Puigdemont apela al "bien del país" y Aragonés exige la amnistía en el sur de Francia

Carles Puigdemont ha coincidido este lunes en el sur de Francia con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, y varios exdirigentes. Jordi Pujol, José Montilla o Quim Torra han acudido al homenaje a Pau Casals, que organiza la Universitat Catalana d'Estiu (UCE) en la abadía de Sant Miquel de Cuixà, en Codalet, con las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez como telón de fondo. Allí han dejado una imagen inédita en un momento crucial.

En plenas conversaciones entre el PSOE y Junts, el líder soberanista fugado tras el 1-O ha lanzado un aviso entre líneas, aunque sin mencionar directamente el proceso de negociación en curso. "Casals no buscó una salida personal para él, sino para el país, tenemos el deber de seguir haciendo lo mismo por el país, por la lengua y por su gente”, dijo al término de su intervención. "Cuando pedimos que el catalán sea una lengua de Europa [...] lo hacemos siguiendo el mismo hilo que las generaciones que nos precedieron, pero pensando en los otros y no solo en nosotros", añadía.

"Es imprescindible que se avance la resolución del conflicto político y se avance en el entorno de una solución plenamente democrática"

Pere Aragonès, por su parte, ha saludado a Puigdemont y acto seguido ha reclamado "más que nunca" la amnistía y la autodeterminación para resolver el "conflicto político", en sus palabras, causado por la negativa del Estado de reconocer el derecho de Cataluña a decidir libremente sobre su futuro. Ha asegurado textualmente que el de este lunes es un acto excepcional porque se tiene que producir fuera de España "a causa de la represión que todavía dura".

"Es imprescindible que se avance la resolución del conflicto político y se avance en el entorno de una solución plenamente democrática para que este acto deje de ser excepcional y pase a ser una normalidad democrática", ha añadido. Aragonés ha realzado la figura de Pau Casals y su "compromiso con la democracia y con la libertad, siendo un icono de pacifismo y antifascismo". Además, ha asegurado que es "una figura universal, un referente y un orgullo" para los catalanes, ya que defendió las instituciones, la concordia y la paz mundial.

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Sobre la nominación de Casals al Premio Nobel de la Paz, Aragonés ha destacado: "Seguramente es uno de los momentos que, como país, tenemos grabados en la memoria colectiva". "Mantuvo la llama de la dignidad a través de su talento y trabajo. Él hubiera podido ser uno de los presidentes de la Generalitat. Es un punto de encuentro del catalanismo, una piedra angular del país, uno de los catalanes con más plazas y calles del país", ha añadido.

"Retroceso del catalán"

Aragonés ha negado poder hablar de "plenitud nacional porque todavía no hay plenitud democrática", y ha lamentado el retroceso del uso del catalán y ha instado a potenciarlo de nuevo. "Es innegable que hemos avanzado mucho, no tanto como querríamos, pero hemos superado etapas de resistencia, aunque es evidente que nos queda mucho camino por recorrer", ha destacado Aragonés, y ha instado textualmente a seguir construyendo la nación catalana con una mirada inclusiva.

El expresidente Jordi Pujol, de la antigua Convergencia, también presente en el acto, ha mostrado su "particular reconocimiento" a Puigdemont en un momento en el que, a su juicio, la identidad y la lengua catalana están "en peligro". Por ese motivo, ha llamado a todos los ciudadanos de Cataluña a defenderla.

Quim Torra, otro presidente de Junts que ocupó el cargo tras Puigdemont, también ha puesto en valor la capacidad de Casals de "distinguir moral en la política" y su idea de catalanidad. Aunque uno de los momentos más polémicos ha llegado en el turno de José Montilla.

El exmandatario catalán, del PSC, ha hablado de "diálogo y pactos", en referencia al apoyo de partidos independentistas a la investidura del gobierno de Pedro Sánchez. La intención de Montilla era la de apelar a una España plural y diversa, algo que no ha sentado nada bien a los presentes en el acto."La España homogénea y excluyente tiene que dar paso a una España fraternal, respetuosa de la diversidad y capaz de gestionar su pluralidad", ha dicho literalmente el expresident. Tras su intervención, los asistentes más radicales han gritado "independencia" y han silbado con mayor intensidad.