Artur Mas hace campaña por Junts y su partido lo desprecia en público

El expresidente de la Generalitat Artur Mas fue a por lana y salió trasquilado. Militante del PDeCAT, compareció en plena recta final de campaña junto a la candidata de JxCAT, Miriam Nogueras, la gran rival de su partido. El ex 'president' ha querido siempre jugar un papel de supuesto patriarca independentista por encima del bien y del mal, ubicándose en el centro de todas las corrientes posconvergentes, pero su escoramiento hacia posturas maximalistas y extremistas le ha podido más que su trayectoria moderada hasta el 2012.

El expresidente reapareció este miércoles en la campaña en un almuerzo en un hotel de Barcelona junto a Nogueras, la independentista que lidera las filas de JxCAT, partidaria de la unilateralidad y del bloqueo de las instituciones españolas y que en el mes de febrero retiró una bandera española del atril del Congreso, en el que daba una rueda de prensa. “Estoy aquí en términos de utilidad catalana. Quiero que mi voto sea útil en términos de Cataluña”, dijo Mas, apostando implícitamente por las recetas extremistas de Junts.

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Su posicionamiento levantó ampollas en el partido en que milita, el PDeCAT, que apoya la candidatura de Espai CiU, encabezada por el democristiano Roger Muntañola. “Los ciudadanos son lo suficientemente inteligentes como para saber cuál es la propuesta de un partido y la del otro. Si algunos ciudadanos de Cataluña, incluso aquellos que ya están fuera de la política quieren hacer política como la CUP, lo respeto. Pero no es nuestro modelo“, le respondió Muntañola minutos más tarde, aprovechando que asistía a un acto del Forum Europa, de Nueva Economía Fórum.

Muntañola, que aseguró que la postura de Mas no influirá en el voto del 23-J, aprovechó para hacer un repaso ideológico a su exjefe. Si en las filas de los posconvergentes moderados la actitud de Mas había sentado mal, el candidato de Espai CiU no ocultó su malestar, aunque respondió al expresident con elegancia. Fue un guantazo con mano de hierro enfundada en. Guante de terciopelo. “Ya se ha acabado aquella época en la que se tenía que ir a pedir permiso a alguien. La nuestra es una propuesta nueva, una propuesta valiente. Es una propuesta, si me lo permiten, de una nueva generación que quiere englobar y representar a todas las generaciones. Pero con el empuje y el convencimiento de que hemos cambiado de época y que es preciso pasar página en este país que es Cataluña (…) Hace mucho tiempo que Cataluña está enfadada. Está frustrada. Todos odian a todos y si algo hace que un país funcione no son sólo sus instituciones, sino la sociedad civil, cosa que se ha olvidado hace demasiado tiempo. Este intento de teledirigir todo lo que pasa en una sociedad desde las instituciones es un error”, vapuleó al expresident desde el atril de Fòrum Europa.

"Las recetas han de ser nuevas"

Para Muntañola, “es un error que no hablemos nunca de los niveles de deuda que tiene la Generalitat de Cataluña o el estado español. O del déficit estructural de las administraciones públicas. Y evidentemente también del déficit fiscal que padece Cataluña. Pero hagamos una reflexión: ¿Quién puede ser útil a la hora de cambiar estas cosas? ¿Los que hacen política o activismo? Lo dije al empezar la campaña y lo continúo diciendo: para hacer activismo no hace falta presentarse a las elecciones. Para hacer activismo sólo hace falta comprarse un megáfono y salir a la calle. Pero si vamos a unas elecciones y pedimos a los ciudadanos que nos den su confianza y que con sus impuestos nos paguen nuestro salario, lo mínimo que les hemos de ofrecer es trabajo, es política”.

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El repaso ideológico y moral al expresident fue contundente. Muntañola no escatimó contundencia: “Con todo lo que ha pasado en este país los últimos años, nos toca hacernos a todos nosotros una enmienda, una autorreflexión muy profunda de por qué estamos donde estamos y, sobre todo, si nos queremos salir, que pienso que sí, las recetas han de ser nuevas y no aquellas con las que han gobernado ya demasiados años”.

Ya no es que el máximo exponente del Espai CiU, el emblema del que fue el gran partido nacionalista catalán hubiese asimilado a Artur Mas con el activismo antisistema y anticapitalista de la CUP, sino que, de paso, aprovechó para calificarle de caduco y de representante de tiempos pretéritos ya superado por la actualidad. Es cierto que Artur Mas en su comparecencia junto a Nogueras fue más allá de la activista de Junts y aseguró que es preciso arrancar cosas a España, pero su gran error fue posicionarse y pedir el voto para “opciones que defienden los intereses catalanes”, una coletilla que no deja de pecar de cierta banalidad.

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De hecho, antes de la campaña electoral, el propio expresident había reprochado al PDeCAT no aceptar las condiciones de Junts y formalizar una candidatura conjunta. Ello le valió ya entonces, duras críticas dentro del PDeCAT, aunque en cierto modo también reprochó a JxCat no haber trabajado más en la lista unitaria.

Pero su nueva diatriba y su apuesta personal al aparecer al lado de Míriam Nogueras ha supuesto ya la excomunión del expresident. Artur Mas ya no es ni sombra de lo que fue. De líder del espacio convergente ha pasado a ser poco menos que un apestado. El propio Espai CiU salió al paso de la opción del expresident, que apoya la aventura madrileña de Nogueras, cuya principal propuesta es bloquear el Gobierno español. “A Roger Muntañola sólo le han bastado 15 segundos para desarmar a aquéllos que van a Madrid a bloquear y no hacer política. ¿Hasta cuándo toleraremos la estrategia de la inacción y el embate estéril?”, dijo en un mensaje Espai CiU.

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Muntañola se lo había dejado claro a los otros candidatos en un debate de TV3. “Una pregunta rápida: ¿verdad que ustedes no harán un referéndum de autodeterminación los próximos años? Entonces, cuando ya tienen el no, los próximos 4 años, ¿qué harán ustedes en Madrid? ¿Se podrán así, de brazos cruzados, a pasar el rato? Eso sí, la nómina a final de mes, que no falte”. El democristiano es partidario de “dejar de hacer el show. Volvamos a la política”. Y no oculta sus intenciones: volver a la política de CiU del ‘peix al cove’, es decir, de apoyo a cambio de beneficios. El eslogan de su partido lo dice claramente: “Ahora toca ser decisivos en Madrid. Ahora toca que vuelvan a respetar a Cataluña. Ahora toca que pasen por caja”. La caja de Artur Mas está en el Palau Robert, donde mantiene oficina pagada con los impuestos de todos los ciudadanos.