Batalla vecinal por la ampliación del MACBA: "Si echan a los 'skaters', que hagan lo que quieran"

El Raval es uno de los barrios más antiguos e icónicos de Barcelona. Sus estrechos callejones repletos de tiendas con encanto son una gran atracción para los turistas. Pero el Raval también es uno de los barrios más sucios, conflictivos e incluso peligrosos de la Ciudad Condal. Uno de los puntos calientes es la Plaza dels Àngels, donde se sitúa el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). Cuando piensas en la plaza de un barrio te vienen a la mente, niños jugando, bancos, árboles… La Plaza dels Àngels, en cambio, es una plaza dura, un auténtico mamotreto de cemento.

Y no solo eso, además de las avalanchas de turistas que acoge, sobre su duro suelo pasan al día miles de monopatines. La explanada que se abre enfrente del museo se ha consolidado como el punto de encuentro por excelencia de los skaters de Barcelona. A los problemas de inseguridad, suciedad y concentración de patinadores, ahora se les suma el proyecto de ampliación del MACBA, que plantea la construcción de un nuevo edificio en esta misma plaza que restaría casi 1000 metros cuadrados de espacio público.

Cuando los barrios se ven tan invadidos y descuidados, los movimientos vecinales se reconfiguran y, mientras algunos se rearman y cogen fuerza, a otros se les escapa el barrio poco a poco entre los dedos como si fuese arena. En el Raval, todas las asociaciones de vecinos se quejan de la necesidad de preservar el espacio público que siempre está ocupado y arrebatado a los ciudadanos. Antonio Martínez es el presidente de la Asociación de Vecinos del Raval y cruza cada día la para ir de su casa a la sede común: "Lo veo cada día, no sé cómo no han atropellado a alguien ya, a mí han estado a punto un par de veces", denuncia.

Uno de los vecinos apremia a "luchar por el barrio, no por una tendencia política"

Aunque la intención es la misma (hacer el barrio para los vecinos) las posturas de las diferentes asociaciones vecinales son muy diferentes. Mientras unos juran y perjuran que agotarán todas las vías para evitar la construcción de un nuevo edificio en la plaza, la agrupación de vecinos más antigua del barrio defiende la expansión del museo. La tensión entre los dos "bandos" por posicionarse sigue aumentando. Los nuevos del barrio son La Red Vecinal del Raval, que aporta las ideas más nuevas y que nació hace solo unos años frente a la historia y madurez de la entidad de toda la vida, la Asociación de Vecinos del Raval.

Antonio Martínez, el presidente de la asociación más veterana, da sus argumentos enfadado: "¿Que me quieren desplazar después de 50 años luchando por el barrio? Lo tienen claro. Cuando una asociación de vecinos que tiene que luchar por el barrio se convierte en un eje político, malo. Porque lo principal para una asociación de vecinos de un barrio es luchar por el barrio, no por una tendencia política", en clara alusión a la cercanía de los nuevos grupos con los movimientos de izquierda.

Martínez comenta cansado: "Dicen que la plaza es para los vecinos, no para el MACBA, ¿cuándo ha sido para los vecinos? Si eso es un lugar de 'skaters' y de botellones, nunca ha sido nuestra…. Los vecinos solo la cruzamos de paso". Algunas asociaciones, en esta línea, se han unido a La Red Vecinal del Raval para parar la propuesta de ampliación. Denuncian que es un auténtico robo a los ciudadanos e insisten que la construcción de un edificio es una sentencia de muerte para el barrio.

En cambio, el presidente de la Asociación de Vecinos del Raval defiende la expansión del museo porque considera que hay problemas mucho mayores: "Si amplían el MACBA, me quitan los 'skaters' y todo lo que se junta en la plaza, yo encantado". Las otras asociaciones reconocen que la plaza necesita diversificar sus usos y recuperar un espacio que actualmente está "monopolizado por los 'skaters'", que impiden que, por ejemplo, los niños de las escuelas de los alrededores puedan jugar en ella.

Un CAP que se cae a trozos

Uno de los detonantes del enfrentamiento también es la necesidad de mejorar el barrio y, para ello, hacerlo en los espacios disponibles: "Estoy cansado de repetirle a las instituciones que nos tienen abandonados desde hace 10 años, nunca hacen nada", explica Martínez. En este abandono que denuncia hay una evidencia: uno de los dos centros de atención primaria (CAP) del barrio necesita una ampliación urgente.

El Raval es uno de los barrios más densamente poblados de Barcelona y, aun así, solo tiene dos CAP: el Raval Sud y el Raval Nord. Este último se encuentra en condiciones muy precarias. "Es un edificio que se cae a pedazos, cuando hace frío no se puede ni estar, las puertas no cierran bien y dudo que les funcione la calefacción", explica Martínez.

Para solventar este problema de asistencia sanitaria, el Ayuntamiento puede recurrir, según estas entidades, a la Capilla de la Misericordia, una antigua iglesia ubicada en la Plaza dels Àngels que es de titularidad municipal y que estaba cedida al MACBA. Según La Red Vecinal del Raval, el contrato de cesión obligaba al museo a poner en uso el equipamiento en un plazo de cinco años y, al no haberlo hecho, podría haber incurrido en un incumplimiento.

El nuevo edificio que quiere construir el MACBA en la Plaza dels Àngels ocuparía 908 metros cuadrados de espacio público al barrio. La Red Vecinal del Raval y la Plataforma No a la Ampliación del MACBA han presentado diversas alegaciones y un contencioso-administrativo para paralizar las obras. Se quejan de que el proyecto no es adecuado y además, aseguran que contiene "irregularidades flagrantes" por la recalificación de un terreno que no respeta los mínimos de zonas verdes que estipula la ley. Los movimientos vecinales inciden en que las alegaciones están "fundamentadas en las recalificaciones chapuceras del Ayuntamiento".

"Nos dieron el cambiazo con otra plaza que ya tenía zonas verdes, aunque no estaba calificada como tal. Es un espacio que ya disfrutamos, no una compensación". La presidenta de la Red Vecinal del Raval, Carmela Torró, explica además que "las recalificaciones urbanísticas pueden sentar un precedente muy peligroso". "Si cada vez que necesitamos construir algo nos saltamos la ley que protege el espacio, vamos mal", añade. La asociación vecinal critica los privilegios que se les otorgan a empresas privadas. "Ni siquiera se pensó en hacer algo así cuando se necesitaba ampliar el CAP", expone la presidenta de la asociación.

La Fundación del MACBA achaca los retrasos en las obras a la decisión de reajustar el calendario y el presupuesto de los miembros del consorcio y la dirección del museo, aunque mantienen que "el centro debe crecer". Sin embargo, admiten que el proyecto de ampliación que fue aprobado no cuenta en este momento con la financiación necesaria por el "encarecimiento del proceso constructivo". Frente a la oposición vecinal, el museo mantiene que mientras reorganiza el calendario, "trabajará para estudiar cómo aprovechar al máximo los espacios actuales".