Aragonès mete presión a Sánchez: "Queremos un referéndum a la escocesa"

El Gobierno catalán mantuvo este lunes una reunión extraordinaria para evaluar el informe del comité de expertos del Acuerdo de Claridad sobre cómo realizar un referéndum de independencia de Cataluña. El president, Pere Aragonès, aseguró este mediodía, tras esa reunión extraordinaria, que el informe no añade presión sobre las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez, pero el tema es que su mensaje fue contundente: referéndum, sí o sí.

Es más: los expertos expusieron cinco fórmulas para poder resolver el conflicto político de Cataluña con España. Pero Pere Aragonès ya hizo suyo uno de ellos: quiere la fórmula de realizar un referéndum que se responda con un sí o con un no a la independencia. "Hemos estudiado este informe y la conclusión es clara: un referéndum en que el que vote la ciudadanía de Cataluña sobre independencia es posible, es viable, es legal y puede ser una solución compartida para resolver el conflicto con el Estado". Y no se cortó al reclamar que lo que él quiere es "un referéndum a la escocesa, y a partir de aquí se inicie el camino que implemente el resultado".

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La euforia del president es tal que casi vendió la piel del oso antes de cazarlo: "El referéndum de Escocia era el que pedía el parecer a la ciudadanía escocesa y luego venía un periodo de discusión con el Gobierno británico para implementar el resultado. Eso lo asumo yo y el conjunto del Govern, ya que después del nuestro habrá los periodos de validación e implementación". Y detalló luego que, "si el resultado es favorable, se deberá implementar y validar. Se puede hacer de muchas formas. La interlocución entre gobiernos y cámaras legislativas sería lo más lógico".

El Acuerdo de Claridad es una apuesta personal de Pere Aragonès, copiada del modelo canadiense, para tratar de delimitar un marco de juego que le favorezca en el camino hacia la independencia. Para redactarlo, el president nombró a nueve personas como consejo de notables, que le han propuesto cinco fórmulas para resolver el conflicto de Cataluña, que van desde un referéndum solo en Cataluña para iniciar un proceso de reforma constitucional hasta una consulta en toda España, unas elecciones plebiscitarias, un referéndum de independencia directo o cómo debe ser el encaje en España.

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Marc Sanjaume, presidente del consejo de expertos de Aragonès, había declarado poco antes de la comparecencia de Aragonès que, con su informe, "hemos hecho una reflexión politológica sobre la lógica de esta clase de acuerdos y sobre la resolución de conflictos". Con una exposición meramente académica, Sanjaume aseguro que no han hecho planteamientos políticos, sino "una armonización del principio democrático y del imperio del derecho". De hecho, los expertos parten de la base de que esa es una demanda democrática y lo que plantean son los diferentes modos de afrontar el tema.

Presión a Pedro Sánchez

Pero el president llevó el tema a su terreno. Escogió la primera opción, que es celebrar un referéndum entre catalanes y que las partes se comprometan a aceptar el resultado y a implementarlo en caso de que ganen los partidarios de la secesión. Aseguró que el informe no aporta ninguna exigencia más para votar la investidura de Pedro Sánchez. "Las condiciones para la investidura ya han sido puestas sobre la mesa. No hay condiciones nuevas con este informe, que va más allá del contexto de la investidura: ha de servir de base de resolución del conflicto votando. Por tanto, hoy no se añaden nuevos términos ni acuerdos a la negociación sobre la investidura", subrayó. Pero, dadas las circunstancias, su presentación y la apuesta decidida de Aragonès por una consulta binaria es otra losa en las espaldas del líder del PSOE.

La presión se incrementa por el hecho de que Aragonès no solo está dispuesto a tirar adelante con su proyecto de referéndum, sino que trasladará a los organismos oficiales de la Generalitat correspondientes el tema para que, tras el informe político del comité de expertos, hagan un informe jurídico sobre cómo llevar a cabo la opción de la consulta. Eso sí, solo la que prefiere el propio president, ya que las demás han sido desechadas de plano. "El informe apela a criterios políticos y lo podríamos enmarcar en el terreno de la filosofía de la teoría política. Ahora falta imbricar los aspectos jurídicos y encargaremos un informe para que busque los principios jurídicos concretos con el fin de implementar esos criterios políticos", explicó el presidente catalán.

Aragonès elogió el debate transversal del comité de expertos. "Los miembros del comité han trabajado siempre por poner soluciones, dejando de lado discrepancias, que las ha habido". Y matizó: "Agradezco al consejo académico por cómo han trabajado y han llegado al consenso a pesar de tener trayectorias diversas. Pudieron ponerse de acuerdo en unos criterios. Lo que ellos han hecho a nivel académico lo debemos hacer a nivel político". Pero de ese debate transversal ha sido desechado el 80%: solo se queda con una de las opciones que plantea el documento, que es cómo rechazar las que no comulgan con sus ideas. La transversalidad se quedó fuera de la sala de reuniones del Govern, condenada al ostracismo.

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Pese a todo, insistió en que la solución que él propone "tiene vocación inclusiva. El máximo porcentaje de la ciudadanía quiere una solución, independientemente de lo que piense. Pero también lo que quiere es ser protagonista. Lo que resulte de este referéndum ha de ser solución sólida en el tiempo, que lleve estabilidad y los ciudadanos se sientan partícipes del procedimiento y hagan suyo el resultado". Para defender su opción, aseguró que "un referéndum de independencia no es una solución extraña, sino habitual en los conflictos de soberanía. En el informe, los expertos analizan términos comparados y establecen principios para el supuesto de un acuerdo para hacer un referéndum".

Una mesa de partidos

Para redondear el tema, Aragonès se ha comprometido a convocar una mesa de partidos en la que, aseguró, cada grupo podrá presentar las soluciones que considere. "Una vez superado el debate sobre la investidura las próximas semanas, convocaré una mesa de partidos de Cataluña en la que expondremos las conclusiones del informe y mi propuesta como president, que asume el conjunto del Govern, para afrontar el conflicto político con el Estado. Y es que hay una mayoría en Cataluña que quiere decidir su futuro político. Ese tema lo hemos de hacer con el diálogo entre gobiernos, pero lo podemos fortalecer en una mesa de partidos".

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Dijo también que el debate político en la mesa de partidos "será libre y abierto, y ahí expondremos nuestra propuesta: un referéndum de independencia que queremos acordar con el Estado en el que se responda con un sí o no. A partir de aquí, incluirá en el debate de la mesa las propuestas que quieran añadir las fuerzas políticas para resolver el conflicto". Otra cosa será cómo se implementarán en la opción del Govern esas propuestas de la mesa de partidos. Es decir: nadie sabe si la mesa servirá para algo o será una mera operación de imagen de Aragonès para simular diálogo y transversalidad.

En resumen, la ficha de la independencia ha vuelto a la casilla de salida. Las posturas siguen inamovibles y con los mismos planteamientos de siempre. El informe ha puesto una serie de opciones sobre el tapete, pero el president solo planteará al resto de partidos y al Gobierno español una opción: la de siempre, la que le interesa, la de referéndum sí o sí.