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JxCAT contra Artur Mas: sectores radicales reclaman que se aparte y no aconseje a Puigdemont
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Tensión en la formación

JxCAT contra Artur Mas: sectores radicales reclaman que se aparte y no aconseje a Puigdemont

En los segmentos más cercanos al expresidente fugado en Waterloo se hacen cábalas sobre el voto independentista que arrastrará el partido si finalmente hay repetición electoral

Foto: El 'expresident' de la Generalitat Artur Mas. (EFE/Quique García)
El 'expresident' de la Generalitat Artur Mas. (EFE/Quique García)

Los círculos más extremistas de JxCAT han puesto a Artur Mas en la diana por sus consejos a Carles Puigdemont. Mas recomendó la semana pasada al expresident que fuese más exigente que intransigente en su negociación con el PSOE o el PP para facilitar la investidura. Es una táctica de viejo político que a los catalanes siempre les dio buen resultado. Pero para el extremismo soberanista eso corresponde a una claudicación.

Uno de los incondicionales de Puigdemont, el exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, se ha sumado a la caza a Mas y a su estrategia. “El escenario postelectoral español es para coger palomitas. Pero no deberíamos de olvidar que para lograr la independencia es más importante enviar a casa a este gobiernecito incompetente que ha dado la espalda al 1-O. Creo que si Junts no recoge ningún voto de los que pierden los otros partidos independentistas es básicamente porque la gente nunca sabe si en el caso de votarlos harán lo que dice el president Puigdemont o lo que quiere el president Mas”.

Foto: Artur Mas junto a Laura Borràs en la capilla ardiente del escritor y periodista Josep Maria Espinàs (EFE.-)

Amplios círculos soberanistas no tardaron en tomar partido por los “presidents legítimos Carles Puigdemont y Laura Borràs”. “Es posible, por eso cuando votas Junts has de mirar a quién votas. He votado a Míriam Nogueras porque tiene toda mi confianza y estoy convencida de que no nos defraudará. Espero que en las generales españolas de diciembre tenga su recompensa y volvamos a tener la llave de los vecinos”, le respondía María Teresa Tintoré. Entronca esta reflexión con el debate interno abierto en Junts sobre qué pasará con la hipotética repetición de unas elecciones.

El 'peix al cove' es la estrategia de lograr cesiones económicas y mayor autogobierno a cambio del apoyo que se pueda dar en Madrid al Ejecutivo

Miquel Nogueras también se mostraba explícito: “De hacer caso a Carles Puigdemont o a lo que dice Artur Mas, Junts per Catalunya se juega la supervivencia. Muchos esperamos que JxCAT no caiga en la trampa del peix al cove que predican Mas y ERC”. Esta estrategia consiste en lograr cesiones económicas y de mayor autogobierno a cambio del apoyo que se pueda dar en Madrid al Gobierno de turno.

Algunos segmentos independentistas, según manifestó a El Confidencial una fuente cercana a Junts, creen que “parte del voto que se fue a la abstención debería decantarse por votar a Junts si hay repetición de elecciones, ya que con el bloqueo se ha demostrado que vamos a apostar por Cataluña y no hacemos concesiones”. Otros sectores, en cambio, son más pesimistas.

Foto: Pedro Sánchez en un acto en el Palacio Real. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

“¿De qué nos sirve el voto si no podemos influir? Si mañana se forma Gobierno sin que podamos evitarlo, nos quedaremos fuera y sin capacidad de influencia. Seremos un cero a la izquierda. ¿Para eso sirve nuestro voto? Mucha gente que ha votado a Junts posiblemente se pase a la abstención. O quizá a otro partido que pueda hacer valer su voto. Lo que es seguro es que tenemos una oportunidad histórica de ser decisivos y debemos aprovecharla vendiendo caro nuestro voto afirmativo en la investidura”, dicen desde los sectores moderados y partidarios de que haya algún acuerdo que permita sacar rendimiento de los siete diputados logrados.

“¡Que se jubile!”

