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La guerra cultural de Vox abre la primera crisis en Valencia con Mazón antes de ser investido
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PRIMER ENCONTRONAZO

La guerra cultural de Vox abre la primera crisis en Valencia con Mazón antes de ser investido

Génova fuerza al líder popular valenciano a expresar su rechazo al negacionismo sobre la violencia de género después de haber firmado un pacto de gobierno que asume las tesis de los ultraconservadores

Foto: Carlos Mazón, con los negociadores del PP del pacto. (EFE/Manuel Bruque)
Carlos Mazón, con los negociadores del PP del pacto. (EFE/Manuel Bruque)
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El marco ideológico y cultural que Vox ha logrado introducir en la negociación relámpago con el Partido Popular a cambio de garantizar la investidura de Carlos Mazón ha provocado la primera crisis política entre las dos formaciones y también del barón popular con la dirección nacional de Génova. No pasaron ni veinticuatro horas desde que, a mediodía del jueves, los dos socios difundieron en un comunicado (sin foto conjunta ni rueda de prensa) el documento base de su pacto de gobierno para la Generalitat y ya había prendido un primer incendio. El detonante fueron unas declaraciones recogidas por TVE del diputado José María Llanos, uno de los nombres que suenan para la Conselleria de Justicia o la presidencia de las Cortes, en las que aseguraba que "la violencia de género no existe y la violencia machista no existe".

Sus palabras, nada sorprendentes en el lenguaje habitual de Vox, han contribuido a alimentar la polémica sobre los contenidos del acuerdo de legislatura suscrito con los populares, que en su compromiso número 43 asume el concepto de "violencia intrafamiliar" que esgrimen los ultraconservadores. Viralizadas las declaraciones de Llanos, un tuit de censura de Alberto Núñez Feijóo, escrito a las tres de la tarde, fue la mejor muestra de la incomodidad que estas salidas de tono provocan en las filas del dirigente gallego a poco más de un mes para las elecciones generales.

Foto: Feijóo en una foto de archivo. (Reuters/Susana Vera)

"La violencia de género existe y cada asesinato de una mujer nos conmociona como sociedad. No vamos a renunciar a nuestros principios, cueste lo que nos cueste", escribía el líder del PP. Cuarenta minutos después, Mazón se pronunciaba en la misma línea en Twitter. Tuvo que pasar más tiempo, casi hora y media más allá del pronunciamiento de Feijóo, para que el PP valenciano lanzase un comunicado en el que advertía de que la violencia de género es "una cuestión de Estado" y "la cara más dura de la desigualdad que siguen padeciendo las mujeres". "Vamos a reforzar todas las medidas de protección de la mujer ante cualquier forma de violencia", añadía Mazón.

Además de una vicepresidencia con competencias en Cultura para el torero Vicente Barrera, el barón popular alicantino ha cedido las carteras de Agricultura y Justicia e Interior. Las políticas contra la violencia de género dependen ahora de la Conselleria de Políticas Inclusivas. Los populares destacan que es un área que seguirá bajo su control. Pero de Justicia depende, por ejemplo, dotar de recursos a los juzgados especializados en casos de maltrato machista. De la persona que se siente en esa silla y su compromiso contra los casos de maltrato de raíz machista va a depender que haya más o menos dinero para combatirlo judicialmente. El de Llanos es uno de los nombres que circulaba hasta ahora. Todo indica que ya no será él.

Las de Vox serán consejerías menores en cuanto a presupuesto, aunque manejan unos 1.500 millones de euros en recursos, a la espera de ver si se desgajan de su control apartados como Patrimonio o Función Pública (la relación con los funcionarios), como pretende el PP. Esto tendrá que pasar el filtro de un reglamento de organización y funciones (ROF) de cada departamento, un proceso que no es fácil de resolver administrativamente y lleva sus tiempos. La inexperiencia de Vox en este sentido juega en su contra.

Foto: Vicente Barrera (i) junta al candidato de Vox a la Presidencia de la Generalitat Valenciana, Carlos Flores. (Europa Press/Rober Solsona)

El PP se ha reservado las carteras de mayor peso, Sanidad y Educación, pese a que Vox ha introducido elementos con sello ultraconservador en los compromisos de gobierno, como el llamado veto parental a las actividades educativas extracurriculares. Mazón también manejará el área de Hacienda y la relación con el empresariado y los contratos de obras públicas a través de Economía y Política Territorial o Infraestructuras, como decida bautizar las áreas. Habrá que ver qué pasa con Medio Ambiente, que formaba parte de la Conselleria de Agricultura y los populares también quieren conservar.

Pero más allá del peso económico de cada partido en el nuevo Consell, lo cierto es que, por ahora, el partido de Santiago Abascal está sacando mucho más rédito político al acuerdo de gobierno que el PP, precisamente porque ha conseguido atraer a los populares a su ideario más paradigmático, al simbolismo y la batalla cultural que busca frente a lo que califica como "consenso progre". La elección del torero Vicente Barrera, sin experiencia política previa, para la vicepresidencia con competencias en Cultura, va en esa línea gestual de reivindicar la tauromaquia como elemento troncal de la cultura española y valenciana, más allá de que el área de gestión es mucho más compleja que todo eso y su relación con el mundo de los toros es testimonial, por no decir, inexistente.

La oficina antiokupas, pese a las promesas de terminar con asesores y gastos superfluos, las referencias a la inmigración ilegal dentro del apartado programático de seguridad, las alusiones a la intervención en educación o la visión de la lengua valenciana y su presencia institucional como si fuera un problema, y no como un patrimonio cultural y social singular de la Comunidad Valenciana, están muy presentes en el documento compartido y forman parte del discurso habitual de Vox, ahora asumido por los populares en el pacto de legislatura. Esto es justo lo que Santiago Abascal, en la carrera de las elecciones generales del 23-J, ha buscado significar con el acuerdo con Mazón, aunque fuera enviando al Congreso a su candidato, Carlos Flores, con la mochila de su condena a un año de prisión por maltrato psíquico y vejaciones a su exmujer en 2002.

El marco ideológico y cultural que Vox ha logrado introducir en la negociación relámpago con el Partido Popular a cambio de garantizar la investidura de Carlos Mazón ha provocado la primera crisis política entre las dos formaciones y también del barón popular con la dirección nacional de Génova. No pasaron ni veinticuatro horas desde que, a mediodía del jueves, los dos socios difundieron en un comunicado (sin foto conjunta ni rueda de prensa) el documento base de su pacto de gobierno para la Generalitat y ya había prendido un primer incendio. El detonante fueron unas declaraciones recogidas por TVE del diputado José María Llanos, uno de los nombres que suenan para la Conselleria de Justicia o la presidencia de las Cortes, en las que aseguraba que "la violencia de género no existe y la violencia machista no existe".

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