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Junts por Forestalia: la nueva puerta giratoria en el sector de las renovables en Cataluña
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Junts por Forestalia: la nueva puerta giratoria en el sector de las renovables en Cataluña

Políticos del entorno postconvergente fichan como lobistas del grupo aragonés de renovables para favorecer el despliegue de este grupo en unas comarcas que se muestran hostiles

Foto: Torres de alta tensión en la provincia de Aragón. (EFE/Javier Cebollada)
Torres de alta tensión en la provincia de Aragón. (EFE/Javier Cebollada)
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Estos días proliferan las marcas electorales locales vinculadas a la palabra Junts. Xavier Trias se presenta por Junts per Barcelona. Pero está lleno. Junts per Matadepera hasta Junts per Ripoll. Un chiste recurrente en los municipios con proyectos de renovables en Cataluña es que hay un nuevo partido: Junts per Forestalia, ante la gran cantidad de políticos de JxCAT o de pasado posconvergente. La actividad de lobby de este grupo se centra en facilitar los proyectos de renovables de Forestalia en Cataluña.

El último fichaje de la empresa es Mercé Rius, la exdirectora del Instituto Catalán de Energía (ICAEN), un organismo que depende de la conselleria de Acció Climàtica, según explican fuentes cercanas a la Generalitat. Pero la situación de Rius no es la única.

Otros tres catalanes asesores de Forestalia son el exconseller de la época de Artur Mas, Felip Puig, quien fue conseller de Medio Ambiente, Política Territorial y Obras Públicas, Interior y Empresa y Empleo. También opera en esta situación Josep Grau, exconseller de Agricultura, Ganadería y Pesca. Y cierra el equipo Pere Palacín, ex director general de Energía, Minas y Seguridad Industrial en la época de Quim Torra. Lo de Junts es solo un chiste y no refleja bien la realidad porque, por ejemplo, Felip Puig nunca ha militado en JxCAT, pero este partido engloba ahora aquel espacio político. Ahí está Xavier Trias y su lema extraoficial: "Torna Convergència".

En 2021 estos tres pesos pesados dieron una gira por 45 pueblos de Cataluña para intentar que no hubiese alegaciones de los pueblos y consells comarcals contra la línea de alta tensión que construirá Forestalia para llevar energía renovable de Aragón al área de Barcelona, sedienta de electricidad y siendo una comunidad autónoma en que los proyectos de renovables están más retrasados.

El plan de Forestalia es muy sencillo: convertir a Aragón y sus grandes zonas despobladas en la gran pila de España. Toda esa potencia se evacua en una gran y griega: El ramal norte se encamina hacia el País Vasco, con un problema de escasez de suelo. Y hacia Cataluña, que sí que tiene superficie, pero donde este tipo de proyectos topa con mucha oposición, tanto de grupos ecologistas como de formaciones políticas como los Comunes y la CUP. En la práctica es como una versión de REE, pero en privado, depende en su mayor parte de las autorizaciones del Gobierno de Madrid. Es decir, las autoridades locales tienen poco que decir sobre los planeamientos, como prueba que esta semana el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha emitido las declaraciones de impacto ambiental favorables para doce parques eólicos y uno fotovoltaico que Forestalia tiene en Aragón.

Actividad de 'lobby' muy intensa

La actividad de lobby es muy intensa. El grupo tiene proyectos de generación renovable de 500 megavatios en Aragón y otros 300 megavatios en Cataluña, pero está instalando una capacidad de transporte del doble de lo que los proyectos de la empresa pueden generar. En el caso de Cataluña, la capacidad para transporte de energía es de 11.500 MW (el equivalente a 10 centrales nucleares), cuando se estima que el máximo de evacuación es de 1.500 MW. Con los proyectos que prepara Forestalia, le bastaría con una tercera parte.

El grupo ha conseguido una legislación favorable, tanto por parte del Gobierno español como del de Aragón. Este último, en concreto, aprobó un decreto ley el pasado 20 de marzo que definía que "los proyectos de consumo eléctrico de cercanía podrán declararse prioritarios como proyectos con generación renovable asociada conforme a lo establecido en el capítulo siguiente y a los efectos establecidos en el mismo" (Artículo 4.2). Pero hay más. Unido esto a la definición que se hace de "líneas directas", se ofrece a Forestalia un marco preferente para desarrollar su actividad empresarial.

El nuevo marco legal permitirá a Forestalia operar como un árbitro del sistema

Esto en la práctica permitirá a Forestalia operar como un árbitro del sistema, es decir, decidirá qué proyectos pueden conectarse y cuáles no. Quién vive y quién muere. REE no tiene este margen, es una empresa regulada que tiene que facilitar el acceso a cualquier proyecto. Sobre el terreno, eso quiere decir que la combinación de sus propios proyectos de renovables con la autopista eléctrica en tres direcciones lo convierte en un proyecto imbatible.

Los lobbistas de pasado convergente no han sido muy bien recibidos por las autoridades locales. Muchos pidieron que en Cataluña haya una norma que aclare la situación, como en Aragón. La línea de Forestalia tendrá 181 kilómetros en territorio catalán. Si el proyecto sigue, las torres en Cataluña empezarán a levantarse en el término municipal de Batea (Terra Alta) e irán atravesando el territorio pasando por las comarcas de la Ribera d'Ebre, el Priorat, el Baix Camp, el Alt Camp, el Baix Penedès y el Alt Penedès para llegar hasta el Baix Llobregat.

La superoferta

En Cataluña no han llegado todavía las superofertas de Forestalia. Pero lo que ha pasado en Aragón da alguna pista. El pasado mes de enero, la compañía que preside Fernando Samper aplica la gratuidad del consumo de electricidad a los vecinos empadronados en cuarenta municipios aragoneses, repartidos en siete comarcas de las provincias de Teruel y Zaragoza: Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras, Maestrazgo, Gúdar-Javalambre, Jiloca, Campo de Daroca y Campo de Cariñena, justo donde están sus proyectos de renovables que evacuarán por la superautopista eléctrica. En Cataluña podría pasar lo mismo y extenderse incluso a las localidades por donde pase la línea de alta tensión, según apuntan fuentes del sector.

En Forestalia están invirtiendo fondos como GIC (el fondo soberano de Singapur) a través de préstamos para proyectos. El grupo no cotiza en bolsa. Pero la totalidad del capital sigue en manos de Samper. En 2021 ganó 14,6 millones, con un volumen de negocio de 293,6 millones. En ese momento ya contaba con 3.000 megavatios de capacidad instalada. Un verdadero gigante del sector con el que ahora ha de lidiar la Generalitat.

Estos días proliferan las marcas electorales locales vinculadas a la palabra Junts. Xavier Trias se presenta por Junts per Barcelona. Pero está lleno. Junts per Matadepera hasta Junts per Ripoll. Un chiste recurrente en los municipios con proyectos de renovables en Cataluña es que hay un nuevo partido: Junts per Forestalia, ante la gran cantidad de políticos de JxCAT o de pasado posconvergente. La actividad de lobby de este grupo se centra en facilitar los proyectos de renovables de Forestalia en Cataluña.

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