Lo cierto es que la irrupción de Artur Mas en la fase de tanteo de la negociación ha despertado recelos. Plataformas radicales que apoyan a Puigdemont le piden que no “confunda” a la opinión pública, que “debería desaparecer”, que “lo que debería hacer es callar y dejar hacer, mantener la dignidad”. O, como le espetaba una ilustradora: “¡Que se jubile!”. Marga X La República, una influencer independentista, sacaba toda su artillería tras el consejo a Puigdemont: “Mas es otro botifler [traidor], su tiempo ya ha pasado. Ahora que haga de abuelo y que deje de tocar lo que no suena. Que deje tranquilo al president Puigdemont”.

Foto: Anna Erra en un acto de la fiesta mayor de Vic. (Reuters)

Un mensaje sintetiza un pensar mayoritario entre la militancia de Junts: “El president Mas no sabe asumir su papel de hoy. No creo que fuese nunca un buen activo para el independentismo. Sencillamente, se subió al carro con CDC porque perdía pistonada. Da la sensación de estar siempre navegando entre dos aguas. Debería dejar paso, su tiempo ya ha pasado”. Desde el interior del Consell de la República, el chiringuito de Puigdemont, le llegó un mensaje aún más ácido: “El president Mas, en lugar de hablar tanto, estaría más guapo calladito. Sabemos que no quiere la independencia. Nunca la ha querido”. El colofón viene de la mano de la profesora de historia Mercè Costafreda, que aporta una sentencia pareja a las anteriores disquisiciones: “El president Mas debería de plegar [en el sentido de jubilarse y dejar de estar en activo]. Su carrera política ha llegado a la meta, ¿no?”.

La paradoja si se repiten elecciones

Lo que molesta a los círculos duros y cercanos a Puigdemont es la interferencia de popes como Artur Mas. “Mas podría haberse retirado con dignidad, pero no. Se ha visto que es el alma del PDeCAT y ahora quiere destruir Junts”, alertaba una activista que contestaba a Costa. Otro argumentaba que “dentro de Junts hay gente de Mas, por eso estas dudas. No por el president y la presidenta, porque al menos la presidenta Laura Borràs está fuera de toda duda. Todo lo que está padeciendo desde España y Cataluña no es para defender el autonomismo, es evidente”.

Foto: Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (Reuters/Yves Herman)

Desde los círculos más hiperventilados, le dan ánimos a Puigdemont para seguir apretando. Los cantos de sirena que escucha el fugado le invitan a no cejar en su pulso para la investidura. “JxCAT tiene una oportunidad de oro ahora mismo, porque si hace las cosas bien puede arrastrar voto de ERC y voto abstencionista. Por tanto, hacer el sorpaso a ERC y aglutinar el voto independentista”, aseguran desde algunos segmentos. Pero desde otros los argumentos son también contundentes: “Es posible que Junts acabe llevándose un cierto porcentaje de voto, pero hay otro voto que se le irá. Sin embargo, si el voto útil hace subir al PSC en Cataluña, por la ley D'Hondt podría darse la paradoja de que Junts sacaría más votos pero menos diputados. Y se encaminaría hacia la irrelevancia política. Ese es el verdadero peligro”, dice un alto dirigente posconvergente a El Confidencial.

Hay, sin embargo, un pequeño segmento que trata de sacar hierro al asunto y limar asperezas, apoyando a los dos expresidents, aunque son los menos. Toni Florido, dirigente de la Sociedad de Estudios Militares, lo dejó meridianamente claro: “Yo precisamente voto Junts porque confío en los dos presidents”. También Enric Ticó: “Uno y otro, referentes míos. Los dos se han jugado la vida y el patrimonio para servir al país. Ambos representan la Política con mayúscula. No conozco ningún otro partido que tenga unos activos tan potentes. Y si añadimos Rull, Borràs, Turull…”.

Los círculos más extremistas de JxCAT han puesto a Artur Mas en la diana por sus consejos a Carles Puigdemont. Mas recomendó la semana pasada al expresident que fuese más exigente que intransigente en su negociación con el PSOE o el PP para facilitar la investidura. Es una táctica de viejo político que a los catalanes siempre les dio buen resultado. Pero para el extremismo soberanista eso corresponde a una claudicación.

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