El MACBA reivindica la poesía espacial, visual y circular de Nancy Holt

“El espacio y el cielo y el sol me noquearon [...]. Me sentí como si, de algún modo, mi exterior y mi interior fuesen idénticos. Había llevado aquel paisaje dentro de mí mucho tiempo y de repente allí estaba, fuera de mí. No volví a ser la misma cuando regresé a Nueva York”. Nancy Holt (1938-2014) escribió estas palabras tras su primer viaje al desierto del Oeste americano, en 1968, una experiencia formativa que ejercería un gran impacto en su práctica artística en las décadas siguientes. Holt había empezado su trayectoria artística en 1966 creando poesía concreta: “En estas estructuras verbales aparece mi interés por el lugar y la geografía, el vacío, los ciclos de tiempo, las repeticiones y las duplicaciones”. En 1967 su poesía pasó del texto a la imagen y de la página al paisaje, expandiéndose para explorar la materialidad del sonido, la voz, la luz y el espacio. Su formación previa como bióloga la llevó a interesarse por las conexiones entre la ciencia y el arte, así como por las interrelaciones entre el mundo construido y el mundo natural.

‘Nancy Holt / Dentro Fuera’ es la primera gran exposición europea que explora el legado artístico de la artista multidisciplinar a través de una amplia selección de obras que abarca desde 1966 hasta 1992. La artista plantea en sus creaciones una ecología de la interconectividad: vincula los árboles y las personas, la respiración de los edificios y de los cuerpos, la luz y los astros, la ubicación espacial y los puntos cardinales. En sus películas, vídeos, fotografías, dibujos, esculturas e instalaciones, fija la mirada y la moviliza mediante una poética incisiva del lugar y operaciones de “repetición y duplicación”.

”Dentro y fuera” son dos provocaciones que trazan una ruta a lo largo de las cinco décadas de producción artística de Holt. Su poesía espacial y visual invita a reconocer los sistemas ocultos que constituyen y estructuran las maneras de estar y de percibir el mundo. Holt fue una figura frecuentemente vinculada a los movimientos del land art y el arte conceptual norteamericano, a pesar de que su obra es menos conocida que la de sus colegas masculinos, una situación que esta exposición aspira a corregir. Más que ceñirse a estas clasificaciones de la historiografía del arte, ella misma prefería ser identificada como una “artista de la percepción”. La obra de Nancy Holt constituye una invitación a detenernos a observar, reflexionar y prestar atención al mundo concreto en transformación.

Un viaje transmedia

Holt inició su trayectoria a mediados de 1960 como asistente de edición literaria en la revista ‘Harper's Bazaar’. En 1966 comenzó a crear poemas concretos, considerados como sus primeras obras, en las que ponían a prueba la estructura, el contenido y la forma del lenguaje y que aluden a la visión, la ubicación, los sistemas, los lugares y la geografía, temas que atravesarán toda su práctica creativa. Un trabajo paradigmático de este período es ‘The World through a Circle’ (‘El mundo a través de un círculo’, 1972), en el que reflexiona sobre la naturaleza de los elementos: “El mundo a través de un círculo. / Elementos reales y reflejados. / Concentrados, cercados. / El cielo derribado. / Un agujero abierto en el suelo, sea como sea. / Un dibujo en un vistazo. / Y luego una segunda mirada. / Y más. / El mundo se centra / y se despliega otra vez, ya visto”.

Karen Di Franco, en su texto ‘El horizonte del texto’, publicado en el catálogo ‘Nancy Holt / Dentro Fuera’, explica: “Escritos en privado y en gran parte inéditos en la época, muchos de los textos de Holt, que ella denomina poemas concretos, denotan las huellas de su contención a través de los círculos perforados en el margen izquierdo de cada hoja: tres círculos que crean ausencias materiales en la página. Al vincular lo circular a un compromiso material con las propiedades del lenguaje, lo marginal o diarístico se enfatiza en unos poemas que, ex-perimentando con los métodos de la poesía concreta, creaban una dialéctica entre los lugares de pertenencia geográficos y fenomenológicos mediante la incorporación de material personal o personalizado”.

Holt amplió su exploración del lenguaje de la página al paisaje, guiando a amigos a través de sitios desconocidos con partituras escritas. La significativa pieza ‘Stone Ruin Tour’ (‘Visita guiada a ruinas de piedra’, 1967) marca el inicio de sus experimentos con la combinación de sonido y fotografía. En junio de 1967 Holt se grabó a sí misma mientras dictaba una visita guiada a través de un jardín laberíntico en Cedar Grove (Nueva Jersey).

