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Junts cree que Puigdemont diluirá sus exigencias políticas tras la Diada
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La gran oportunidad para Junts

Junts cree que Puigdemont diluirá sus exigencias políticas tras la Diada

En el discurso del expresidente catalán se entrevió que su máxima prioridad es la amnistía y sus colaboradores en Cataluña creen que "hay margen para votar a Pedro Sánchez"

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters/Yves Herman)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters/Yves Herman)
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El fantasma de una repetición de elecciones se aleja de la escena política española tras la conferencia del fugado Carles Puigdemont en Bruselas este martes. Fuentes cercanas al propio Puigdemont señalan a El Confidencial que su medido discurso y las condiciones que puso encima de la mesa son solo un posicionamiento de máximos que se puede variar cuando comiencen las negociaciones de verdad. Y esas negociaciones, en todo caso, comenzarán después del 11 de septiembre, la Diada, día de exaltación nacionalista. PSOE y Junts tendrán dos semanas para limar asperezas, discutir y rebajar pretensiones.

Puigdemont quiso lanzar un discurso muy institucionalista. Quería demostrar que no era el discurso del representante de un partido, sino el de un president legítimo que se encuentra exiliado. Ese tono de president le añade seriedad, pero también le predispone a ser consciente de que sus puntos serán objeto de negociación y que tendrá que rebajar, porque o se rebajan las pretensiones o vamos directos a nuevas elecciones”, explica un colaborador del europarlamentario a El Confidencial.

De momento, Puigdemont ha movido un peón que le interesa mucho: posicionarse en un escenario duro con vistas a la Diada de Cataluña. “No quiere convertir a JxCAT en una nueva ERC y arriesgarse a ser abucheado en la manifestación del 11-S. De ese modo, tras la Diada comenzará una carrera contra reloj para arrancar cuantas más concesiones mejor”. Aun así, reconocen que “ha ido rebajando peticiones y eso es bueno, porque le sitúa dentro del tablero a la hora de que se tenga en cuenta en la escena política”.

Otra de las fuentes consultadas destaca que “no puso la celebración de un referéndum en el centro del debate, lo cual es un signo de que quiere llegar a un acuerdo. La alusión al referéndum en su discurso fue meramente descriptiva, pero en ningún momento exigió el referéndum para garantizar el voto de Junts. Por otro lado, sabe que la presencia de un verificador no será admitida por el Gobierno español ni por el PSOE. Llegados a este punto, la pieza mollar del discurso es la amnistía, y en ella se centrará su estrategia a partir del 11 de septiembre. Al margen, solo habrá algo más de relleno, pero de mucho menor calado político”.

Diluir exigencias poco a poco

En su partido, están convencidos de que el fugado "va a ir diluyendo sus exigencias poco a poco" durante las semanas que faltan para la investidura, centrando sus peticiones en la amnistía, que, efectivamente, le afectará a él. Otra cosa será cómo articular esa amnistía. En las filas independentistas se prefiere una ley específica de amnistía que toque a todos los afectados por el procés. Ello supondría que todos los dirigentes condenados por el 1-O quedarían limpios de antecedentes penales y se eliminarían sus inhabilitaciones. Pero, lo más importante: blindaría a los fugados, que no podrían ser detenidos ni procesados por lo que hicieron, con lo que Puigdemont podría volver a Cataluña sin peligro de ser detenido y encarcelado.

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (EFE/Pablo Garrigós) Opinión

La estrategia diluyente de Puigdemont se basa en el convencimiento de que a Sánchez no le asusta ir a unas nuevas elecciones, más bien al contrario. Aunque desde las filas socialistas señalan que es preferible no convocar nuevos comicios, saben que los resultados variarán respecto de las últimas elecciones del 23-J. “Serán más polarizadas —reconoce un alto cargo del PSC—, porque habrá un efecto voto útil. Nosotros podremos crecer más de una veintena de diputados, aunque el PP también puede ir hacia arriba. Y, por el contrario, Sumar y Vox pueden experimentar retrocesos”.

En las filas independentistas, también se teme que la subida de los dos principales partidos españoles pueda convertirlos en irrelevantes. “Es cierto que el PSOE podrá sacar mucho rendimiento en una repetición electoral, porque apelará a que no cedió al chantaje de Puigdemont. Incluso un sector de votantes del PP que no ven con buenos ojos a Vox puede dar su apoyo a Pedro Sánchez”, reconocen desde las filas de Junts.

Miedo a bloquear el Estado

Desde el sector socialista, la lectura que se hace es similar y lanzan una advertencia: “Puigdemont sabe que o aprovecha esta oportunidad o puede ser que no la vuelva a tener en su vida. Si hace que se convoquen unas nuevas elecciones, no volverá a decidir nada”. En los círculos más duros de Junts, no obstante, aseguran que “si se va a nuevas elecciones, es muy posible que Puigdemont se beneficie de varios cientos de miles de votos, que pueden ser 200.000, 300.000 o 400.000 votos de lo que se suelen llamar radicales que, si negocia a la baja, se le irán en las próximas elecciones”.

Foto: Carles Puigdemont, durante la rueda de prensa que dio este martes en Bruselas. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

Un destacado dirigente del ala dura que pide anonimato explica a El Confidencial que “lo malo es que Puigdemont no quiere pasar como el que bloquea el Estado sin que también arrime el hombro ERC. No se atreve a bloquear el Estado. Su único hándicap es que en las últimas semanas se llenó la boca de decir que bloquearía el Estado. Y ahora se da cuenta de que hay que tomar decisiones. Pero no ha de olvidar que cualquier cosa que negocie, especialmente si es a la baja, es la muerte política de él y de JxCAT. Tras su discurso, ha quedado de manifiesto que su única línea roja es la amnistía, y la autodeterminación es una cuestión de más a más, que no es urgente ni necesaria”.

Desde los círculos más cercanos al expresidente catalán, no obstante, insisten en que el líder ideológico de JxCAT “no dijo en su discurso que no se investirá a Pedro Sánchez. Solo hace falta encontrar el equilibrio entre las demandas de Junts y los intereses del PSOE para decidir qué hacer en la investidura. Hay que recordar que, en las anteriores elecciones, se dijo con claridad que los votos de JxCAT no servirían para investir a Pedro Sánchez y las declaraciones de Puigdemont fueron portada de diferentes diarios en diferentes días. En esta ocasión, no se ha dicho ninguna cosa parecida, por lo que la puerta está abierta a un acuerdo. Sabemos que Puigdemont no conseguirá todo lo que puso encima de la mesa, pero con que logre la amnistía ya tiene suficiente, al menos para empezar. Esa es su principal meta”.

El fantasma de una repetición de elecciones se aleja de la escena política española tras la conferencia del fugado Carles Puigdemont en Bruselas este martes. Fuentes cercanas al propio Puigdemont señalan a El Confidencial que su medido discurso y las condiciones que puso encima de la mesa son solo un posicionamiento de máximos que se puede variar cuando comiencen las negociaciones de verdad. Y esas negociaciones, en todo caso, comenzarán después del 11 de septiembre, la Diada, día de exaltación nacionalista. PSOE y Junts tendrán dos semanas para limar asperezas, discutir y rebajar pretensiones.

Carles Puigdemont
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