Es noticia
El Baltimore español ocurrió en Ferrol en 1998: un buque derribó el puente sobre la ría
  1. España
  2. Galicia
HIZO DE FERROL CASI UNA ISLA

El Baltimore español ocurrió en Ferrol en 1998: un buque derribó el puente sobre la ría

El 'Discoverer Enterprise' se estrelló contra el puente de As Pías, que unía las dos orillas de la ría de Ferrol, tras soltar amarras. La infraestructura acabó destrozada, el barco casi intacto y, por suerte, no hubo víctimas

Foto: Accidente del Discoverer Enterprise en Ferrol, en 1998. (EFE/Lavandeira Jr.)
Accidente del Discoverer Enterprise en Ferrol, en 1998. (EFE/Lavandeira Jr.)

Las imágenes de un carguero derribando el gran puente de Francis Scott Key, en Baltimore (Maryland), en la costa este de Estados Unidos, han dado la vuelta al mundo. Un impacto brutal de un accidente inexplicable que ha hecho colapsar una inmensa estructura metálica de acero de 2,6 kilómetros en la oscura madrugada, con los coches circulando en ambos sentidos a través de cuatro carriles y un número de víctimas todavía incierto, a las que se busca en aguas del río Patapsco.

Hay un precedente en España de un hecho similar, aunque sin víctimas mortales. Fue la noche del 13 de enero de 1998, hace 26 años, en el puente de As Pías, que une las dos orillas de la ría de Ferrol (A Coruña). La casualidad: ocurrió a la misma hora que el accidente de Baltimore, en torno a las 1:30 horas de la madrugada y detrás del accidente estuvo una conjunción de factores en medio de una fortísima tormenta con vientos huracanados.

Entonces, una gigantesca plataforma de prospección petrolífera llamada Discoverer Enterprise, que entonces pasaba por ser la más grande del mundo, soltó amarras de los muelles de la antigua Astano, hoy Navantia Fene. Un gigante de acero con 254 metros de largo que se fue a empotrar contra el puente en su punto más flaco: las arcadas centrales. Una sucesión de arcos sobre el agua -unos 100 metros en el tramo medio- que se vinieron abajo.

Julio Martínez era uno de los bomberos del turno 1 del parque de Ferrol, de guardia aquella noche aciaga. "Recuerdo que había tormentón. Fue una noche complicada en la que teníamos mucho trabajo (tejas, árboles caídos,..) y nos dieron por centralita el aviso de un barco que se había soltado. Para nada esperábamos aquello; nos quedamos petrificados al ver aquel mamotreto. Un hachazo contra el puente", relata a El Confidencial.

Ya jubilado, Martínez recuerda que la parte operativa de la intervención tuvo ya poco margen con el puente tronzado en dos. Las dimensiones del buque y la fuerza del viento, sumada al "efecto vela" de la plataforma, hicieron mella sobre los cabos que lo sujetaban. Más de 16 estachas -cuerdas gruesas para amarrar los barcos al noray del muelle- que sirvieron de poco aquella noche. Rompieron todas. El temporal arrastró el barco unos 90 metros ría adentro. No hubo forma de frenar el impacto y el costado de estribor colisionó de pleno contra la vía.

Fue una vecina del barrio ferrolano de Caranza, en la orilla norte de la ría, la primera en avistar un desastre inminente desde la ventana de su casa. Tuvo el tiempo justo de avisar a la Policía Local, que activó las alarmas para cortar el tráfico sobre un puente que ya se había hundido.

Foto: Estado del puente Francis Scott Key de Baltimore tras el choque con el carguero. (EFE/Jim Lo Scalzo)

El impacto destrozó la estructura e hizo de Ferrol prácticamente una isla dentro de Galicia, unida al resto de la comunidad por el istmo de un viejo puente estrecho en Xuvia, que durante meses y meses fue la principal vía de entrada y salida al municipio. También la casualidad quiso que ningún coche o peatón -es un lugar de tránsito y pesca- se viesen afectados por el colapso a esa hora en una noche de perros.

Los informes concluyeron que fue el fortísimo viento de aquella madrugada -rachas por encima de los 150 kilómetros/hora- el que partió las estachas que sujetaban la plataforma a los muelles de Navantia, donde se ultimaba su construcción. Estaba amarrado, pero no lo suficientemente fuerte como para resistir el envite de aquella tormenta. Lo curioso es que tras echar abajo todo un puente, el Discoverer Enterprise quedó intacto -apenas unas abolladuras-, y no se jubiló hasta el 2019, 22 años después del accidente que lo hizo célebre.

Las consecuencias

La economía comarcal se resintió por las dificultades en el transporte y las comunicaciones. El acceso y salida quedaron limitados a un largo rodeo de 13 kilómetros por Narón y Neda con colas kilométricas. El puente de As Pías se reconstruyó en tiempo récord, reforzado y duplicando carriles, pero la Autopista del Atlántico (AP-9) todavía tardó un lustro en llegar (2003) a Ferrol. También quedó temporalmente interrumpido el suministro de agua potable para varios municipios de la comarca que se surtían por una tubería principal que cruzaba bajo el puente.

La peor parte se la llevó el banco marisquero de As Pías, una zona antaño muy productiva que, según la expatrona mayor de Ferrol, Isabel Maroño, "nunca volvió a ser la misma". Los cascotes de hormigón del puente hicieron poso en el fondo tejiendo un cementerio de hierros oxidados donde el mejillón y la estrella de mar encontraron escondite y agarre para campar a sus anchas asfixiando a la almeja babosa.

Durante años, los mariscadores de Ferrol y Barallobre (Fene), que en 2002 también tuvieron que encarar el naufragio del Prestige, se manifestaron delante de la delegación de la Xunta para exigir la limpieza de los fondos marinos y compensaciones por sus pérdidas. Se hartaron de arrojar al suelo las cáscaras del mejillón, trozos de asfalto y cables de escombro viario que quitaban como podían del lugar donde el puente de As Pías se vino abajo.

Las imágenes de un carguero derribando el gran puente de Francis Scott Key, en Baltimore (Maryland), en la costa este de Estados Unidos, han dado la vuelta al mundo. Un impacto brutal de un accidente inexplicable que ha hecho colapsar una inmensa estructura metálica de acero de 2,6 kilómetros en la oscura madrugada, con los coches circulando en ambos sentidos a través de cuatro carriles y un número de víctimas todavía incierto, a las que se busca en aguas del río Patapsco.

Noticias de Galicia Sucesos
El redactor recomienda