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Los pufos del falso primo de Artur Mas que decía ser dueño de Uber y salió en TVE
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LLEVABA AÑOS ACTUANDO

Los pufos del falso primo de Artur Mas que decía ser dueño de Uber y salió en TVE

I.M.J. acumula detenciones y denuncias en todos los cuerpos, así como procesos en muchos juzgados del país, por delitos de estafa o apropiación indebida. Es un auténtico encantador de serpientes que finge ser empresario, inspector de policía...

Foto: I.M.J. durante su intervención en un programa de TVE. (EC)
I.M.J. durante su intervención en un programa de TVE. (EC)

El análisis de la documentación traza una personalidad compleja. Un hombre de mil caras que ha dejado un reguero de víctimas por todo el país. Personas que en algún momento se tragaron sus mentiras y a las que sacó el dinero sin importarle sus circunstancias económicas o laborales. Alguien capaz de fingir ser el propietario de la multinacional Uber, hacerse pasar por un empresario de éxito que deslumbraba por su soltura para conseguir vehículos de lujo o sostener con gran solemnidad que era primo del mismísimo expresidente de la Generalitat Artur Mas. Es I.M.J. Uno de esos presuntos estafadores con mucha labia, que recurre al chantaje emocional cuando las incongruencias destapan sus falsedades y cuya forma de desenvolverse bascula entre un descaro patológico y la autoflagelación emotiva. Recientemente ha sido detenido en Pinos Puentes (Granada) durante el transcurso de una investigación por un supuesto fraude en la venta de un coche de alta gama cometido en la localidad malagueña de Fuengirola.

Es finales de octubre de 2017 y en el ‘prime time’ del primer canal de TVE se abordan los fraudes en la compraventa de productos a través de los portales de segunda mano. En la mesa se sientan junto al conductor del espacio, Javier Cárdenas, una policía, un abogado, otros colaboradores y un invitado sobre el que va a gravitar la conversación. Es un treintañero bien trajeado, con voz serena y buenas habilidades comunicativas. Sonrisa confiada y una amabilidad que genera empatía. El rótulo del programa lo presenta como “víctima de estafa”. Explica que fue engañado durante la venta de un teléfono móvil y que su pareja acabó encausada judicialmente por apropiación indebida al verse envuelta en una supuesto juego de transferencias. Los tertulianos no ocultan su asombro por el relato y los recovecos jurídicos del caso. “¡Es una víctima! Dios mío, pone los pelos de punta”, reaccionan los tertulianos al escuchar a un hombre que, contrariado, se despide de la audiencia deseando que “la Justicia haga su trabajo”.

Foto: Dan McCrum (Foto: Charlie Bibby)

Ninguna de las personas que aquel día acompañaban en el plató a ese joven apocado, ni la inmensa mayoría que frente al televisor escuchaban su relato podrían imaginar que con el paso del tiempo comenzaría a acumular arrestos, órdenes de búsqueda y procesos por delitos de estafa perpetrados en distintas partes del país. Según la información a la que ha tenido acceso El Confidencial, I.M.J., de 37 años, natural de Barcelona, “aproximadamente 1,85 metros de estatura, pelo corto y moreno y complexión ancha”, como lo describe uno de sus denunciantes, acumula una decena de antecedentes únicamente en los Mossos. Reseñas a las que se suman otras 11 investigaciones y reclamaciones por parte de la Policía Nacional, Guardia Civil y juzgados de distintos territorios.

Se necesitarían muchas chinchetas de colores para marcar en un mapa los puntos del país en los que ha actuado este presunto estafador múltiple. Barcelona, Cazorla (Jaén), Peal de Becerros (Jaén), Lucena (Córdoba), Málaga, Úbeda (Jaén) y Granada son algunos de ellos, aunque la experiencia dice a los agentes que probablemente habrá más víctimas que no han querido denunciar. Porque creen ciegamente en el discurso embaucador de este tipo de delincuentes o por el factor vergüenza, que hace que no comuniquen lo que les ha pasado. Entre los delitos por los que se investiga a I.M.J. están estafa, falso testimonio, usurpación de funciones públicas, apropiación indebida, falsificación, malos tratos…

