Es noticia
Carlos Mazón da un giro a la relación de la Generalitat Valenciana con Cataluña
  1. España
  2. Comunidad Valenciana
ETAPA DE ENFRIAMIENTO

Carlos Mazón da un giro a la relación de la Generalitat Valenciana con Cataluña

El conflicto con el uso de la lengua cooficial en el Congreso augura una etapa de enfriamiento frente al acercamiento iniciado por Ximo Puig y Pere Aragonès, más gestual que real

Foto: Carlos Mazón, en la toma de posesión del presidente de Aragón, Jorge Azcón, del PP. (EFE/Javier Belver)
Carlos Mazón, en la toma de posesión del presidente de Aragón, Jorge Azcón, del PP. (EFE/Javier Belver)

El cambio político decretado por las urnas en la Comunidad Valenciana el pasado 28 de mayo va a implicar también un giro en las relaciones institucionales entre la Generalitat valenciana y la de Cataluña. Los primeros gestos políticos del nuevo president con despacho en Valencia, Carlos Mazón, auguran una etapa de enfriamiento institucional entre las dos administraciones frente a los movimientos de acercamiento y normalización que protagonizó el anterior jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, desde su llegada al poder en 2015, tras años de incomunicación política entre las dos autonomías vecinas, pese a los intensos lazos comerciales que comparten.

La polémica que el nuevo Consell está alimentando haciendo una distinción idiomática entre valenciano y catalán, contraria al criterio científico y filológico y a la definición de la propia Acadèmia Valenciana de la Llengua, es la primera señal de la raya que el Ejecutivo de coalición del Partido Popular y Vox va a pintar en todo lo que tenga que ver institucionalmente con el Govern que preside el republicano Pere Aragonès. Las críticas que desde Cataluña se están lanzando por las decisiones en materia lingüística por parte del nuevo Consell de Carlos Mazón también alimentan el enfriamiento. Este alejamiento se produce además en el contexto de la negociación de los socialistas con las formaciones independentistas catalanas para tratar de amarrar la investidura de Pedro Sánchez, un elemento que perturba más todavía la posible normalización institucional.

Foto: El 'president' de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. (EFE/Biel Aliño) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Orgulloso analfabetismo al poder
Josep Martí Blanch

La Comunidad Valenciana y Cataluña han vivido tradicionalmente de espaldas en lo político hasta que en 2015, con el cambio que propició la llegada del socialista Ximo Puig a la Generalitat, comenzaron a propiciarse gestos de descongelación. El ruido de los movimientos independentistas partidarios de un soberanismo expansivo más allá de las fronteras administrativas de Cataluña (a través del concepto de Països Catalans) y el de los grupos anticatalanistas valencianos, el conocido como blaverismo, defensor de la secesión lingüística, han contaminado durante años la salud de la relación institucional entre los dos territorios fronterizos.

Los primeros gestos de distensión comenzaron a darse en 2011, cuando el entonces president catalán, el convergente Artur Mas, entendió que la relación con el vecino del sur debía darse desde el respeto institucional entre iguales y llegó a solicitar una reunión formal con el popular Francisco Camps para tratar asuntos compartidos. La minicumbre autonómica incluso se agendó para mayo de aquel año, aunque finalmente no llegó a celebrarse, con Camps salpicado por el caso Gürtel.

Todo induce a pensar en un nuevo telón de acero entre Valencia y Barcelona

Ximo Puig ha mantenido encuentros con Mas y protagonizó dos reuniones con Carles Puigdemont como presidentes ambos que fueron consideradas un punto de inflexión tras años de incomunicación. Especialmente trascendente fue la celebrada en Valencia en septiembre de 2016 en el Palau de la Generalitat, a la que acudieron una nutrida delegación de políticos catalanes, entre ellos la entonces líder de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, y representantes empresariales, de las cámaras de Comercio y del mundo universitario.

La comunicación se cortó con Joaquim Torra al frente de la Generalitat catalana. Su ausencia en un acto en Barcelona organizado por los empresarios en favor del corredor mediterráneo, al que Ximo Puig acudió y al que expresidente catalán hizo el vacío, generó mucho malestar en Valencia. La situación cambió con el republicano Pere Aragonès, con quien el expresidente valenciano se vio en tres ocasiones y mantenía un diálogo fluido que ahora muchos ven un elemento que puede ayudar en la negociación del PSOE con ERC para la investidura de Sánchez.

Foto: El hemiciclo del Congreso durante la sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XV legislatura. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Puig y Aragonès organizaron dos reuniones formales, una en septiembre de 2021 en Valencia y otra en Barcelona en noviembre del mismo año. De esas reuniones salieron diferencias. Aragonès no quiso comprometerse con Puig con el diálogo multilateral en materia de financiación autonómica, y el valenciano expresó sus discrepancias con las exigencias de autodeterminación del Govern catalán. Puig no atendió tampoco la petición de Aragonès en materia de medios de comunicación públicos en favor de la reciprocidad de TV3 y À Punt, que se reclamaba desde el norte. Sin embargo, resaltaron coincidencias en reivindicaciones como el corredor mediterráneo, se crearon grupos de trabajo comunes sobre gestión de fondos europeos y se lanzaron mensajes de voluntad colaboradora en asuntos compartidos.

