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Aragonès reclama protagonismo para ERC en la investidura con su irrupción en el Senado
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Ahora que Puigdemont recula

Aragonès reclama protagonismo para ERC en la investidura con su irrupción en el Senado

La Generalitat anunció por sorpresa que el presidente catalán irá a la Cámara Alta como un modo de recuperar el protagonismo perdido de los republicanos en la negociación

Foto: Pere Aragonès, entrando en el Consell Executiu. (EFE/Andreu Dalmau)
Pere Aragonès, entrando en el Consell Executiu. (EFE/Andreu Dalmau)
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El presidente catalán, Pere Aragonès, reclama mayor protagonismo para ERC en el pacto de investidura de Pedro Sánchez. El gesto de ir al Senado a defender la ley de amnistía que ha de servir de moneda de cambio para la investidura permite a los republicanos captar el foco en un momento en que Carles Puigdemont se repliega ante los desacuerdos con la Moncloa. El PP planteó la Comisión General de Comunidades Autónomas en la Cámara Alta mañana jueves como una trampa al socialismo. Pero en el Palau la han visto como una oportunidad para volver a tomar la iniciativa política.

El problema va a ser la soledad con la que lo afrontará Pere Aragonès. Nadie le apoyará. El lendakari, Iñigo Urkullu, ha declinado asistir. Al igual que los tres líderes autonómicos del PSOE: ni la presidenta de Navarra, María Chivite, ni Adrián Barbón (Asturias), ni Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) acudirán, para evitar la encerrona de los populares. Fernando Clavijo (Coalición Canaria) envía a una vicepresidenta. En cambio, se prevé que presidentes como Isabel Díaz Ayuso carguen con todo contra el plan de amnistiar a los implicados en el procés.

Desde la Generalitat de Cataluña han llamado al Gobierno vasco para avisar de que van, sin que esto haya producido un cambio en la decisión del PNV. Pero han renunciado a una ronda de contactos para que la amnistía tenga más defensores en la Cámara Alta. Con lo que la comparecencia tiene más de autobombo en clave catalana que de dar a la nueva amnistía la dimensión de una operación de Estado.

Aragonès asume el riesgo para tomar la posición y ocupar el hueco que ha ido dejando Puigdemont en los últimos días. Va como presidente de la Generalitat. Pero la jugada política es para ERC, que lleva dos semanas diciendo que la amnistía está hecha. Su defensa en Madrid será lo más claro que ha hablado el independentismo sobre el tema, y si al final la investidura prospera podrán reclamar su parte de protagonismo.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (d), se reúne con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián (i). (EFE/Javier Lizón)

Oriol Junqueras ya lo hizo. El presidente de ERC se fue a Madrid en el arranque de las negociaciones para decir que la amnistía progresaba sobre ruedas. La pasada semana, Junqueras y Pedro Sánchez hablaron por teléfono durante 45 minutos en una conversación que ambas partes valoraron de forma muy positiva.

Ahora Pere Aragonès se suma a estos movimientos en ERC. De hecho, la Generalitat no ha querido confirmar ni desmentir si esté previsto que en su viaje a Madrid se reúna con Pedro Sánchez. En todo caso, se trata de captar foco para luego poder exhibir triunfos políticos ante JxCAT.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

En clave nacional, parecerá que Aragonès está solo y que la amnistía no importa a la mayoría de los españoles, incluso a la izquierda. Es el precio de una escenificación de este tipo en el Senado. Quedará como un asunto de los catalanes lejos del “pacto de Estado” o el “acuerdo histórico” que han vendido los líderes independentistas, como es el caso de Puigdemont. Pero en clave catalana, Aragonès se apunta un tanto para evitar que JxCAT les acabe superando en votos. Y con la ventaja de que la amnistía es una prolongación del anterior gran éxito de los republicanos en la negociación con Madrid: los indultos.

Atasco en Waterloo

Mientras, en Waterloo las conversaciones con la Moncloa se han atascado. No hay acuerdo sobre la figura del mediador, que el Ejecutivo central y el PSOE rechazan. Tampoco sobre la exposición de motivos de la futura ley de amnistía, que los de Pedro Sánchez no quieren denominar así. En el preámbulo de la ley que se está trabajando se quiere reconocer el espíritu de la sentencia del Tribunal Supremo y del juez Manuel Marchena, en el sentido de que el independentismo acabó saltándose la ley en un error de cálculo para intentar forzar al Gobierno español a negociar. En JxCAT también rechazan este planteamiento. Además, queda la cuestión de la unilateralidad. Los de Puigdemont se niegan a plantear algún tipo de renuncia o que esta quede recogida en el preámbulo de la ley que ellos también votarán. Todo esto separa a ambas partes y hace el diálogo muy difícil.

Queda la duda de si Aragonès explicará qué tipo de amnistía plantea ERC ante la Cámara Alta

ERC ha priorizado los contactos con la Moncloa. En cambio, no se habla con JxCAT. Pero no ha explicado qué tipo de amnistía plantea, ni a qué periodo afectaría. Solo Sumar ha hecho un planteamiento técnico de la ley, que todas las parte coinciden en que no es lo que se está negociando. Habrá que ver si Aragonès aprovecha su comparecencia para definir su tipo de amnistía.

Todas las partes

Sin embargo, no basta con que ERC o JxCAT den su visto bueno a la negociación. Lo han de dar ambos, a la vez. Junto con el PNV, Bildu y Sumar. Bastará entonces con la abstención de Coalición Canaria. Por tanto, el valor de lo que aporte Pere Aragonès en el Senado siempre será relativo en términos de éxito para el acuerdo. Pero permitirá a ERC evitar que JxCAT y Puigdemont sigan robándole protagonismo en el escenario de la negociación.

El presidente catalán, Pere Aragonès, reclama mayor protagonismo para ERC en el pacto de investidura de Pedro Sánchez. El gesto de ir al Senado a defender la ley de amnistía que ha de servir de moneda de cambio para la investidura permite a los republicanos captar el foco en un momento en que Carles Puigdemont se repliega ante los desacuerdos con la Moncloa. El PP planteó la Comisión General de Comunidades Autónomas en la Cámara Alta mañana jueves como una trampa al socialismo. Pero en el Palau la han visto como una oportunidad para volver a tomar la iniciativa política.

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