Constructor de personajes

Su último arresto —que haya trascendido— se produjo el 31 de marzo en el municipio granadino de Pinos Puentes. El Instituto Armado lo detuvo en cumplimiento de una orden de detención que se cursó tras la denuncia de un individuo en la comisaría de Fuengirola. Se trataba de un veinteañero que explicaba que en junio de 2020 había adquirido un turismo Audi A1 al investigado, al que había conocido a través de un familiar. El joven quedó ciertamente fascinado por una persona que “alardeaba de ser el dueño de Uber y socio de Europcar” y que disipaba cualquier sospecha “mostrando cuentas bancarias millonarias” para demostrar su capacidad financiera.

"Aprovechaba sus orígenes catalanes y las similitudes del nombre para hacerse pasar por primo de Artur Mas"

Las fuentes policiales consultadas dibujan a un tipo que cuida hasta el último detalle su mascarada. “Acude a las citas con vehículos de alta gama, engatusa a uno diciéndole que le permitirá conducir un Ferrari y a otro llevándolo a un exclusivo local”. Pero quizá su mayor virtud para perpetrar el engaño es que no era excesivo en sus formas, no avasallaba, siempre se desenvolvía con unos modales que invitaban a la confianza. Eso no impedía que construyese personajes que afianzaban su figura frente a sus víctimas potenciales. “Aprovechaba sus orígenes catalanes y las similitudes del nombre para hacerse pasar por primo de Artur Mas”, comenta uno de los investigadores, que no oculta una sonrisa cuando relata que “soltaba el supuesto parentesco, pero después pedía que no lo comentaran”.

I.M.J., sabedor de la buena imagen social que tienen los cuerpos de seguridad, presuntamente simulaba ser inspector para perpetrar algunos de sus engaños, o fingía ser un empresario de éxito con vínculos en el sector de la automoción. Tampoco dudaba en emplear el chantaje emocional para sablear sin ningún pudor a personas cuya economía no era desahogada. Este es el caso de una vecina de Granada que reclama casi 11.000 euros. La mujer, a la que se presentó como miembro de la escala ejecutiva de la Policía Nacional, fue engañada con una presunta oferta de empleo como traductora por el que iba a percibir un salario mensual de 2.948 euros.

Foto: nicolas

El sospechoso, una vez se había ganado su confianza, fue sacándole distintas cantidades de dinero, aunque para lograr el importe más elevado —2.500 euros— recurrió a una supuesta hermana enferma. “Le contó que padecía una grave dolencia y que tenía que marchar urgentemente a Francia, donde ella residía. Le explicó a la mujer que no tenía dinero ni tarjetas porque había perdido la cartera y debía comprar un billete de avión para estar a su lado y cuidarla. Finalmente le entregó 1.000 euros”. Pero no terminó ahí la cosa. Cuando supuestamente se encontraba en el país galo, volvió a contactar con su víctima y le relata que su familiar “se encuentra muy mal y que necesitaba unas inyecciones cuyo precio son 1.500 euros”. La denunciante aceptó porque su presunto amigo iba a regresar en breve a Barcelona y dispondría de liquidez para abonarle la deuda. Aunque no volvió a saber de él.

“Soy el que te paga”

Las distintas investigaciones policiales evidencian que I.M.J. cocinaba a fuego lento las presuntas estafas que cometía. En el caso de Fuengirola, por ejemplo, estuvo varios meses cortejando a su víctima hasta que bajó la guardia. Y como en otras ocasiones, la deslumbró. “El denunciante y su cuñado acompañaron al investigado a la sede de Europcar en el Aeropuerto de Málaga porque debía devolver un vehículo de la marca DS que había alquilado”. Una vez allí, les dice a ambos que elijan el coche que más les gusta de los que estaban disponibles, y ellos seleccionan un Audi A1 de color blanco y un BMW X2. A los pocos minutos, el que decía ser socio de la cadena de ‘rent a car’ abandona las oficinas con las llaves de los dos turismos en la mano, así como las de un tercero: un Abarth.

