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Negociaciones abiertas

El PSC explora la 'vía Collboni' para hacerse con la Diputación de Barcelona

Los socialistas buscan reeditar el acuerdo con los comunes y el PP en el Ayuntamiento de la ciudad condal para echar a JxCAT y ERC de la institución. El partido de Borràs ya se ha negado a un posible pacto

Foto: La presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín. (EFE/Alejandro García)
La presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín. (EFE/Alejandro García)

El PSC explora alternativas de pactos para controlar la Diputación de Barcelona cuando se constituya su pleno, el próximo mes de julio. La ejecutiva de Junts per Catalunya (JxCAT) decidió este martes no dar su apoyo a los socialistas, como hizo la legislatura pasada, y eso ha provocado los primeros movimientos. Ya ha habido conversaciones con los comunes y consultas al PP para volver a armar la conocida como 'vía Collboni', que acabó con Jaume Collboni como alcalde de Barcelona en el último momento gracias al acuerdo con la formación de Ada Colau y los populares liderados por Daniel Sirera.

Junts está en un escenario distinto al de hace cuatro años. Entonces apoyaron a la alcaldesa de Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, para hacerse con la Diputación. En esta ocasión se han confabulado diferentes circunstancias en contra de ese pacto, puesto que la cercanía de las elecciones generales empuja a los partidos independentistas a un radicalismo extremo y a marcar perfil soberanista.

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En la Diputación de Barcelona, los independentistas están ya vendiendo la piel del oso, pero aún no lo han cazado. Y pueden encontrarse con una sorpresa mayúscula en un par de semanas. La ejecutiva de Junts comenzó con la intervención de su presidenta, Laura Borràs, y de su secretario general, Jordi Turull, que anunciaron que el partido “explora una mayoría alternativa al PSC”. En la práctica, eso quiere decir un pacto con ERC. La institución tiene 51 diputados y la mayoría absoluta es de 26. Pero los socialistas tienen 17, mientras que JxCAT, 12. ERC posee 11; los comunes, 5; el PP, 4; y Tot per Terrassa y Vox cuentan con uno, respectivamente.

Los números no salen. JxCAT y ERC suman 23, a los que se puede sumar el de Tot per Terrasa. Insuficientes para garantizar el control de la institución. Turull y Borràs justificaron su apuesta porque “de este modo, nosotros tendríamos la presidencia”. Por el contrario, si se reedita el acuerdo con el PSC, la presidencia seguirá en manos de los socialistas (sea quien sea el nuevo candidato del PSC a presidir la institución). Hubo intervenciones apoyando el posicionamiento de Turull y Borràs, como la portavoz en Madrid, Miriam Nogueras, y el diputado Joan Canadell, que adujeron que “al PSC, ni agua”. En cambio, hubo voces críticas que reclaman pragmatismo.

“No sólo hemos abandonado el Govern, sino que nos quedamos sin el Ayuntamiento de Barcelona y también perdimos las Diputaciones de Tarragona y Lleida. Ahora sólo hace falta que perdamos la Diputación de Barcelona y nos quedemos fuera definitivamente de cualquier cuota de poder. Empezamos a cavar nuestra propia tumba política”, dice una fuente territorial de Junts a El Confidencial. En sectores municipalistas es donde hay mayor malestar.

"No salen los números"

Xavier Trias ya vendió la piel del oso antes de cazarlo en Barcelona. “Nada más conocer el resultado, anunció un acuerdo con ERC. ¡Pero si Junts y ERC sólo sumaban 16 concejales y la mayoría estaba en 21!", exponen las fuentes consultadas, que alertan de que puede suceder lo mismo ahora. "Lógicamente, el PSC se movió y supo formar una mayoría de 21, por lo que se quedó el Ayuntamiento. Ahora sale la dirección diciendo que se explora una mayoría alternativa con ERC, pero no salen los números. Evidentemente, los socialistas, que son unos maestros del pacto, no se quedarán quietos”, añaden las voces consultadas.

El PSC ya se ha movido en el tablero. Tiene allanado un pacto con los comunes, pero entre ambos suman 22. Sólo el posicionamiento favorable del PP puede dar la presidencia de la Diputación a Núria Marín. Fuentes consultadas por El Confidencial admiten que ha habido contactos, pero “no hay nada de momento”. Los comunes no quieren que los populares entren en el acuerdo, pero lo cierto es que no hay que descartar una nueva 'Operación Barcelona'.

