Marqués de Cáceres o el ladrillo: los negocios que el torero de Vox ya no podrá hacer en Valencia

El torero Vicente Barrera tendrá que dar un paso atrás en sus actividades empresariales cuando asuma la vicepresidencia de la Generalitat que Vox ha pactado con el Partido Popular. Los artículos 6 y 30 de la Ley del Gobierno Valenciano prohíben al presidente autonómico y a los consellers compatibilizar el cargo público con cualquier actividad profesional o mercantil, lo que obligará al próximo responsable del área de Cultura del Consell a renunciar como administrador único de cinco sociedades limitadas y como consejero de la mercantil Unión Vitivinícola, la bodega de La Rioja que comercializa la marca de vinos Marqués de Cáceres. Lo habitual en estos casos, es que los cargos incompatibles deleguen todos los poderes de sus sociedades en terceras personas, sin tener que desprenderse de las participaciones, para poder después recuperalos cuando abandonan la actividad pública.

El diestro, que no ha ocultado en redes sociales su simpatía por el régimen franquista y donde se vanagloria de ser "nieto de los ganadores" de la Guerra Civil, es descendiente por parte materna de una de las familias fundadoras de Marqués de Cáceres, los Simó, que a su vez fueron durante muchos años industriales del textil de la población valenciana de Ontinyent a través de la empresa Mantas Paduana. El negocio fue fundado en 1919 por José Simó Marín, pero la crisis de la competencia asiática, que afectó a muchos fabricantes del sector a principios del siglo XX, arrastró también a Paduana. La familia terminó deshaciéndose del negocio y vendiendo los solares y las naves para la construcción de viviendas en 2006, cuando el boom inmobiliario vivía sus últimos años.

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De aquella primigenia actividad surgió el capital necesario para participar en nuevos negocios. Uno de ellos fue la bodega Marqués de Cáceres, donde conviven varias familias accionistas fundadoras y en la que Barrera ha ejercido la representación de los Simó como miembro del consejo de administración, puesto al que tendrá que renunciar en el momento en que se incorpore al Consell presidido por el popular Carlos Mazón. Su salario como vicepresidente, si no hay cambios por parte del nuevo Ejecutivo, será de 66.311,28 euros anuales. Esto es lo que cobraban los vicepresidentes de Compromís, Aitana Mas, y Unidas Podemos, Héctor Illueca.

La de la bodega riojana no es, no obstante, la principal actividad empresarial de Vicente Barrera. El matador administra un grupo de empresas con domicilio social de la calle Cronista Carreres de Valencia. Mantiene activa la mercantil que lleva su nombre, Vicente Barrera Simó SL, con un capital social de cerca de 350.000 euros y con la que gestionaba la promoción y desarrollo de los servicios necesarios para el ejercicio de la profesión de matador de toros. Esta mercantil también tiene como objeto social la ganadería y la explotación agrícola.

Sin embargo, la empresa con mayores activos, y en la que figura también como administrador único, es una denominada Edificaciones Formabil, que tiene como objeto social la compraventa de bienes inmobiliarios. Esta sociedad, constituida en 2003, presentó sus últimas cuentas en 2021 con un patrimonio neto de 4,1 millones de euros. Aquel año no tuvo cifra de negocios directa, aunque obtuvo algo más de 262.000 euros por otros ingresos de explotación (396.000 en 2020) y cerró el ejercicio con un beneficio de 60.169 euros.

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Edificaciones Formabil cuenta con participación en otra mercantil vinculada al negocio del ladrillo, Naves Industriales Viator, si bien esta empresa está actualmente en situación de cierre registral por no presentar las cuentas en plazo. Vicente Barrera es a su vez administrador único de Clariflor, otra sociedad dedicada a la explotación de toda clase de fincas rústicas o urbanas, con 530.000 euros de patrimonio neto y apenas 32.615 de ingresos de explotación. El año 2021 lo cerró con 942 euros de pérdidas. Barrera también aparece como administrador de Import Pesca VLC, fundada en 2013 y dedicada a la importación y exportación de productos alimenticios, en especial pescados, mariscos y otros productos marinos.

El torero abandonó los ruedos en 2011 para continuar con los negocios familiares. Ese mismo año, se dejó ver en actos políticos del PP de Francisco Camps, al que llegó a acompañar para darle apoyo al TSJ valenciano cuando fue juzgado en 2012 por el caso de los trajes, del que salió absuelto. Tras acercarse al partido UPyD de Rosa Díez, Barrera se afilió a Vox en 2018, donde ejerció de coordinador regional unos meses. Un año después, ocupó un puesto testimonial en la lista municipal de Valencia, la ciudad en la que nació en 1968. Repitió en el séptimo lugar el pasado 28 de mayo, sin obtener representación.

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Nadie reparó en él por su discurso o su actividad política hasta que apareció la semana pasada junto con Carlos Flores e Ignacio Gil Lázaro en el grupo negociador del pacto de Vox con el PP para gobernar conjuntamente en la Comunidad Valenciana. Reconducido Flores a la lista al Congreso por Valencia tras el veto del PP por su condena a un año de prisión por maltrato psíquico y vejaciones a su exmujer, el partido de Santiago Abascal apostó por el simbolismo de Barrera para situarlo como su hombre fuerte en el Consell de Mazón.

El perfil político del antiguo torero es una incógnita. Desde el anuncio de la pasada semana, no ha hecho ninguna comparecencia pública ni se ha ofrecido a resolver dudas ante los medios de comunicación. Según el currículo que difundió Vox tras su designación oficiosa como vicepresidente con competencias de Cultura, Barrera terminó sus estudios de Derecho en Valencia (aunque nunca ha ejercido de abogado) y, tras abandonar los ruedos, su trayectoria profesional "le ha llevado a gestionar empresas ligadas a la industria agroalimentaria, el sector de la restauración y la hostelería y el mundo inmobiliario". "Es amante del campo, de la tradición y del mundo rural", resaltó Vox en su presentación. El vínculo con la tauromaquia es la única filiación cultural que se le conoce públicamente.