Borràs y JxCAT se atrincherarán en el Parlament si se abre juicio a la presidenta
El portavoz de la formación denuncia que detrás de la acusación judicial "hay un intento chapucero de ensuciar la reputación de Borràs", mientras la dirigente independentista se muestra proclive a saltarse el reglamento de la cámara
Laura Borràs y JxCAT se han conjurado para atrincherarse en el Parlament, pese a que después de Semana Santa se abrirá juicio oral contra ella por haber troceado, presuntamente, contratos en su época como presidenta dela Institució de les Lletres Catalanes (ILC). El partido cierra filas con la segunda autoridad política de Cataluña y la considera víctima de una operación política, de manera que cumplir con el reglamento de la cámara se consideraría hacer juego al españolismo. Borràs no piensa dimitir, aunque eso implicará el bloqueo de la institución y la imposibilidad de que lleve a cabo sus tareas legislativas.
En una entrevista a TV3, Laura Borràs pidió al independentismo que “no colabore con el trabajo sucio de su persecución policial”, y pidió a la audiencia que creyese en su inocencia, asegurando que “no ha beneficiado a nadie” con las adjudicaciones de contratos a dedo en ILC, tal y como acusa la Fiscalía. "Nadie puede entender que se suspenda a alguien cuando no ha sido ni juzgado", argumentó para defenderse de las acusaciones. La presidenta pedía así a ERC y la CUP que no se aplicase el artículo 25.4 del reglamento del Parlament, que obliga a un diputado a dejar el cargo si se le llega a abrir juicio oral.
En opinión de Borràs, este artículo del reglamento es de una "inconstitucionalidad manifiesta", ya que vulnera la presunción de inocencia y da unas atribuciones inmensas a la Mesa del Parlament "cuando no hay sentencia". El anuncio de la presidenta del Parlament de que no piensa dimitir encaja con su voluntad de mantener a la secretaria general, Esther Andreu, que ya no cuenta ni con el respaldo de su propio partido.
JxCAT se ha apresurado a denunciar una supuesta operación política contra Borràs
Según explicaban la pasada semana fuentes parlamentarias a EFE, la idea de la presidenta pasa por evitar ser suspendida mediante un dictamen votado en la comisión del Estatut del Diputado, frente a la que ha colocado el diputado Jaume Alonso-Cuevillas, muy cercano a su figura, y que, posteriormente, el pleno lo respalde.
La resolución recogería las dudas sobre la legalidad del mencionado artículo del reglamento o, por ejemplo, establecería que la suspensión no ha lugar porque la causa contra ella tiene motivaciones “políticas”, que es lo que defiende Borràs. En TV3, aseguró también que "ningún demócrata debería tener la tentación de hacerlo", en referencia a impulsar su destitución. “Tengo evidencias de que la Justicia española es más española que Justicia”, declaró.
Respaldo de su partido
En esta tesitura, JxCAT se apresuró a cerrar filas con Borrás. En referencia al caso de la presidenta, el nuevo portavoz del partido, Josep Rius, defendió que "no es un caso de corrupción, es un caso político", y una vez más ha remarcado la defensa de Junts de la presunción de inocencia de la presidenta. Rius denunció que detrás de la acusación “hay un intento chapucero de ensuciar la reputación de Borràs y del independentismo a partir de dudosos informes de la Guardia Civil”.
El portavoz del partido al que pertenece Borràs ha emplazado al resto de partidos independentistas “a hacer frente común para que no vuelva a alterar un caso como este la vida parlamentaria catalana. Ante un caso de represión debe actuar de forma unitaria para evitar darnos un nuevo disparo en el pie”.
El planteamiento es cualquiera menos dimitir. Y cuenta con el apoyo de su formación. Parece evidente que ERC y la CUP no la acompañarán, y menos los comunes. Pero tampoco es previsible que los republicanos fuercen su marcha. Más bien que se tienda a un bloqueo en que el Parlament ya no pueda legislar y que, por tanto, la legislatura muera de inanición.
Laura Borràs y JxCAT se han conjurado para atrincherarse en el Parlament, pese a que después de Semana Santa se abrirá juicio oral contra ella por haber troceado, presuntamente, contratos en su época como presidenta dela Institució de les Lletres Catalanes (ILC). El partido cierra filas con la segunda autoridad política de Cataluña y la considera víctima de una operación política, de manera que cumplir con el reglamento de la cámara se consideraría hacer juego al españolismo. Borràs no piensa dimitir, aunque eso implicará el bloqueo de la institución y la imposibilidad de que lleve a cabo sus tareas legislativas.
- Los contactos de Alay con los rusos desatan una nueva crisis entre ERC y JxCAT Marcos Lamelas. Barcelona
- El TSJC ve indicios "suficientemente sólidos" para juzgar a Borràs por presunto fraude B. Parera
- El 'chiringuito' literario de Borràs: el origen de la trama de corrupción en la Generalitat Antonio Fernández. Barcelona