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Pere Aragonès dobla la presión sobre Pedro Sánchez y pide ya un referéndum de independencia
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MENSAJE INSTITUCIONAL

Pere Aragonès dobla la presión sobre Pedro Sánchez y pide ya un referéndum de independencia

El presidente catalán desborda las propuestas de Puigdemont: "La amnistía, por sí sola, no resuelve el conflicto de soberanía con el Estado. Cataluña quiere votar libremente sobre la independencia"

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Arnau Carbonell)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Arnau Carbonell)

El presidente catalán, Pere Aragonès, dirigió este domingo un mensaje institucional con motivo de la celebración del 11-S, la Diada de Cataluña, que pretende ser un termómetro del clima de movilización política del independentismo. Si Carles Puigdemont apeló esta semana a la amnistía como condición indispensable para no bloquear una eventual investidura de cualquier presidente español el próximo 27 de septiembre, Aragonès no fue menos. Pero dobló la presión sobre Pedro Sánchez, que espera los votos del independentismo para su investidura.

El president desbordó las peticiones de Puigdemont y situó el listón mucho más arriba, reclamando una negociación para votar la independencia. Eso, o el conflicto persistirá. Los republicanos practican una política desde el Govern y otra ante los micrófonos, con reivindicaciones que dejan en evidencia no solo a Sánchez, sino al propio Puigdemont, cuyo discurso tratan de neutralizar y minusvalorar.

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras (d), y el expresidente catalán Carles Puigdemont, en un encuentro en Waterloo. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)

El president, fiel a los mensajes que ERC ha ido emitiendo esta semana para neutralizar al auge de Puigdemont, fue más allá que el líder de JxCAT y avisó de que es cierto que la amnistía está encima de la mesa y es condición indispensable, pero, "por sí sola, la amnistía no resuelve el conflicto de soberanía con el Estado. Cataluña quiere votar libremente sobre la independencia. Y hasta que el Estado español no dé respuesta a esta reivindicación democrática, el conflicto existirá. Por eso, es preciso iniciar una segunda fase de negociación. Sumando complicidades y alineando estrategias. Acordando internamente una propuesta inclusiva sobre cómo ha de votar la ciudadanía de Cataluña. Y defendiéndola conjuntamente ante el Estado para hacerla posible. Tenemos herramientas para hacerlo, como el Acuerdo de Claridad".

Esta propuesta es un dardo envenenado a Puigdemont, ya que apela, subliminalmente, a la unidad independentista, dando a entender que ha sido el Govern (de ERC) el que ha plantado cara al Estado y ha hecho que se ponga sobre la mesa el tema de la amnistía. Y, además, deja a JxCAT a los pies de los caballos, ya que indirectamente la culpabiliza de no arrimar el hombro junto a ERC.

Foto: Imagen de archivo de la Diada en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

Desautorización de Puigdemont

Además, Aragonès anuló y desautorizó a Puigdemont en cualquier negociación con el Estado. No lo dijo con esas palabras, pero poco le faltó. Lo que subrayó en varias ocasiones es que es el Govern de Cataluña, es decir, él, en nombre de ERC, quien ha de negociar el futuro de la comunidad. Puigdemont sería un cero a la izquierda o, en todo caso, un aliado útil que debe arrimar el hombro. "Debemos iniciar de forma inmediata una nueva fase de negociación centrada única y exclusivamente en el fondo del conflicto. Una nueva fase de negociación donde Gobierno del Estado y el de Cataluña acuerden cómo damos respuesta a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Cataluña de decidir, votando, cuál ha de ser el futuro político del país".

Aseguró que "Cataluña ha frenado a la extrema derecha" y llamó a hacer valer los votos decisivos de los 14 exiguos diputados catalanes, que el destino situó en el centro de la báscula política. "Cataluña tiene la clave de la gobernabilidad del Estado. Por eso, hoy, hemos de aprovechar esta fuerza para hacer posible todo aquello que hasta ahora no era posible". Sus reivindicaciones son la amnistía, el referéndum de independencia, el fin del llamado "déficit fiscal" y el traspaso de Cercanías.

"Lo podemos hacer —arengó a los catalanes—. Hace cuatro años, en una situación similar a la actual, conseguimos sacar a los presos y presas políticos de la prisión. Y hoy, con la fuerza que tenemos como país, hemos de hacer posible la amnistía. Hemos de hacer posible una mejora inmediata del bienestar de la ciudadanía. Y hemos de hacer posible dar un nuevo impulso a la negociación con el Estado para establecer las bases con el objetivo de que Cataluña vote. Seamos conscientes de nuestra fuerza. La amnistía es el punto de partida de la etapa que ahora iniciamos. No es el final de nada y el Estado lo sabe".

Montilla pide responsabilidad

El discurso contrasta con otro paralelo que ha hecho público el expresident José Montilla, quien califica la etapa política e institucional de "muy complicada". El dirigente socialista reconoce que la decisión de repetir o no elecciones “está, en buena parte, en manos de los partidos independentistas, que disponen de 14 diputados [del total de 48 elegidos en Cataluña] y que deberán tomar la decisión de facilitar la continuidad de un Gobierno de progreso o provocar una nueva convocatoria electoral de resultado aún más incierto”.

Montilla llama a "encontrar entre todos una vía para pasar página del procés y de sus consecuencias. Es preciso que todos sean capaces de decir la verdad sin miedo a ser descalificados por propios y extraños: el balance del procés no ha sido positivo para Cataluña. Ni se ha reforzado el autogobierno ni estamos más cerca de ninguna secesión. Pero sí ha generado multitud de efectos negativos". Avisa también de que "a Cataluña no le conviene seguir instalada en esta situación de bloqueo" y apuesta por un pacto entre Cataluña y España "basado en el reconocimiento mutuo, la lealtad, la corresponsabilidad y el respeto al Estado de derecho. Ahora más que nunca es preciso recordar el papel de la política: diálogo, negociación y pacto. Creo que Cataluña necesita pasar página. Recuperar la cohesión interna y recuperar también su ambición de jugar un papel de liderazgo en España".

El expresident asegura que "el diálogo y la negociación requieren paciencia y tenacidad. Será preciso que haya mucho trabajo discreto, primero, y transparente, después. Si hay acuerdo, sentaremos las bases de un periodo de estabilidad y entendimiento que permitirá disponer de mayor y mejor autogobierno". Y recuerda a Pere Aragonès su peso a la hora de negociar: "Nuestro autogobierno, hoy en una situación de gran debilidad, por disponer de solo 33 escaños de los 135 del Parlament de Cataluña, ha de estar abierto a la colaboración y entendimiento con los grupos parlamentarios de la oposición".

El presidente catalán, Pere Aragonès, dirigió este domingo un mensaje institucional con motivo de la celebración del 11-S, la Diada de Cataluña, que pretende ser un termómetro del clima de movilización política del independentismo. Si Carles Puigdemont apeló esta semana a la amnistía como condición indispensable para no bloquear una eventual investidura de cualquier presidente español el próximo 27 de septiembre, Aragonès no fue menos. Pero dobló la presión sobre Pedro Sánchez, que espera los votos del independentismo para su investidura.

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