Senador, coche oficial y asesores: Ximo Puig arma su nuevo estatus como líder (o no) opositor

El presidente en funciones de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, tiene prácticamenta armada la estructura con la que se desempeñará en el momento abandone el cargo para dejar paso al popular Carlos Mazón. A la espera de que la Mesa de las Cortes fije el próximo viernes la fecha definitiva del pleno de investidura, la salida del Palau de la Plaza de Manises del barón socialista podría producirse a final de la semana que viene o la siguiente. A sus 64 años, lejos de jubilarse, el diseño de su rol en la nueva etapa indica que Puig tiene previsto mantener la actividad política todo lo que le permita su partido, que deberá resolver sus liderazgos internos tras elecciones generales del 23 de julio.

Ximo Puig, que ahora controla el grupo parlamentario como secretario general del PSPV-PSOE, ha decidido compatibilizar su escaño en las Cortes Valencianas con un puesto de senador por designación territorial en la Cámara Alta y acogerse parcialmente al estatuto valenciano de expresidentes, con acceso a coche oficial del parque móvil de la Generaitat, dos asesores y, en el caso de que fuera necesario, una oficina propia. Todos estos recursos se cubren con cargo al presupuesto autonómico. Por ahora, no accederá al puesto al que tiene derecho en el Consell Jurídic Consultiu (CJC), el equivalente regional al Consejo de Estado, cuyo salario base son 77.345,66 euros

Su idea es mantenerse al frente de la oposición al Consell del PP y Vox como presidente del grupo socialista en el Parlamento valenciano, aunque cediendo la labor de portavoz a una de sus personas de confianza, probablemente Rebeca Torró o Arcadi España.

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En paralelo contempla viajar regularmente a Madrid para participar en la actividad del Senado en un momento en el que los socialistas van a entrar en un proceso de convulsión interna si, como prevén casi todas las encuestas, Alberto Núñez Feijóo es capaz de armar un nuevo Gobierno con Santiago Abascal. El cargo de senador permitirá a Puig, un político muy bien relacionado elevar su presencia en los cenáculos capitalinos del PSOE, con la vista puesta en el pròximo congreso federal.

El cargo de senador permite a la vez al futuro 'expresident' disponer de una ventana de salida para el caso de que la federación valenciana decide relevarle al frente de la Secretaría General del PSPV. No son pocos los movimientos que se están produciendo, con el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, como uno de los aspirantes más visibles.

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La decisión de acogerse parcialmente al estatuto de expresidentes, avanzada por el propio Puig en una entrevista con Plaza Radio, le permitirá nombrar dos personas de su confianza para apoyarle personalmente en la nueva etapa en un momento en el que los socialistas valencianos van a sufrir una pérdida importante de puestos como consecuencia de la pérdida del poder. Ahora mismo, solamente Alberto Fabra hace uso de los privilegios que permite el régimen de expresidente, también de forma parcial, pues ha sido senador y concurre ahora como cabeza de lista al Congreso de los Diputados por Castellón. Joan Lerma, Eduardo Zaplana y José Luis Olivas nunca reclamaron acogerse al estatuto. Sí lo ha hecho durante varios años Francisco Camps, con el paquete completo del salario en el CJC, hasta que hace unos meses, antes de sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional por el caso Gürtel, decidió renunciar temporalmente para dedicarse a la abogacía.

Ximo Puig también ha situado a la consellera de Justicia en funciones, Gabriela Bravo, como vicepresidenta segunda de la Mesa de las Cortes, en un movimiento que ha generado malestar interno en las filas del partido, al tratarse Bravo de una independiente que, además, es la pareja sentimental del barón socialista. El de la Mesa puede que vaya a ser uno de los puestos mejor pagados de los que tendrán derecho a ocupar los socialistas en su nueva etapa como principal partido de la oposición.