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El andalucismo de la generación del mollete tiene quien le escriba, pero no quien lo vote
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28-F, Día de Andalucía

El andalucismo de la generación del mollete tiene quien le escriba, pero no quien lo vote

El renacimiento cultural vinculado a la cultura pop y la revisión de los símbolos no se ha traducido en una respuesta política nacionalista. El 22% de los andaluces dice sentirse más andaluz que español, el doble que hace cuatro años

Foto: Integrantes de la banda de cornetas y tambores Rosario de Cádiz, en la plaza de Callao de Madrid, durante un acto de promoción enmarcado en Fitur. (Junta de Andalucía)
Integrantes de la banda de cornetas y tambores Rosario de Cádiz, en la plaza de Callao de Madrid, durante un acto de promoción enmarcado en Fitur. (Junta de Andalucía)

En 2019, la marcha Eternidad sirvió como base a los chicos de Califato 3/4 para su Crîtto de la Nabahâ. En 2024, la misma marcha compuesta por el fallecido Sergio Larrinaga es la banda sonora de una promoción turística de la Junta de Andalucía que ha costado 38 millones de euros a las arcas públicas y se ha emitido en el intermedio de un partido de los Nicks en el Madison Square Garden. Del underground del grupo sevillano que mezcla las cornetas con el breakbeat a un anuncio protagonizado por un actor de Hollywood, aunque también sonó este sábado en el traslado de Jesús de las Penas, el titular de la hermandad de la Estrella, que sale en Sevilla el Domingo de Ramos. Y sonará este 28 de febrero en el Teatro de la Maestranza, en la entrega de las medallas por el Día de Andalucía.

¿Hay política detrás de una marcha de Semana Santa? Jesús Jurado cree que sí y lo plasmó en La generación del mollete (Lengua de trapo), un libro publicado hace dos años y cuya segunda edición acaba de ver la luz. No solo hay política en la evolución del uso de Eternidad, sino que en ese viaje se explican algunos de los fenómenos políticos que ha vivido Andalucía en los últimos años. El nombre del libro alude a la generación de andaluces que aprendieron a tocar el himno de Blas Infante con una flauta dulce e inauguraron el llamado "desayuno andaluz".

Desde mediados de los noventa, en los colegios de la comunidad los niños desayunan pan con aceite y azúcar en los días previos al 28-F y son esos niños quienes están detrás de la explosión cultural de lo andaluz, que va desde Califato 3/4 a la desaparecida rapera Gata Cattana, pasando por el éxito pop de Rosario de Cádiz y los memes de Malacara. Paradójicamente, justo este año el Gobierno de Juanma Moreno ha estado a punto de dejar a los colegios sin aceite por un problema entre las consejerías de Agricultura y Educación provocado por el alza del precio del oro verde.

"Es natural y lógico que la Junta intente apropiarse de un movimiento exitoso", cuenta Jesús Jurado desde Madrid, donde trabaja como funcionario. Este politólogo malagueño, aunque formado después en Granada y Sevilla ha escrito un epílogo para su libro que revisa las tesis iniciales y sirve para confirmar, no sin cierto desencanto, que la tercera ola del andalucismo no tiene una expresión política tangible. "Ya podemos decir y cantar y pintar cien veces que somos quien somos, que nada cambia, salvo el clima, y siempre a peor", reza el final de la reedición del libro de Jurado, aunque él se muestra optimista y confía en que a medio y largo plazo la "alternativa" acabe fermentando en lo político.

Foto: Juanma Moreno, en la manifestación convocada bajo el lema "Yo defiendo Andalucía". (Europa Press/Francisco J. Olmo)

La generación del mollete se publica meses antes de las elecciones andaluzas de junio de 2022 que resultaron en una mayoría absoluta apabullante para el PP de Juanma Moreno, pero por primera vez en 14 años un partido andalucista logró escaños en el Parlamento regional. Se trata de Adelante Andalucía, la formación fundada por Teresa Rodríguez junto con varias fuerzas andalucistas tras su salida de Podemos. Logró dos diputados, uno por Sevilla y otro por Cádiz, las dos provincias donde el PA de Alejandro Rojas Marcos tuvo más fuerza. En las convocatorias electorales sucesivas, las municipales del 28 de mayo y las generales del 23 de julio, Adelante se dio de bruces con la realidad. El éxito de las andaluzas fue un espejismo y el andalucismo en la política institucional sigue sin levantar cabeza.

