Feijóo busca una investidura en agosto para ir a nuevas elecciones antes de final de año

La fecha de la primera votación de investidura condiciona inevitablemente el calendario político en caso de una repetición electoral. La aritmética es importante, pero el control de los tiempos es también una batalla clave en el mapa casi ingobernable que han dejado las urnas del 23-J. El PP quiere forzar la maquinaria en la medida de lo posible para dejar a Pedro Sánchez sin oxígeno y manejar los plazos con base en sus intereses. En Génova hay una hoja de ruta clara. Si Alberto Núñez Feijóo logra el encargo de Felipe VI, intentará pisar el acelerador a fondo para que la primera sesión de investidura —en la que necesitaría una casi imposible mayoría absoluta— se celebre la última semana de este mes, con el miércoles 30 de agosto como objetivo.

El PP activaría así una cuenta atrás de dos meses para la disolución definitiva de las Cortes, y pondría también un cronómetro a Sánchez para moldear su particular mayoría, con las condiciones de Junts como gran piedra en el camino. En caso de bloqueo y cumplido ese plazo, el país iría a elecciones 47 días después, en la víspera de las fechas navideñas y con el domingo 17 de diciembre en el horizonte. Aunque en público el PP niega querer una repetición electoral, dirigentes populares trasladan en privado que unos nuevos comicios "cuanto antes" sería el mejor escenario al que puede aspirar Feijóo. A priori, el tajante portazo del PNV impide al candidato popular lograr una mayoría suficiente, ni siquiera en segunda votación, en la que solo necesitaría más síes que noes.

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En cualquier caso, en lo que coinciden todas las fuentes consultadas es en que la votación del próximo miércoles, en la que se dirime el control de la Mesa del Congreso, marcará el camino a seguir. El PP quiere tentar al PNV con uno de sus cuatro puestos en el órgano parlamentario para truncar la mayoría de la izquierda y lograr la Presidencia de la Cámara, un mando con el que podría obstaculizar una posible legislatura de Sánchez. Pero, si el PSOE logra atraer a Junts ya en esta votación, sería el jefe del Ejecutivo en funciones quien tendría más posibilidades de cerrar una investidura con éxito, y el plan del PP saltaría por los aires.

Se prevé que la ronda de consultas con el Rey comience el lunes 21 de agosto. Génova aprovechó el descanso estival de Sánchez para tomarle la delantera y comenzar a atar apoyos para su posible investidura, con el objetivo de llegar a la cita con Felipe VI con "más apoyos asegurados" que su rival. En el PP había dudas sobre la opción de que Feijóo optase a la Presidencia del Gobierno sin tener los votos suficientes por la "imagen demoledora" a la que se enfrentaría el candidato popular por una casi segura derrota en el Parlamento.

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El líder popular no había tomado una decisión al respecto hasta hace solo unos días. El PP da por seguros 172 apoyos —los que suman Vox, UPN y Coalición Canaria—, con lo que solo le faltarían cuatro escaños para la mayoría absoluta. Esta cifra ha animado a Feijóo a probar suerte en una hipotética investidura, pero el dirigente seguiría enfrentándose a una mayoría de 178 votos situados en el no, un bloque en el que, a priori, se situarían PSOE, Sumar, PNV, Bildu, ERC, Junts y el BNG. La intención de llevar la votación a la última semana de agosto permitiría también al candidato del PP minimizar el impacto mediático de verse acorralado en el Congreso.

El PP quiere dejar a Sánchez el menor espacio posible para rearmarse de cara a una nueva cita con las urnas, y en la dirección del partido están convencidos de que, en caso de repetición electoral, Feijóo tendría margen para mejorar el resultado del 23-J y de afianzar una suma suficiente con Vox y otros partidos minoritarios. En el partido creen que el declive de Abascal, que atraviesa por una importante crisis interna tras la salida de Iván Espinosa de los Monteros, puede aumentar de forma considerable el número de escaños del PP.

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La idea de forzar elecciones cuanto antes en caso de que a Sánchez se le complique la gobernabilidad blindaría el liderazgo de Feijóo ante posibles marejadas internas. El fiasco del 23-J, en que el gallego defraudó sus propias expectativas, amenazaba con reabrir el debate de la sucesión, con Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno como principales baluartes. Nadie en el partido duda de que, ante un nuevo escenario electoral, Feijóo sería el candidato.

La opción a la que nadie quiere mirar en el PP es a la de que Sánchez logre revalidar su coalición con Sumar. En este caso, todas las fuentes consultadas en el partido apuntan a que el país se encaminaría a una "legislatura corta", incluso de "meses", por el "infierno" al que se precipitaría el líder socialista con socios que exigirían continuamente su parte del pastel; con el referéndum de autodeterminación revoloteando en el tablero político; y con un Senado en el que el PP goza de mayoría absoluta. Las dudas sobre la continuidad del gallego como líder de la oposición volverían a posarse en el partido. Por el momento, el cierre de filas con el líder es total: "Antes o después, Feijóo será presidente del Gobierno".