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Jorge Pardo, el músico de jazz que consiguió conquistar a todos los flamencos
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Con 66 años

Jorge Pardo, el músico de jazz que consiguió conquistar a todos los flamencos

El madrileño, una figura fundamental de la mezcla entre jazz y flamenco, estará tocando en un concierto muy especial a finales de noviembre en la sala Galileo Galilei

Foto: Jorge Pardo. (Cedida)
Jorge Pardo. (Cedida)

La semana pasada estuvo en Francia y la próxima tendrá una pequeña gira por Brasil. Jorge Pardo, de 66 años, es uno de los músicos más importantes e influyentes del jazz. Su flauta y su saxo se pueden escuchar en discos de Camarón, Paco de Lucía, Chick Corea, Pata Negra o Ray Heredia. Es una de las figuras que mejor supo entender la mezcla entre flamenco y jazz, no solo colaborando con otros músicos, sino firmando algunas de sus obras más icónicas. Además, es madrileño, nacido en Manuel Becerra, en el cercano parque de Eva Perón, practicaba con su primer saxo, allá por la década de los sesenta.

Cuando el tiempo se lo permite, no es difícil verle en alguna de las salas que hay por la capital. A final de mes, el 29 de noviembre, tocará en la Galileo Galilei junto al brasileño Guinga, en un concierto muy especial. "La música de Guinga es una música de alto voltaje. Pertenece de alguna manera también a un acervo colectivo, generacional y local importante. Así que, de alguna manera, ha estado siempre presente", reconoce de este directo: "Tengo mucha curiosidad por ver lo que sale. Y digamos que también me va a acercar a mi gira brasileña. Así que serán toda una serie de coincidencias muy bonitas".

placeholder Jorge Pardo, de espaldas frente a un mural. (Cedida)
Jorge Pardo, de espaldas frente a un mural. (Cedida)

De hecho, reconoce que su sonido siempre ha estado muy cercano a la música brasileña. "También viví en Brasil un tiempo. Y tuve mis referencias, de muy jovencito, como Hermeto Pascual". Pardo se considera un músico actual, "en el sentido más puro de la palabra". Le gusta vivir el tiempo de hoy. "Y es lo que me motiva. Lo que más me gusta ahora es escuchar a la gente nueva, tanto de los guitarristas flamencos, que hay un montón de ellos, de la nueva generación, y con los que me entiendo mejor que con los de mi época, o de mi juventud", confiesa este Premio Nacional de las Músicas Actuales, otorgado en el 2015. "Y, por supuesto, con la legión de flautistas u otros instrumentos que se dedican al flamenco, me encanta esa situación".

Madrid, la cuna de todo

Cuando Pardo comenzó a integrar su instrumento con el de otros músicos, se fijó en el flamenco. Y lo hizo en su ciudad. "Madrid siempre ha sido una ciudad de referencia. No me va a doler la boca en decir que mundial. En el sentido del flamenco, pero entendido el flamenco como sumergido dentro de una cultura global o conectada con otras culturas y tribus urbanas", reflexiona. "Yo creo que soy, de hecho, de alguna manera, algún sociólogo podría decir que soy un hijo de eso". Jorge Pardo como un referente del jazz y del flamenco, entendidos los dos como hermanos que se relacionan y mezclan con otras músicas.

"En Madrid he conocido la música brasileña, he conocido la música caribeña, he conocido el flamenco, he conocido el jazz, he conocido a Bach, prácticamente sin salir de Madrid", continúa contando. "Luego he viajado y he conocido, por supuesto, pero prácticamente sin salir de Madrid he conocido todo eso". Fue aquel Madrid el que le permitió marcar diferencias con otros músicos, también adoptar su propia personalidad, mano a mano con otros músicos. Ir encontrando su camino en las noches madrileñas de los ochenta y noventa.