Supuestamente tejió un fraude de compraventa de coches que saltó por los aires por su expareja

Los tres abandonaron el lugar cada uno en el vehículo elegido y se fueron a cenar. Durante la cena, el investigado se aproxima al denunciante y le pregunta si quiere quedarse el Audi A1. Este responde que sí, por lo que I.M.J. saca su teléfono móvil, busca en internet el número del concesionario y llama. Según explicaron las fuentes consultadas, este es de los pocos momentos en los que el presunto estafador abandona el perfil bajo y muestra cierta soberbia cuando la receptora de la llamada muestra sorpresa al escuchar que quiere comprar el coche. “Soy tu jefe, el que te paga”, dicen que espetó para zanjar la conversación.

El joven estuvo varias semanas disfrutando del turismo tras abonar 2.000 euros en efectivo a su supuesto amigo, al que debía abonar 500 mensuales hasta completar un total de 7.000. Una transacción que se realizó sin contrato alguno, y que no levantó dudas en el comprador porque había entablado una relación cercana con I.M.J. Un problema mecánico derivó en varios cambios de coche hasta que se trasladó a Úbeda para quedarse con el definitivo.

En esta presunta operación fraudulenta, así como en otras, el denunciado parece contar con una infraestructura, supuestos profesionales —gestores, expertos en inversiones...— que dan una pátina de legalidad a cada movimiento y personas que en determinados momentos se comunican con las víctimas para continuar con la mascarada. En uno de los casos, una mujer dijo ser la madre del sospechoso y, aunque en un principio se mostró receptiva a solucionar los desmanes de su hijo, después ignoró al requirente.

Foto: Coche de Policía Nacional. (iStock)

La supuesta estafa con la compraventa de coches salta por lo aires a raíz de que tienen conocimiento de que su amigo ha vendido un todoterreno de su expareja sin el consentimiento de esta. Un episodio que parece revelar una espiral de engaños, donde los pufos se engarzan hasta confeccionar un 'modus operandi' sostenido en el tiempo, ya que semanas antes la Policía Nacional tramitaba una denuncia en Úbeda de la responsable de una oficina de Europcar del municipio que informaba de que un cliente llamado I.M.J. se ha apropiado de tres vehículos: un Audi Q3, un Merdedes GLC 200 y, sorpresa, un Audi A1 Sportback. La mujer relató que el investigado había contraído una deuda por impago de los alquileres de 7.747,12 euros y que le resultaba imposible contactar con ese cliente. Al comprobar la identidad en las bases de datos policiales, se percataron de que el sospechoso acumulaba numerosos antecedentes por estafa desde al menos 2020, por lo que se optó por un reconocimiento fotográfico. La denunciante lo identificó sin ningún género de duda.

La secuencia de las denuncias revela un frenesí estafador a comienzos de este año, con al menos cinco entre enero y marzo, que se unen a las distintas requisitorias que tenía en vigor. Las fuentes consultadas no dudan en definir a I.M.J. y están convencidas de que la cifra de sus víctimas crecerá. La respuesta judicial a cada uno de los procesos abiertos tal vez pueda frenar sus instintos, aunque los investigadores no apuestan mucho por esta posibilidad. “Seguro que dentro de poco saltará otro caso en cualquier otra parte del país”.

El análisis de la documentación traza una personalidad compleja. Un hombre de mil caras que ha dejado un reguero de víctimas por todo el país. Personas que en algún momento se tragaron sus mentiras y a las que sacó el dinero sin importarle sus circunstancias económicas o laborales. Alguien capaz de fingir ser el propietario de la multinacional Uber, hacerse pasar por un empresario de éxito que deslumbraba por su soltura para conseguir vehículos de lujo o sostener con gran solemnidad que era primo del mismísimo expresidente de la Generalitat Artur Mas. Es I.M.J. Uno de esos presuntos estafadores con mucha labia, que recurre al chantaje emocional cuando las incongruencias destapan sus falsedades y cuya forma de desenvolverse bascula entre un descaro patológico y la autoflagelación emotiva. Recientemente ha sido detenido en Pinos Puentes (Granada) durante el transcurso de una investigación por un supuesto fraude en la venta de un coche de alta gama cometido en la localidad malagueña de Fuengirola.

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