A lo largo de las casi seis décadas de actividad, Holt favoreció de manera consciente la colaboración como método artístico más que el trabajo en solitario. En muchos de sus trabajos Holt colaboró con otros artistas, o incluso con astrofísicos, astrónomos, arquitectos, ingenieros, expertos y profesionales de diversos campos. Viajar constituía una parte importante del trabajo de Holt, que recurrió a la red de autopistas interestatales y a su cámara para crear poemas visuales a partir de la observación de incidentes recurrentes.

“He realizado esculturas de gran formato, al aire libre y site-specific. Cada una de ellas surge de su propia ubicación, teniendo en cuenta la topografía, el entorno arquitectónico y los materiales locales, además de la psicología, la sociología y la historia de cada lugar. Muchas de estas obras incluyen aspectos astronómicos, al estar alineadas con las salidas y las puestas de sol en los equinoccios y los solsticios, la Estrella Polar o la Luna. Otras son System Works (Obras sobre sistemas), que pueden canalizar agua, aire, electricidad (una forma del fuego) y el gas metano que emana de la materia orgánica en descomposición”. llegó a escribir Nancy Holt en ‘Ecological Aspects of My Work’ (‘Aspectos ecológicos de mi práctica artística’).

Holt también enfocó su cámara a los cementerios, como en ‘Western Graveyards’ (‘Cementerios del Oeste’, 1968), una serie de sesenta imágenes de tumbas abandonadas que la artista encontró junto a los caminos durante su viaje por el oeste americano. En ‘Trail Markers’ (‘Balizas de sendero’, 1969), que Holt describió como una obra de arte que estaba a la espera de ser percibida, se fijó en cada piedra con un punto naranja que orienta al excursionista. Los puntos destacan una creación humana en el contexto de una vasta extensión natural, que conecta con el interés de la artista por los sistemas y el movimiento humano a través del espacio y el tiempo, y la fascinación que Holt sentía por el círculo.

Los estanques, preparados para ser reactivados en cualquier momento según deseo de la artista, son testigo de la magnificencia del emplazamiento, desde las estrellas de su cielo nocturno hasta las ondas que produce un insecto sobre el agua. Ambas obras asentaron los cimientos de obras posteriores que explorarían ideas relativas al encuadre de la visión y a la posibilidad de trasladar el cosmos a la Tierra y al ámbito de la experiencia humana.

A través de los Locators empezó también a interesarse en las formas en que la luz y la vista se conectan y exploró las cualidades de la luz cuando se refleja. En 1974 creó Mirrors of Light (Espejos de luz), una instalación que consta de un foco de teatro y una fila de diez espejos colocados en diagonal con el fin de dar materialidad a la luz, intensificando la experiencia del cuerpo en el espacio. En Light and Shadow Photo Drawings (Fotodibujos de luz y sombras, 1978), la serie de veintidós fotografías producto de la luz proyectada, nos invitan a contemplar el juego cruzado de luces y sombras, y a lidiar con nuestra propia percepción.

La conquista del espacio

En 1971 Nancy Holt hizo sus primeras esculturas, que denominó ‘Locators’. Se trata de unos dispositivos de visión de construcción sencilla a partir de tubos industriales soldados en forma de T sujetos al suelo, a modo de monóculos, que permitían poner de relieve los procesos temporales de visión y el emplazamiento. El juego de la observación a través de estos artefactos remite de nuevo a una reflexión sobre la percepción que planea sobre toda la trayectoria de Holt: qué vemos, qué dejamos de ver, la visión parcial y la visión total... Lo que creemos ver al mirar por el ‘Locator’ –por ejemplo, un punto negro en la pared– puede ser en realidad una forma distorsionada para ser perciba de otra manera. El dentro y el fuera que la propia Nancy Holt había reivindicado en una exposición de 1972 titulada ‘Outdoors-Indoors’.

Holt realizaría diversas obras durante 1972 a partir de los ‘Locators’ que la llevarían a desarrollar sus primeras obras en espacios abiertos. Dos ejemplos destacables son Views through a ‘Sand Dune’ (‘Vistas a través de una duna’, 1972) en Narragansett Beach (Rhode Island), que consiste en un tubo de hormigón insertado a través de una duna de arena que se transforma en un dispositivo de visión que encuadraba las vistas del océano y de la costa, y ‘Hydra’s Head’ (‘Cabeza de Hidra’, 1974), junto al río Niágara, en Lewiston (Nueva York), consistente en seis estanques de agua dispuestos con la forma de la constelación Hidra, que a su vez tiene forma de serpiente marina.