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El artista urbano Invader, a juicio por sembrar Málaga de marcianitos y flamencas
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EN MAYO DE 2017

El artista urbano Invader, a juicio por sembrar Málaga de marcianitos y flamencas

El creador francés y el que fuera director del Centro de Arte Contemporáneo Fernando Francés se sientan este miércoles en el banquillo de los acusados por una acción cultural que implicó la colocación de mosaicos en edificios protegidos

Foto: Uno de los mosaicos de Invader en Málaga y que se colocó en un edificio considerado BIC. (Alamy/Diego Grandi)
Uno de los mosaicos de Invader en Málaga y que se colocó en un edificio considerado BIC. (Alamy/Diego Grandi)

Una mañana de mayo de 2017, el propietario de una herboristería del barrio malagueño de Pedregalejo se percató al abrir su negocio de que alguien, durante la madrugada, había colocado un curioso mosaico de azulejos. Era una pequeña planta de marihuana recreada como un personaje de un videojuego de 8 bits. No fue el único. Relativamente cerca, frente a la mítica discoteca Bobby Logan, apareció una gran nave del estilo de las que salían en los juegos de arcade como Space Invaders, Galaxian o Galaga. Eran dos de las 15 obras que conformaban la acción cultural del artista francés Invader que desarrolló en la ciudad en aquellas fechas y por la que se sentará este miércoles en el banquillo de los acusados. ¿El motivo? Puso, sin permiso, algunas de las piezas en edificios considerados Bien de Interés Cultural (BIC).

El artista urbano, junto al que por entonces era el director del Centro de Arte Contemporáneo (CAC), Fernando Francés, son acusados por la Fiscalía de un presunto delito contra el patrimonio histórico. El primero, como autor; el segundo, como inductor, ya que fue quien lo contrató. Para cada uno de ellos se solicita una multa de 36.000 euros —50 euros por día durante 24 meses—.

Foto: El palacio de Las Marismillas, en Doñana. (Getty)

La vista oral se celebrará en el juzgado de lo Penal número 8 de Málaga y se extenderá hasta mañana jueves. En ella se dirimirán unos hechos ocurrido en mayo de 2017 y que crearon una gran controversia por la afección que sufrieron inmuebles protegidos como el Palacio Episcopal y el Palacio de Salinas.

Invader ha realizado esta acción o invasión cultural en distintas ciudades del mundo, pero en el caso de la capital malagueña, el problema surgió en que supuestamente no contaba con autorización administrativa ni de los titulares de los inmuebles en los que se instalaron los mosaicos.

Sólo se pidió permiso para la colocación de un mosaico y se puso a pesar de que el propietario del edificio no lo autorizó

El Ministerio Público ha venido sosteniendo que las obras se colocaron en edificios situados dentro del sector delimitado como BIC, inscrito en el Catálogo del Patrimonio Andaluz, y que el material usado para adherirlas causó un presunto “daño por alteración en las fachadas”.

Sólo en un caso se pidió permiso y fue a través de una cuenta de correo electrónico asociada al CAC. Esta petición fue denegada por la propiedad y, a pesar de ello, el mosaico fue colocado, señala la Fiscalía en su escrito provisional de acusación, al que tuvo acceso Europa Press.

Foto: Exposición de Peter Doig titulada 'studiofilmclub', en el CAC Málaga. (EFE)

La invasión supuestamente fue “propuesta” por Francés; quien presuntamente la apoyó y programó tras una reunión que mantuvo con el artista galo en París a finales de 2015. En esta cita, al parecer, les invitó a que se trasladase a Málaga para escoger los lugares en los que colocar sus obras. Invader realizó una visita en la primavera de 2016 y después se produjo la de 2017 para llevar a cabo la acción cultural.

La obra más llamativa, y probablemente más fotografiada, fue el mosaico de una flamenca hecha con forma de pixel que se instaló en un lateral del Palacio Episcopal. En puntos como la calle Marques de Larios, Madre de Dios, la plaza de la Marina, el puerto o la plaza de la Constitución se observaron naves de los clásicos juegos de marcianitos, ballenas y hasta una botella de cerveza, obras que con el paso del tiempo fueron siendo retiradas poco a poco. En el caso de la ubicada frente a la Catedral, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico autorizó —en octubre de 2019— al Obispado de Málaga que la suprimiera.

A los dos acusados, además de la multa, se le reclama el pago de los gastos de retirada de las obras instaladas

Además de la multa, el fiscal solicita como indemnización que ambos acusados pagaran a los propietarios de los edificios afectados los gastos de los trabajos de eliminación de los mosaicos y reparación de las fachadas. Este importe se ha cifrado en unos 7.800 euros, aunque sólo era una previsión de coste.

La letrada Marisa Castelo, que defiende a Invader, asegura que su cliente “se ha visto involucrado en una serie de confusiones” y sostiene que no hay delito en los hechos que se juzgan. En todo caso, según considera, se trata de una infracción administrativa. La abogada espera que durante el proceso se respete el anonimato del artista, que tuvo que ser identificado para la instrucción del caso.

Foto: Vajilla Rex Collection, de Cookplay, realizada con caña de azúcar y firmada por la diseñadora industrial Ana Roquero. (Cortesía)

El artista no ha acudido este miércoles al juicio que se iba a celebrar en Málaga, ya que existe esa posibilidad cuando la pena solicitada es menor de dos años de prisión. Su letrada ha explicado que su cliente le ha transmitido sus "disculpas" y que su ausencia "no se vea como una falta de respeto" a la justicia española; sino que su personaje artístico y anonimato -tuvo que ser identificado para esta causa- "quedarían gravemente perjudicados" si aparece públicamente.

Una mañana de mayo de 2017, el propietario de una herboristería del barrio malagueño de Pedregalejo se percató al abrir su negocio de que alguien, durante la madrugada, había colocado un curioso mosaico de azulejos. Era una pequeña planta de marihuana recreada como un personaje de un videojuego de 8 bits. No fue el único. Relativamente cerca, frente a la mítica discoteca Bobby Logan, apareció una gran nave del estilo de las que salían en los juegos de arcade como Space Invaders, Galaxian o Galaga. Eran dos de las 15 obras que conformaban la acción cultural del artista francés Invader que desarrolló en la ciudad en aquellas fechas y por la que se sentará este miércoles en el banquillo de los acusados. ¿El motivo? Puso, sin permiso, algunas de las piezas en edificios considerados Bien de Interés Cultural (BIC).

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