Se cambia deuda del FLA por crédito del BEI, razón: la Generalitat de Cataluña
Pocas novedades en la gestión de deuda de la administración catalana, que ya suma 84.327 millones. Más del 84% está cubierto por los mecanismos de liquidez del Tesoro español
La actual Generalitat de Pere Aragonès habla a menudo de "soberanía alimentaria" o de "soberanía energética". Pero evita conceptos como "soberanía financiera". De manera oficial sigue así, pero, en su última presentación para inversores, la de mayo del 2023, dirigida a los tenedores de deuda de la Generalitat, se apunta un curioso plan para reducir de manera incipiente la dependencia del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el fondo del Tesoro que ya respalda el 84,6% de la deuda de la administración catalana, cuya totalidad en diciembre del 2022 ya sumaba 84.327 millones de euros. El nuevo plan de la consellera Natalia Mas pasa por recurrir al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para asumir una parte de esa deuda.
"Adicionalmente, la Generalitat está en negociaciones con el BEI para formalizar operaciones de deuda a largo plazo. La financiación del BEI supondría una reducción equivalente de la cantidad de deuda concedida para 2023", se asegura en la presentación para Inversores de la Generalitat.
Fuentes de la conselleria de Economía han matizado que "estamos trabajando con el BEI para formalizar un préstamo que financie parte de la aportación que hace Cataluña en la cofinanciación de proyectos FEDER. Lo hacemos para obtener mayor flexibilidad en las condiciones financieras en cuanto al plazo de amortización en comparación con el FLA, que tiene unas condiciones fijadas, que suponen cuatro años de carencia y ocho de amortización".
Por tanto, no se habla de "soberanía financiera", la más importante si se quiere aspirar a la independencia política. Pero de forma discreta, muy en línea con el talante de la nueva consellera, se camina en esa dirección. Fuentes financieras han apuntado que en cualquier caso la cuantía será simbólica, dado el enorme volumen de la deuda de la Generalitat, la más alta entre las comunidades autónomas española en términos absolutos. Durante este año, esta nueva política no implicará un cambio significativo.
La alternativa del BEI es una estrategia en la que la conselleria está trabajando, pero aún no están definidas ni las cuantías ni las condiciones. La principal ventaja del BEI sobre el FLA es que los períodos de amortización son mejores.
La discreción de la conselleria, los bajos tipos y la inestabilidad política —el titular de la cartera económica cambió cuando Laura Borràs se cargó la coalición del gobierno catalán— ha hecho que pase desapercibido el momento tan delicado para Cataluña en términos de gestión de deuda y que se está superando con nota.
La alternativa del BEI es una estrategia en la que la 'conselleria' está trabajando, pero aún no están definidas ni las cuantías ni las condiciones
El gran vencimiento
El gran vencimiento no será, está siendo. El gran vencimiento se inició en 2022 y acabará en 2023. En el 2022 ya vencieron 11.045 millones. Fue el año récord, pero en 2023 los vencimientos también son espectaculares: 10.665 millones. El gran vencimiento se prolonga durante todo este bienio y está siendo superado con nota gracias el apoyo del FLA, es decir, del Gobierno español. Por eso no se comenta mucho desde la Generalitat.
Tras 2023, el calendario de vencimientos de deuda catalana se vuelve mucho más cómodo. En los próximos tres años, de 2024 a 2027, en ningún ejercicio se superan los 8.000 millones y más allá la cifra incluso disminuye más. Este 2023 más del 90% responden a créditos que dio el propio FLA y que han de renovarse. En todo caso, en cuanto acabe el año en curso se podrá afirmar que lo peor habrá pasado.
El recurso al BEI es un gesto de soberanía y en ese sentido es muy político
El recurso al BEI es simbólico pero limitado por sus propias características. Muestra la voluntad de independencia financiera de la nueva consellera, pero al mismo tiempo la asunción del principio de realidad, de cómo funcionan las finanzas públicas. No se juega con fuego y si el precio es el FLA, pues bienvenido sea. En las finanzas manda el volumen en bruto. En política, aunque sea política económica, los gestos.
Pocas novedades
Por lo demás, pocas novedades. Los habituales elogios al FLA: "Este cambio en la estructura de la deuda hace que la Generalitat sea menos vulnerable a los riesgos de tipo de interés y de refinanciación. Los mecanismos de liquidez permitirán a la Generalitat avanzar en la misma dirección en 2023", se comenta.
Sí que sorprende un tanto el reconocimiento de la caída en los ingresos fiscales en 2022, un 5,5%, lo que supone ingresar por impuestos 2.649 millones menos que los del año anterior. Un recorte que no casa ni con una inflación del 5,5% ni con la buena marcha de la economía. En los años anteriores, la caída de los ingresos impositivos se podía achacar a la Covid, pero no es el caso del pasado 2022, con la pandemia prácticamente superada. La partida que más cae son las transferencias corrientes: 1.690 millones menos.
También están recogidos los costes del covid para Cataluña. Entre 2020 y 2022, más de 9.000 millones de euros repartidos en más de tres ejercicios. En 2022 ya solo fueron 1.034 millones.
A pesar del optimismo, se evita revisar al alza la previsión de crecimiento de la economía: se deja en 1,7% para este año en curso. En general, todo el documento está marcado por un principio general de prudencia. Incluso para la operación del BEI: independencia financiera pero no de golpe. Tranquilidad en la grada. Ya ni se plantea un retorno a los mercados de deuda. Con el FLA mandando de manera silenciosa pero imperial.
La actual Generalitat de Pere Aragonès habla a menudo de "soberanía alimentaria" o de "soberanía energética". Pero evita conceptos como "soberanía financiera". De manera oficial sigue así, pero, en su última presentación para inversores, la de mayo del 2023, dirigida a los tenedores de deuda de la Generalitat, se apunta un curioso plan para reducir de manera incipiente la dependencia del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el fondo del Tesoro que ya respalda el 84,6% de la deuda de la administración catalana, cuya totalidad en diciembre del 2022 ya sumaba 84.327 millones de euros. El nuevo plan de la consellera Natalia Mas pasa por recurrir al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para asumir una parte de esa deuda.
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