La estrategia fallida de ERC: el voto útil para frenar a Vox se lo está llevando el PSC

En estas generales del 23 de julio, ERC se ha postulado como la formación que tendría en su mano parar a Vox, pero es el PSC el que está captando el voto útil, según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión, el equivalente al CIS de la Generalitat. Los resultados son que los socialistas ganarían de manera clara las elecciones, logrando una horquilla de entre 16 y 18 escaños, muy por encima de los 12 que tienen actualmente. Por el contrario, los socios naturales de Pedro Sánchez en Cataluña se hunden: ERC no repetiría sus 13 actuales y tendría que contentarse con un margen que oscilaría entre los ocho y los 10. También resulta destacable el batacazo de Sumar, que no solo cambia de nombre al integrarse los comunes de Ada Colau en la candidatura de Yolanda Díaz. Es que tampoco repetirían resultados: pasaría de los siete que mantiene ahora a quedarse entre cuatro y dos.

El PSC ha logrado colocarse en el espacio central de la política catalana, algo que igual le sirve para sacar oro de los pactos posmunicipales como para pescar en todos los caladeros de votos. Los resultados de esta oleada del CEO indican que una parte de los votos de Cs, ERC, Sumar e incluso JxCAT se van al pragmatismo socialista de los de Salvador Illa.

Opinión

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Josep Martí Blanch

Así, un 12% de los encuestados que contestaron que votaron a ERC en las generales del 2019 dice que ahora cambiarán su voto y se inclinarán por el PSC. El socialismo capta más fugas de votos que hacia JxCAT, cuyo porcentaje de cambio llega al 13% a favor del PSOE.

En un mundo ideal, Pedro Sánchez necesitaría un gran resultado del PSC en Cataluña —lo tiene, según los sondeos—, una recuperación en Andalucía —no la tiene— y que sus socios principales no se desangren. Pero no se está cumpliendo la premisa. Cuanto mejor le va al PSC, peor le va a la ERC de Gabriel Rufián. Y eso que la centralidad socialista también hace que el partido también esté pescando votos de Cs. Lo que gana por un lado lo pierde por otro.

El resultado es doblemente malo para los republicanos porque, además, no se despegan de JxCAT. Hay un pulso entre las dos fuerzas para quedar por delante de la otra y ser “el primer partido independentista”. Si al final JxCAT gana a ERC en este pulso, los de Puigdemont pedirán al presidente catalán, Pere Aragonès, que avance elecciones en Cataluña.

Y eso sin los sorprendentes malos resultados de Sumar, otra víctima del voto útil hacia el PSC, que curiosamente es el partido que más voto retiene. El 80% de los que votaron a favor de Meritxell Batet en 2019 dice que repetiría en 2023. El 16% de los que votaron a los comunes en las últimas generales ahora dicen que se pasarán al socialismo catalán. En cambio, Sumar se hunde entre una Aina Vidal como cabeza de lista relativamente poco conocida y los debates bizantinos sobre una consulta en Cataluña que, en el fondo, nunca ha sido un tema central para su partido.

Víctima del voto dual

Además, la encuesta detecta un voto dual. Entre las 2.000 personas consultadas, una buena parte votaría diferente en las generales que en las autonómicas, una tendencia que castiga a los republicanos de Oriol Junqueras. Un 15% de los que votarían a ERC si las catalanas fueran ahora, en cambio, se inclinarán por el PSC en las generales. De nuevo, Salvador Illa pesca en las aguas del voto útil. En los caladeros de JxCAT pasa algo parecido, pero aquí solo un 7% de los que escogerían esta papeleta en unas autonómicas tornarían su sufragio en socialista para unas generales, según el CEO.

El voto dual desapareció en Cataluña con el procés —con Jordi Pujol había mucho votante de CiU en las autonómicas que en las generales se decantaba por el PSC o por el PP—, pero ahora vuelve a ser detectado en las encuestas. Y, de nuevo, esta es una tendencia demoscópica que perjudica a ERC.

Un 15% de los que votarían a ERC en las catalanas se inclinarán por el PSC el 23-J

La otra gran novedad es la subida del PP, que en buena parte se puede ligar a la desaparición de Cs. Solo que la composición de la base electoral de Ciudadanos en Cataluña es mucho más compleja que en el resto de España. Un 46% se van al PP en unas generales, pero un 27% al PSC. El PP podría rozar ser tercera fuerza, doblando el número de votos, con entre seis y ocho escaños, más del triple de los dos que mantiene ahora. El cabeza de lista para las generales es Nacho Martín Blanco, un fichaje que viene de Cs.

Elecciones al Parlament

Si las elecciones al Parlament fueran ahora, también ganaría el PSC, que quedaría con entre 31 y 37 diputados. Una cifra que no llega para gobernar. El PSC debería obtener como mínimo 45 diputados si quiere aspirar a colocar a Salvador Illa en la Generalitat.

En ese hipotético escenario de elecciones catalanas, no se vive la situación de empate entre ERC y JxCAT. Aquí el segundo puesto de los republicanos es más claro, se quedaría entre 31 y 37 escaños, muy por encima de JxCAT, que oscilaría en una horquilla de entre 25 y 30. Junqueras perdería la gran partida, pero podría aferrarse a pequeñas batallas si luego consigue que Pere Aragonès vuelva a ser investido.

JxCAT ya ha dicho que nunca investirá a Sánchez. ERC ya ha anunciado que apoyará a Pedro Sánchez incrementando el precio de la investidura. Pero, si tiene menos escaños que ofrecer, resulta dudoso que dicha subida de precio pueda ser real. La llamada de Aragonès a la unidad independentista para frenar un pacto PP-Vox ha caído en saco roto. Y solo el PSC parece beneficiarse en términos electorales de la situación creada en Cataluña.