A la vista de los gestos que ha venido realizando el popular Carlos Mazón desde su toma de posesión, parece complicado que la foto de presidentes puede repetirse en el medio plazo. Todo induce a pensar en un nuevo telón de acero. La cuestión lingüística, muy sensible en Cataluña, es la primera zanja que se está cavando. Si ya está politizada por parte del independentismo, que ha hecho de ella un instrumento de agitación identitaria frente al castellano, las declaraciones recientes de los dirigentes del PP y Vox en la Comunidad Valenciana en clave de secesionismo lingüístico están reabriendo también un conflicto que se daba por zanjado desde que Eduardo Zaplana pactó en 1998 con la oposición la creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) para sacar la polémica idiomática del debate político y dejarla en manos de la ciencia filológica.

El Partido Popular y Vox están reabriendo un conflicto lingüístico que se daba por zanjado desde la etapa de Zaplana

Este mismo miércoles, Mazón insistía en reclamar a Puig que pida "perdón" por haber propuesto que el Congreso se refiera a la lengua cooficial de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares como "catalán/valenciano". "Cuando un expresidente de la Generalitat tiene el cuajo de decir que esto se llama catalán/valenciano, es que realmente ya no sé… Me imagino que debe de formar parte de lo que Puigdemont está pidiendo para que su jefe Sánchez sea presidente del Gobierno", asestó Mazón, tratando de equiparar la cuestión sobre la denominación o unidad de la lengua con los objetivos políticos de los independentistas.

Foto: Pere Aragonès y Ximo Puig, minutos antes de su reunión en Valencia este miércoles. (EFE)

Puig destacó en su réplica que, “con el uso del valenciano, el Congreso será un lugar más próximo a la realidad de España” e ironizó recordando a Mazón que "puede utilizarlo" en las Cortes valencianas.

La Acadèmia Valenciana de la Llengua, la entidad reconocida en el Estatuto de Autonomía valenciano como autoridad lingüística, define el idioma valenciano como "lengua románica hablada en la Comunidad Valenciana, así como en Cataluña, las Islas Baleares, el departamento francés de los Pirineos Orientales, el Principado de Andorra, la franja oriental de Aragón y la ciudad sarda de l'Alguer, lugares donde recibe el nombre de catalán".

Foto: El próximo presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. (EFE/Manuel Bruque) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
La responsabilidad de Carlos Mazón
Víctor Romero

La definición, por tanto, recoge la denominación de valenciano sin poner en cuestión la unidad de la lengua con el resto de territorios donde se habla, con sus distintos matices dialectales. Esta es la razón de que, tras conocerse que los partidos independentistas ERC y Junts habían puesto como condición para pactar la presidencia y la Mesa del Congreso con el PSOE y Sumar el uso de las lenguas cooficiales en el Parlamento, Puig haya pactado con la nueva presidenta de la Cámara, Francina Armengol, la doble denominación, con el fin de dar cabida a la sensibilidad valenciana. Finalmente, la socialista balear ha optado por promover una reforma que no hace referencia a denominaciones, limitándose a abrir la puerta al conjunto de las lenguas cooficiales reconocidas en los estatutos de autonomía, sin mayor concreción.

Sin embargo, Mazón ha promovido en su Gobierno una declaración institucional "para defender nuestras señas de identidad y para defender nuestra lengua cooficial, que es el valenciano". En ella, viene a reclamar a Armengol que dé un trato diferenciado a la lengua vernácula que se habla en la Comunidad Valenciana respecto de la que se habla en Cataluña. La paradoja de esta polémica, que tiene mucho de artificial, es que el pasado martes la portavoz de Consell, Ruth Merino, castellanoparlante que ha comenzado a recibir clases de valenciano para poder expresarse en las dos lenguas en sus comparecencias públicas, arrancó la rueda de prensa posterior al pleno del consejo de gobierno autonómico con un "bona tarda", expresión empleada en Cataluña, y no con un "bona vesprada", la fórmula tradicional en la Comunidad Valenciana. Paradojas de adentrarse en terrenos acientíficos.

El cambio político decretado por las urnas en la Comunidad Valenciana el pasado 28 de mayo va a implicar también un giro en las relaciones institucionales entre la Generalitat valenciana y la de Cataluña. Los primeros gestos políticos del nuevo president con despacho en Valencia, Carlos Mazón, auguran una etapa de enfriamiento institucional entre las dos administraciones frente a los movimientos de acercamiento y normalización que protagonizó el anterior jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, desde su llegada al poder en 2015, tras años de incomunicación política entre las dos autonomías vecinas, pese a los intensos lazos comerciales que comparten.

Noticias de Comunidad Valenciana
El redactor recomienda