Los contactos de Alay con los rusos desatan una nueva crisis entre ERC y JxCAT
Rufián desmarca a ERC de la relación entre Waterloo y Vladímir Putin y provoca una grieta en la coalición. No se espera que el Gobierno catalán se rompa, aunque sí que aumente su ya más que evidente debilidad
Los contactos continuados del jefe de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, con personas de la Inteligencia del Kremlin han provocado la enésima crisis en el seno de la Generalitat entre ERC y JxCAT. Aunque la portavoz del Ejecutivo catalán, Patricia Plaja, evitó de nuevo hacer sangre contra Alay, un alto cargo que recibe su salario de la Administración catalana, las explosivas declaraciones del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, generaron un nuevo incendio.
La sensación en el seno de JxCAT es de acoso por todos los lados. Al mismo tiempo que Rufián cargaba contra ellos, la CUP le negaba a Laura Borràs cambiar el artículo del reglamento del Parlament que le hubiera permitido continuar en el cargo de presidenta pese a tener un juicio abierto por presunta corrupción.
Para quien quiera vincularnos a Putin. pic.twitter.com/zlC9eCQqsE
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) March 15, 2022
JxCAT salió con todo, pero en ERC se lo tomaron con calma, conscientes de que no pueden permitirse salirse del Ejecutivo catalán. Por un lado, el vicepresidente, Jordi Puigneró, trasladó al presidente, Pere Aragonès, su desazón por las críticas de Rufián. También para preguntarle si era una opinión compartida por todo ERC. No se espera que el Gobierno catalán se rompa, aunque sí que aumente su ya más que evidente debilidad.
Rufián, una persona de la confianza y del círculo más estrecho de Oriol Junqueras, no ha actuado al azar. Su referencia a que Raül Romeva, 'conseller' de Exteriors de la Generalitat en el aciago 2017, nunca cayó en este tipo de tentaciones prueba que cuenta con el respaldo del partido y que no fue un exabrupto. De hecho, Junqueras ya se había desmarcado en público de posibles contactos con los rusos hace tiempo.
El presidente del grupo parlamentario de JxCAT, Albert Batet, ha pedido que comparezca Rufián en la cámara catalana para justificar sus críticas a Alay. En un mundo normal, con Europa en guerra, debería ser Alay el que compareciese ante la cámara autonómica para dar explicaciones de sus viajes. Pero no lo entienden así ni Batet ni JxCAT, lo que refleja que la formación cada vez asume postulados más excéntricos.
En redes sociales, el debate ha sido más agrio. El secretario general de JxCAT, Jordi Sànchez, ha sido inclemente con Gabriel Rufián desde su cuenta de Twitter: “¿Es posible ser más ignorante? En cualquier caso, es imposible ser más miserable. Y es indiscutible que quien así habla se convierte de hecho en portavoz oficial de las cloacas del Estado y la burbuja de la derecha mediática. Así no, Gabriel Rufián”. La coalición de gobierno entre JxCAT y ERC, convertida en un reproche sin fin. También en Twitter replicó el diputado de Junts Jaume Alonso-Cuevillas: “Yo sí que me estoy conteniendo”. Todo en abierto y en público.
És possible ser més ignorant?. En tot cas és impossible ser més miserable. I és indiscutible que qui parla així es converteix de fet en portaveu oficial de les clavegueres de l’estat i la bombolla de la dreta mediàtica. Així no, @gabrielrufian pic.twitter.com/LfTnQokTDJ
— Jordi Sànchez (@jordisanchezp) March 15, 2022
Situación de Alay
La situación de Alay se complica con un contexto hostil. No solo es la guerra de Ucrania, como si esto fuera poco. Es que Aragonès inicia hoy un viaje a Alemania que pasará por Stuttgart y Berlín y tendrá vertientes tanto institucionales como empresariales. En la agenda, sobresale el encuentro que mantendrá con el ministro presidente de Baden-Wurttemberg, Winfried Kretschmann, de los Verdes. Es un momento para marcar perfil europeísta que casa mal con tener en nómina a un alto cargo que en cuanto tiene ocasión se reúne con espías rusos para desestabilizar la UE.
A Aragonès le pilla esta crisis cuando quiere reafirmar su perfil europeísta
La Generalitat se ha posicionado sin fisuras con la postura europea y española en la guerra de Ucrania. En este contexto no solo son incómodas las reuniones con espías rusos, también las pretensiones de Puigdemont de que el Consell per la República tenga un rol destacado en la política exterior catalana. Aragonès nunca ha avalado esta pretensión. Pero cada vez se hace más difícil justificar tener en su Ejecutivo un personaje como Alay, que va por libre.
El problema de los gastos
Queda el problema de los gastos. En este momento no se sabe hasta dónde llega, pero Alay ya reconoce que el primer viaje a Moscú lo pagó la Generalitat, lo que complica la posición de Pere Aragonès. Algunas fuentes de los republicanos apuntan a que lo que se está esperando es que Alay asuma sus responsabilidades políticas y dimita. Ayer, la Generalitat no quiso responder sobre si habían pagado el viaje a Ginebra, en junio de 2019, en el que Alay organizó una reunión entre Carles Puigdemont y Alexander Dmitrenko, al que el CNI acusa de ser un espía ruso.
Los contactos continuados del jefe de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, con personas de la Inteligencia del Kremlin han provocado la enésima crisis en el seno de la Generalitat entre ERC y JxCAT. Aunque la portavoz del Ejecutivo catalán, Patricia Plaja, evitó de nuevo hacer sangre contra Alay, un alto cargo que recibe su salario de la Administración catalana, las explosivas declaraciones del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, generaron un nuevo incendio.
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