Junts, en cambio, tendría que contar con el voto favorable del PP en su acuerdo con ERC. O, al menos, la abstención. Pero los populares no está por la labor. Es la pieza clave en el tablero, puesto que puede acorralar a JxCAT en su territorio y expulsar al independentismo de dos de los principales bastiones de poder, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona.

La otra alternativa del PSC

La estrategia puede pasar factura a la cúpula de Junts. Los socialistas han hablado también con algunos cuadros municipalistas del partido independentista, que están muy molestos pero no parece que vaya a haber una ruptura del voto en la Diputación para seguir apoyando un pacto con los socialistas. “Nos consta ese malestar, pero es muy difícil que rompan la disciplina de partido. Nosotros ya trabajamos en otras alternativas posibles”, indica a El Confidencial una fuente socialista.

Si finalmente el PP facilita la presidencia al PSC, JxCAT no tendría más remedio que pasar a la oposición y se quedará sin margen de maniobra. “En la última legislatura, gracias al pacto con el PSC, se gobernó muy cómodamente, se hicieron muchas cosas en el territorio, los alcaldes y concejales podíamos presumir de hacer cosas y jamás hubo problema alguno. Si ahora no estamos en la institución, no sabemos cómo podemos sacar beneficios para algunas necesidades de nuestros municipios”, señalan desde Junts.

Además, su pacto en la estructura de la Diputación le podría suponer a la formación posconvergente un balón de oxígeno para colocar como asesores a muchos de los cargos que se han quedado fuera de la Administración tras salir del Govern y después de no haber logrado el Ayuntamiento de Barcelona. Una coalición que deje fuera a Junts también podría poner en peligro el suculento contrato a 6.000 euros mensuales que tiene la esposa de Carles Puigdemont, Marcela Topor, en la XAL, la red de medios de comunicación que depende de la institución provincial.

Los movimientos de JxCAT y ERC, no obstante, tienen una gran motivación: las elecciones generales del 23 de julio. El pleno de constitución de la Diputación tendrá lugar el 6 o el 13 de julio, a comienzos o en medio de la campaña electoral. En Junts no quieren aparecer como aliados de los socialistas en esa campaña e incluso han anunciado que no se lo pondrán fácil a Pedro Sánchez si tiene oportunidad de formar gobierno en España. ERC quiere también distanciarse del PSC y marcar perfil propio netamente independentista. El pragmatismo de ambas fuerzas comenzará al día siguiente de los comicios, pero hasta entonces hay orden de no dar concesión a partidos de ‘obediencia estatal’ y vender nacionalismo por los cuatro costados.

Existe otra circunstancia sobrevenida. Los socialistas birlaron la alcaldía de Barcelona a Xavier Trias, que daba por hecho que sería alcalde cuando comenzó el pleno de constitución del Ayuntamiento., lo que ha contribuido a elevar el tono de los mensajes antisocialistas. El propio portavoz de Junts, Josep Rius, volvió a reiterar que el caso de Barcelona “es una operación de Estado para impedir que el independentismo gobernara en la capital de Cataluña”, pero esa excusa es para consumo propio de la parroquia soberanista. Y en amplios círculos independentistas se reconoce que todo es cuestión de matemáticas: lo que pasó en la capital catalana también pasó, pero al revés, en otras localidades y nadie se sintió ofendido, porque la democracia es una suma de votos.

“En realidad, lo que hay es un relato de confrontación contra el PSC que es atizado por la dirección del partido. Ya no es sólo lo de Trias, sino que la cosa viene de atrás. Ya durante la última legislatura no aprobamos nada con el PSOE, ni siquiera la prórroga del confinamiento. Y, tras las municipales, en Girona, por ejemplo, ganó la socialista Sílvia Paneque y fuimos nosotros los que le jodimos la alcaldía, dándosela a la CUP, que es nuestra mayor enemiga. Pero luego algunos se extrañan de que nos cojan la alcaldía de Barcelona. Vamos de desastre en desastre. Lo que hay que saber es negociar y mantener cuotas de poder en instituciones.”, concluye otra fuente.

El PSC explora alternativas de pactos para controlar la Diputación de Barcelona cuando se constituya su pleno, el próximo mes de julio. La ejecutiva de Junts per Catalunya (JxCAT) decidió este martes no dar su apoyo a los socialistas, como hizo la legislatura pasada, y eso ha provocado los primeros movimientos. Ya ha habido conversaciones con los comunes y consultas al PP para volver a armar la conocida como 'vía Collboni', que acabó con Jaume Collboni como alcalde de Barcelona en el último momento gracias al acuerdo con la formación de Ada Colau y los populares liderados por Daniel Sirera.

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