Morente, Camarón, El Bola

Pardo sale a la calle, va a los bares, a las casas de otros músicos y comienza a contaminar sus canciones y sus discos con esa mezcla de flamenco tan propia. "La música siempre me ha apasionado. Siempre he querido saber más y más. Y con el flamenco fue así. Una cosa es estar en el ambiente y dejarte llevar y empaparte por la piel. Pero luego otra es escoger y decir a ver cómo se hace una malagueña de verdad o a ver cómo se hace un taranto o a ver cómo se dice un fandango y yo he sido de esos".

La vida de Jorge Pardo ha estado siempre vinculada a la de grandes músicos, figuras que de algún modo también han hecho que su manera de tocar y de grabar fuera por los caminos que ha terminado transitando. "Siempre es difícil decir nombres, de repente se me viene a la cabeza una nebulosa", piensa en ellos. “Siempre te vienen los más sonoros para todos, que si Morente, que si Camarón, que si Paco, que si tal, que si este otro, pero en realidad ha habido mucha gente importante".

placeholder Jorge Prado. (Cedida)
Jorge Prado. (Cedida)

Y es ahí donde aparecen nombres como los de Gerardo Núñez, Agustin Carbonell, más conocido como El Bola, José Antonio Galicia, El Gali, Juan Manuel Cáñizares, Montoyita, Juan Diego de Jerez. “Yo he sido siempre un chico fácil y he sido generoso, digamos, en cuanto a colaborar con otros”, cuenta. Algunos de sus discos más significativos, A mi aire (1987), Las cigarras son casi sordas (1991), Veloz (1993), 2332 (1997), los grabó en la legendaria Nuevos Medios de Mario Pacheco y Cucha Salazar. Disco que, a pesar de tener más de treinta años, siguen sonando redondos. “En la época, sí, eran como saludados entre los muy aficionados, pero luego eran rechazados por los programadores”, recuerda.

A pleno rendimiento

Y, sin embargo, Pardo sigue sin parar, girando como pocos artistas de su generación, manteniendo un punto de unión muy claro con los músicos más jóvenes. Adaptándose a los nuevos tiempos, haciendo mucho directo y grabando todo lo posible, cuando el tiempo se lo permite. “Estoy en una época de mi vida en que he cumplido con muchas cosas y, digamos, soy una persona libre. Siempre lo he sido, pero cada vez más. Y en realidad hago lo que me da la gana”, señala de este tiempo vital, donde también se ha dado caprichos, como ser protagonista de un interesante documental, Trance, que le acompaña a lo largo de todo el planeta.

"En ese lo que me da la gana, está el tocar, que es lo que más me gusta en este mundo. Aparte de ver a mi gente feliz y bien, pues, si me pilla en un concierto, me pilla tocando y conociendo gente nueva y con nuevas músicas, nuevas influencias, nuevos retos que cumplir y ganando un poco de dinero para pagar mis facturas". Y termina con un: "Ese es mi paraíso. Así que voy a seguir con eso hasta que me tenga que marchar de este mundo". Además de sus conciertos con músicos insólitos, no es difícil encontrarle de gira con sus inseparables Melón y Bandolero.

"Siempre estamos investigando con nuestros palos flamencos. Esa es una de mis referencias fantásticas, vayamos donde vayamos, a Francia, por Europa, por donde vayamos, es reconocible lo que hacemos", explica. Y el tocar con músicos árabes, otra de sus debilidades: "Me encantan todas esas aperturas a músicas desconocidas en parte, pero familiares".

La semana pasada estuvo en Francia y la próxima tendrá una pequeña gira por Brasil. Jorge Pardo, de 66 años, es uno de los músicos más importantes e influyentes del jazz. Su flauta y su saxo se pueden escuchar en discos de Camarón, Paco de Lucía, Chick Corea, Pata Negra o Ray Heredia. Es una de las figuras que mejor supo entender la mezcla entre flamenco y jazz, no solo colaborando con otros músicos, sino firmando algunas de sus obras más icónicas. Además, es madrileño, nacido en Manuel Becerra, en el cercano parque de Eva Perón, practicaba con su primer saxo, allá por la década de los sesenta.

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