Puigdemont pide dinero a sus activistas (mínimo 1.500 €) y promete un interés del euríbor+1

Junts per Catalunya (JxCAT) ha comenzado una campaña para recaudar fondos sin tener que endeudarse, al menos bancariamente. Por eso, ha imitado a los comunes y ha desatado una intensa campaña entre sus círculos afines para recaudar fondos con los que sufragar su campaña electoral de cara a las elecciones generales del 23 de julio. Es un caso insólito en la derecha soberanista catalana, aunque ya había ensayado una estrategia similar en la última campaña de las autonómicas. Pese a las promesas de transparencia, ni el partido, ni su presidenta, Laura Borràs, ni Carles Puigdemont, que fue el impulsor de esta iniciativa, hicieron público nunca cuánto dinero consiguieron en forma de préstamos.

Sea como fuere, Junts vuelve a las andadas y recaba de nuevo la atención de sus activistas para afrontar las generales de este mes de julio. Las condiciones que pone sobre la mesa son las del mercado: promete devolver los préstamos (que, en principio, divide en porciones de 1.500 euros, 3.000 euros, 5.000 euros o superior) a un interés del euríbor más un punto y afirma que la devolución se hará a un año vista como plazo límite, aunque podría adelantarse si recibe del Estado español las indemnizaciones a que tenga derecho por los diputados y los votos obtenidos en la campaña.

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Un documento de 13 páginas distribuido entre la parroquia explica que “financiaremos la campaña con las aportaciones de nuestra gente”, ya sean donativos (que no se han de devolver) o préstamos, hasta un máximo de 10.000 euros por persona. El dinero se retornará “con la subvención prevista para cada partido, que se recibe en función de sus resultados electorales”. Asegura en el documento que los préstamos han de declararse en la Agencia Tributaria Catalana y se pueden formalizar por internet. Las subvenciones electorales son de más de 21.000 euros por escaño obtenido, 0,81 euros por cada voto en la candidatura del Congreso y 0,32 euros por cada voto al Senado. Además, si consigue grupo propio, podrá percibir 0,18 euros por elector en cada una de las circunscripciones en que haya presentado lista al Congreso o al Senado.

El problema está en si se pega un batacazo o resiste en los ocho diputados que tiene en la actualidad. En 2019, los ocho diputados pertenecían a Junts y al PDeCAT, pero después de los comicios siguieron estrategias separadas. En esta ocasión, el PDeCAT se presenta a las elecciones fuera de las listas de Junts, bajo el lema Espai CiU y con una lista encabezada por Roger Montañola, proveniente de UDC, y tamizado por Lliures, el partido escindido de Convergència encabezado por el exconsejero Antoni Fernández Teixidó. La división del voto del espectro posconvergente puede restar posibilidades a Junts, castigarlo profundamente en estas elecciones y restarle posibles a la hora de devolver los préstamos.

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Hasta ahora, quienes habían institucionalizado estrategias similares en campañas electorales habían sido los comunes, que también en esta ocasión han solicitado dinero de sus activistas. “Ahora que quizá ya has cobrado la paga extra, desde En Comú Podem te animamos a hacer una donación, sea la cantidad que sea, para la campaña que llevará a Yolanda Díaz a ser la primera presidenta del Gobierno”, decía en un mensaje distribuido a su militancia el pasado viernes, en el que les indicaba que “los primeros 250 euros que das cada año a partidos políticos desgravan un 80%”. Los comunes también ofrecen la posibilidad de realizar un préstamo al partido, pero, a diferencia de Junts, no abonan intereses. Por ello, en su mensaje, el partido morado advertía también de que, en lugar de donativos, el militante puede dar “un préstamo sin intereses, entre 500 y 10.000 euros, con la devolución 100% garantizada”.

Inteligencia artificial

Ante la campaña, JxCAT también se ha exprimido los sesos para diseñar una campaña ácida, a la contra, antitodo y netamente identitaria con Cataluña y lo catalán. Carles Puigdemont ya ha dicho por activa y por pasiva que no facilitará ningún Gobierno en Madrid y que su voluntad es entorpecer y tratar de paralizar la maquinaria del Estado. Se trata de denostar todo lo que huela a más allá del Ebro y a cultivar el victimismo que tan buenos resultados ha dado históricamente al nacionalismo catalán. Y, para ello, Junts ha echado mano de la inteligencia artificial, a falta de otras herramientas.

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El partido de Carles Puigdemont y Laura Borràs ha preparado vídeos elaborados con inteligencia artificial donde aparece un supuesto Pedro Sánchez (tamizado por el filtro, parece un muñeco diabólico antes que un político de carne y hueso) que admite que “el PSOE no ha cumplido. No os hemos pagado ni la mitad de lo que os toca” y se compromete a publicar un decreto antes del 23-J “para que Cataluña cobre todo lo que le debemos”. A continuación, la candidata por Barcelona, Míriam Nogueras, sale diciendo que de cada 100 euros que debería recibir Cataluña “solo llegan 35”. Otro vídeo presenta a un supuesto juez Pablo Llarena, que habla en español y que se compromete a “respetar el derecho a decidir” y asegura que “anularé todas las causas contra los independentistas, incluida la del president Puigdemont”. Luego, finaliza la toma la candidata Nogueras, que afirma en primer plano que “el procesamiento y encarcelamiento de personas por su pensamiento político es una realidad en el Estado español”.

Son mensajes simplistas, maniqueos y de dudosa moralidad, por cuanto presentan una visión sesgada, acorde con las teorías hispanofóbicas y tremendistas que difunde el independentismo más extremista. La propia candidata de JxCAT envió varios reporters a sus militantes y un vídeo en el que asegura: “No regalaremos votos a quien no nos paga, a quien nos humilla, miente y espía y que menosprecia nuestra lengua (…) Ya está bien de que nos digan desde Madrid qué ha de pasar en Cataluña. Ya está bien de expolio fiscal. Ya está bien de tomarnos el pelo con los cercanías”. Por eso, el lema de su campaña es un sonoro "Ya está bien" ("Ja n’hi ha prou"). El espíritu de la campaña es heredero directo de la arenga que la propia Laura Borràs dirigió a los miembros del consejo nacional de Junts de finales del mes de junio: “Somos catalanes y hemos escogido la vía de la libertad y ya sabéis que esto es delito en España”.