Todo ello a pesar de que el porcentaje de andaluces que dice sentirse más andaluz que español se ha duplicado desde que Juanma Moreno llegó al Gobierno. O al menos es lo que ha detectado la Fundación Centro de Estudios Andaluces (Centra), convertido por el Ejecutivo popular en una suerte de CIS andaluz que elabora encuestas e investigaciones demoscópicas. En el sondeo que elaboró para el 28-F de 2021, el 11,8% de los participantes dijo sentirse más andaluz que español. En la edición de 2024, el porcentaje alcanza el 22%. En ese mismo periodo, el porcentaje de personas que se sienten tan andaluces como españoles ha caído desde el 77,1% hasta el 63,4%, pero lo que ha ocurrido electoralmente es que "el PP ha ocupado el espacio del PSOE de forma muy cómoda", según lo ve Javier García Fernández militante andalucista y profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

Foto: La consejera de Hacienda de la Junta, Carolina España, entre el presidente y el gerente de Cesur, José Manuel González y Fernando Seco.

"Practican un regionalismo andaluz conservador, como ya era el del PSOE", defiende este historiador, que cree que el presidente de la Junta ha logrado consolidarse como un "andalucista en lo identitario". Y lo ha hecho, asegura, heredando la condición de "partido meridional" que lograron los socialistas después de la Transición, cuando convivieron con la segunda oleada del andalucismo, encarnada en lo político en el difunto Partido Andalucista de Alejandro Rojas Marcos. No es casualidad que Juanma Moreno se haya mirado en el espejo del exalcalde de Sevilla.

Después de comenzar su andadura buscando la sombra del ministro centrista Manuel Clavero Arévalo —lo llamó "padre del andalucismo moderado" y creó una medalla de Andalucía con su nombre—, el líder popular tejió confianza con el fundador del PA. Y lo hizo hasta el punto que blindó el 4 de diciembre como Día de la Bandera Andaluza. Así daba oficialidad al día histórico de los andalucistas, que rememora las manifestaciones multitudinarias del 4-D de 1977 y que quedó opacado por el 28-F por la apuesta de los socialistas en los años ochenta. Todos ganan en esa simbiosis. Rojas Marcos en su vendetta personal contra el PSOE que absorbió el andalucismo y Moreno que homologa el suyo para tapar las vergüenzas de la derecha en el proceso autonómico, aunque es cierto que Javier Arenas ya comenzó ese camino en la negociación del Estatuto de 2007.

Jurado recuerda en el nuevo epílogo de La generación del mollete que, hace unos meses, fue Rojas Marcos quien le propuso a Moreno una nueva movilización "en defensa de Andalucía" que apelase al 4-D de 1977. Y lo hizo en el contexto de las protestas del PP contra la ley de amnistía que el PSOE ha pactado con los independentistas catalanes. García Fernández explica que las oleadas del andalucismo —y del resto de regionalismos del país— se han movido al son de Cataluña. Y esta tercera ola no es una excepción, asegura, pues el resurgimiento de movimientos nacionalistas en los últimos años tiene que ver con "cómo Cataluña se moviliza ante problemas similares".

"El procès empieza por la financiación", defiende el historiador almeriense afincado en Barcelona, que también introduce en la coctelera otros elementos para explicar el boom cultural del andalucismo. De un lado está el proceso migratorio que desencadenó la crisis de 2008, con "cientos de miles de jóvenes andaluces" que salieron de su tierra en busca de mejores condiciones de vida. "Esa exterioridad fue un revulsivo para el sentimiento de pertenencia", dice el investigador en una forma de explicar fenómenos como el éxito del anuncio de Cruzcampo con una Lola Flores hecha con deepfake sacando pecho de su acento. El autor de la campaña, por cierto, es Juan Pedro Moreno, natural de La Línea y también miembro de esa "nueva diáspora andaluza". Y responsable del Andalusian crush, la campaña de la Junta que Juanma Moreno presentó en Madrid con un miniconcierto de Rosario de Cádiz en Callao. Tocaron la marcha Eternidad.

En 2019, la marcha Eternidad sirvió como base a los chicos de Califato 3/4 para su Crîtto de la Nabahâ. En 2024, la misma marcha compuesta por el fallecido Sergio Larrinaga es la banda sonora de una promoción turística de la Junta de Andalucía que ha costado 38 millones de euros a las arcas públicas y se ha emitido en el intermedio de un partido de los Nicks en el Madison Square Garden. Del underground del grupo sevillano que mezcla las cornetas con el breakbeat a un anuncio protagonizado por un actor de Hollywood, aunque también sonó este sábado en el traslado de Jesús de las Penas, el titular de la hermandad de la Estrella, que sale en Sevilla el Domingo de Ramos. Y sonará este 28 de febrero en el Teatro de la Maestranza, en la entrega de las medallas por el Día de Andalucía.

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