Sánchez y Puigdemont alejan la repetición electoral con la amnistía en el horizonte
Los soberanistas podrían exigir que se registre en el Congreso la iniciativa para el indulto generalizado antes de la votación. El PP pide a Feijóo que se replantee ir a la investidura tras perder los apoyos de Vox en la Mesa
"Hay Gobierno sí o sí". Esta es la opinión mayoritaria entre los diputados que se reunieron este jueves por primera vez para echar a andar la XV legislatura. Hasta horas antes de la votación de la Mesa, en el ambiente político sobrevolaba una repetición electoral alimentada por el hermetismo de Carles Puigdemont, que acabó dando sus votos a Pedro Sánchez para hacer a Francina Armengol presidenta de la Cámara Baja. A la expresidenta balear le sobraron apoyos. Logró 178 votos en primera vuelta para su candidatura, cuando la mayoría absoluta está en 176. Sánchez infligió una dura derrota a Alberto Núñez Feijóo a costa de ceder a las exigencias de los independentistas catalanes, en cuyo horizonte está que se registre una ley de amnistía para facilitar la formación del Ejecutivo.
En público, la amnistía es un tabú para los socialistas, pero, en privado, se asume que el “gesto” a los soberanistas será “inevitable” para conservar la Moncloa. Ni Junts ni ERC lo mencionaron dentro de los puntos pactados. Gabriel Rufián habló de “avances en la desjudicialización” del “conflicto” en Cataluña y el portavoz socialista se apresuró a desvincularlo de un posible indulto generalizado que dan por hecho los diputados republicanos. Puigdemont se conformó con mucho menos de lo anunciado. ¿Qué planea el prófugo? Desde su entorno hablan de una estrategia que pasa por ceder todo ahora para cobrarse cara la investidura. El relato de la culpa. Junts ha dado al PSOE el control de la Mesa por una contrapartida “razonable” y ahora la “responsabilidad” será de Sánchez si no es capaz de ceder también.
El pacto con Junts y ERC supone que tengan grupo propio pese a no cumplir las condiciones del Reglamento, impulsar el uso del catalán en el Congreso, la creación de una comisión de investigación sobre las cloacas del Estado y el presunto espionaje con Pegasus a líderes soberanistas, así como otra sobre los atentados del 17 de agosto en Las Ramblas. La negociación de estos puntos, según coinciden fuentes socialistas y de los republicanos, fue dura. El primer paso para el entendimiento se dio al presentar a Armengol en lugar del ministro de Presidencia, favorito para el PSOE. Félix Bolaños no era del “agrado” de Puigdemont. Fuentes socialistas apuntan a que fue necesaria la intervención del líder del PSC, Salvador Illa, para acercar posturas.
Más caro, según han adelantado ya los partidos catalanes, será dar luz verde a la investidura de Sánchez porque, dentro de los “hechos comprobables” de los que habla Puigdemont, se plantea que la Mesa admita a trámite la propuesta para una amnistía incluso antes de la votación para reelegir a Sánchez. La mayoría actual permitiría dar el visto bueno a una iniciativa que en su día tumbó el propio PSOE junto al PP y a Vox tras ser presentada por los nacionalistas vascos y catalanes. En aquel momento, los letrados del Congreso rechazaron el encaje en la Constitución de una amnistía al considerar que entraría en una “contradicción palmaria y evidente” con lo establecido en el artículo 62 de la carta magna, que impide autorizar indultos generales.
La nueva presidenta del Congreso se reunirá este viernes con el Rey, que posteriormente fijará la ronda de contactos con los partidos para proponer un candidato a la investidura. A priori, Sánchez, según se ha explicitado, llega con más opciones que Feijóo, que no tendría garantizado ni el apoyo de los 33 parlamentarios de Vox tras no cederles un puesto en la Mesa. Ayer, la formación de ultraderecha votó a su propio candidato, Gil Lázaro, y advirtió de que tendrán que “volver a hablar” con Feijóo porque, en estos momentos, no pueden garantizar que vayan a darle sus votos. Desde Génova, el mensaje no se ha movido un milímetro y apuestan por hacer valer su posición de fuerza más votada. En el partido, hay serias dudas sobre si Feijóo deberían insistir en una investidura fallida. “Nos estamos desgastando”, lamentan fuentes populares que no dan crédito a cómo se gestionó ayer la candidatura de Cuca Gamarra.
Los más veteranos insisten en que Feijóo debe dejar que sea Sánchez el que vaya a la investidura y “no comprometer” a Felipe VI. El monarca tendrá la última palabra, pero fuentes socialistas dan por hecho que será el presidente en funciones el que acudirá a pedir la confianza de la Cámara. “Feijóo tiene que recolocarse y marcar sus tiempos”, trasladan fuentes populares que piden que deje claro “cuanto antes” que se quedará en la oposición. En el PP, se encomiendan a Puigdemont para que haya una segunda vuelta electoral. Todos los escenarios son posibles cuando el actor principal es Puigdemont, pero ayer quedó claro de que el prófugo está dispuesto a ser la cabeza del Frankenstein.
"Hay Gobierno sí o sí". Esta es la opinión mayoritaria entre los diputados que se reunieron este jueves por primera vez para echar a andar la XV legislatura. Hasta horas antes de la votación de la Mesa, en el ambiente político sobrevolaba una repetición electoral alimentada por el hermetismo de Carles Puigdemont, que acabó dando sus votos a Pedro Sánchez para hacer a Francina Armengol presidenta de la Cámara Baja. A la expresidenta balear le sobraron apoyos. Logró 178 votos en primera vuelta para su candidatura, cuando la mayoría absoluta está en 176. Sánchez infligió una dura derrota a Alberto Núñez Feijóo a costa de ceder a las exigencias de los independentistas catalanes, en cuyo horizonte está que se registre una ley de amnistía para facilitar la formación del Ejecutivo.