viene reduciendo su presencia en Cellnex (no suscribió la última ampliación de capital) y, con grandes plusvalías acumuladas, podría encontrar en una opa —sin necesidad de maximizar el precio— una salida ideal a su presencia en el capital del grupo español (su participación ronda actualmente los 2.000 millones de valoración). ¿Sería Patuano, entonces, el caballo de Troya de quienes buscan la venta de Cellnex a algún competidor, tal y como se rumoreó durante el primer tramo de este año?

Por supuesto, existen otras formas de valorar estas guerras intestinas, que tienen en TCI un protagonista principal. Así, José Ramón Ocina, analista de Mirabaud, resaltaba en una nota reciente el pragmatismo del fondo británico como una posible palanca que podría ayudar a enfocar a Cellnex en el plano financiero y a acortar plazos para maximizar los flujos de caja. En este sentido, el nombramiento de un nuevo consejero delegado se antoja clave para superar la actual parálisis ejecutiva y poner en marcha un plan que, a priori, no se espera que empiece a dar resultados efectivos antes de 2027, dados los compromisos de inversión asumidos hasta entonces, lo que podría seguir lastrando la acción. "No vemos catalizadores a corto plazo, salvo que la compañía presente un plan realista y creíble que permita acortar plazos en la consecución de los puntos antes indicados", apunta Ocina.

Foto: Foto: EC.

Tal vez sea la posibilidad de desbloquear la llegada de un nuevo CEO la que explique la positiva reacción este martes de la acción de Cellnex a la salida de Kan, acogida con ganancias de hasta el 3%. O tal vez, lo que el mercado esté asumiendo es la posibilidad de nuevos movimientos corporativos que vuelvan a situar al grupo español como un objetivo apetecible para sus rivales o algún fondo.

Lo que resulta inevitable es que todo este ruido aleje la mirada de los inversores de lo que representan los fundamentales de Cellnex. “Lo peor de esto es que ahora Cellnex se muestra más guiada por estos temas especulativos que por su delivery”, lamenta Peña.

"Lo peor de esto es que ahora Cellnex se muestra más guiada por estos temas especulativos que por su 'delivery"

Como recuerdan en Bankinter, Cellnex es un grupo líder en su sector, con una elevada visibilidad de flujos de caja y una rentabilidad a futuro atractiva, y una sólida posición financiera, con parte de sus ingresos, además, protegidos frente a la inflación. Un cúmulo de fortalezas que le valen que hoy casi un 80% de los analistas que cubren el valor aconsejen comprar sus acciones y ninguno se incline por vender.

Pero estas bondades hace tiempo que no le son reconocidas por los inversores, lo que explica que, tras perder más de un 40% de su valor en menos de dos años, su cotización se sitúe casi un 40% por debajo de su precio objetivo medio. Y toda esta incertidumbre sobre el Cellnex del futuro difícilmente ayudará a cerrar esta brecha.

El proceso de alumbramiento de la nueva Cellnex está tornando mucho más complejo de lo que cabía imaginar. Justo cuando el grupo de telecomunicaciones se ha propuesto mostrar al mercado las bondades de un negocio estable, con alta generación de caja y visibilidad a largo plazo, las noticias que brotan de su consejo arrojan una imagen de vodevil que en poco ayuda a vender dicha historia.

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