El independentismo investiga si Pegasus espió a otras 150 personas

La investigación hecha pública hace dos semanas por Citizen Lab, que apunta al hackeo de los dispositivos de 65 personas vinculadas al independentismo catalán, es "solo el principio". La plataforma vinculada a la Universidad de Toronto ha iniciado una segunda fase de su estudio en cooperación con los afectados por las primeras escuchas. Sospechan que el sistema Pegasus, que infectó los móviles del entorno de Carles Puigdemont y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, entre otros, alcanzó al menos a otros 150 individuos, aseguran fuentes conocedoras de estas pesquisas. Entre los objetivos sobre los que se están realizando comprobaciones en la actualidad se encuentran periodistas de distintos medios catalanes y nacionales.

Frente a los datos de Citizen y las denuncias de los partidos independentistas, el Gobierno minimiza el alcance de las escuchas o, cuando menos, su intervención. El Centro Nacional de Inteligencia se limitó a pinchar, por indicación del Ejecutivo y tras obtener la autorización del Supremo, a 18 personas vinculadas a Tsunami Democràtic o relacionadas con Rusia y otras operaciones encubiertas orientadas a conseguir la proclamación de la república catalana una vez dictada la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 'procés', a partir de octubre de 2019. Los servicios de inteligencia no tuvieron relación con el resto de escuchas, aseguran fuentes del caso. Entre los 'pinchados' reconocidos se encuentra Elies Campo, pieza fundamental de Tsunami por su papel en el diseño de la estructura tecnológica del movimiento. Campo, que además está investigado por la Audiencia Nacional en la causa sobre esta plataforma, es uno de los firmantes de la auditoría de Citizen Lab.

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Los resultados del primer informe se obtuvieron después de que Citizen accediera, por su cooperación con WhatsApp a raíz de una grieta de seguridad, a un listado de teléfonos contaminados. En la relación aparecían multitud de números de teléfono con prefijo español y ya en una primera fase, en julio de 2020, el servicio de mensajería propiedad de Facebook detectó una intromisión en los terminales del expresidente del Parlament, Roger Torrent, y al exdiputado Ernest Maragall. A partir de ese hilo, los distintos partidos y entidades independentistas que sospechaban que podrían estar afectadas elaboraron una relación de los números cuyo espionaje consideraban más probable. Fue a partir de aquí como obtuvieron las primeras 65 identidades publicadas en estos días.

La investigación, sin embargo, no se ha detenido ahí. Como confirman las fuentes consultadas, el contagio a través de Pegasus actuó previsiblemente como una onda expansiva. Desde los teléfonos principales ya detectados, el sistema tuvo acceso a otros números de teléfono guardados en las agendas. Estos habrían sido infectados a su vez. Por ello, el centenar de presuntos nuevos afectados se encuentran en un segundo nivel de relevancia pública. Entre ellos ya no se encuentran políticos de primera fila, aunque sí cooperadores o asesores de estos. También numerosos miembros de la sociedad civil vinculados a las asociaciones soberanistas Òmnium y ANC o a los Comités de Defensa de la República. Asimismo, figuran en esta nueva remesa muchos más teléfonos de personas de otras comunidades autónomas ajenas a Cataluña.

Solo Apple

La ampliación de la investigación se debe, además, a que Citizen ha incrementado su capacidad tecnológica. Hasta el momento, no podrían verificar infecciones en teléfonos Android y solo confirmaban o descartaban la intromisión en móviles Apple. Los 65 primeros números son iPhone. Ahora, sin embargo, ha adquirido sistemas que le permiten comprobar la intervención más allá del sistema iOS.

Para el acceso, el sistema de la compañía israelí NSO empleó mensajes de texto que aparentaban ser noticias, actualizaciones de Twitter, notificaciones de la Seguridad Social, avisos gubernamentales sobre el covid o envíos de paquetes y tarjetas de embarque. El laboratorio localizó 200 SMS con esta finalidad. En muchos casos, el espionaje se concretó con la técnica de piratería conocida como "orientación relacional o fuera del centro", que le permite al atacante recopilar información sobre un objetivo principal sin mantener necesariamente el acceso al dispositivo de esa persona, a través de sus parejas, hermanos, padres, personal o socios cercanos.

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De forma paralela, el independentismo prepara ya su estrategia legal. Centralizarán sus querellas en el Juzgado de Instrucción 32 de Barcelona, que mantiene abierto un procedimiento por los espionajes de Torrent y Maragall. Las defensas prevén reclamar que se investigue el uso de Pegasus por parte de agencias gubernamentales ajenas al CNI, en concreto la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Este procedimiento se encuentra paralizado desde hace año y medio después de que el titular del 32 remitiera comisiones rogatorias a Israel que no han sido tramitadas de momento.