Más andalucistas que nunca al calor del furor blanquiverde Moreno y la generación del 28-F

Hay consenso entre los estudiosos respecto a la inclusividad del nacionalismo andaluz, si es que existe algo así. La demoscopia lo ha demostrado desde que analiza este sentimiento de pertenencia, ya que siempre son mayoría los encuestados que afirman sentirse tan españoles como andaluces. El último sondeo sobre el asunto elaborado por la Fundación Centro de Estudios Andaluces abunda en esta idea. Pero, al mismo tiempo, detecta un crecimiento de la identificación con los valores propios de la comunidad. El 18,5% de los participantes en la encuesta asegura sentirse más andaluz que español, el porcentaje más elevado desde que hay datos sobre el sentimiento de pertenencia andaluz.

La entidad dependiente de la Consejería de Presidencia del Gobierno de Juanma Moreno ha vuelto a lanzar su sondeo sobre la identidad de Andalucía en coincidencia con el 28-F. Ya lo hizo en 2021 y desde entonces todos los parámetros relacionados con el sentimiento andaluz han crecido. El más destacado es la primacía del sentimiento andaluz sobre el español para casi dos de cada diez encuestados. Este crecimiento ha provocado que el dato sobre quienes se sienten tan españoles como andaluces (64,3%) es el segundo más bajo registrado. Solo inferior a la cifra de 2008, cuando el 61,8% de los encuestados para el sondeo postelectoral que el CIS elaboró tras las andaluzas de aquel año respondieron lo mismo.

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Esta pregunta ha aparecido y desaparecido de las encuestas del CIS de forma intermitente y es muy difícil rastrear las investigaciones elaboradas por los distintos institutos públicos asociados a la Administración andaluza en los últimos años. El Capdea, asociado a la Universidad de Granada, se apagó en 2018 por falta de fondos públicos y dejó de elaborar el Estudio General de la Opinión Pública de Andalucía (Egopa). El resultado es que la serie discontinua del CIS encontró seguimiento en el Centra cuando el Gobierno de Juanma Moreno lo convirtió en su encuestadora pública para asuntos electorales y de opinión.

La primera vez que aparece la pregunta, en el CIS post electoral de 1996, el porcentaje de encuestados que dice ser más andaluz que español fue el 12,7%. Vuelve a aparecer en 2008, cuando son el 15,2% quienes así lo afirman. En ambos casos, las elecciones andaluzas se celebraron en convocatoria conjunta con las generales, una costumbre habitual impulsada desde el PSOE andaluz, que controlaba la Junta, para elevar la participación.

José Antonio Griñán rompió esta tendencia y retrasó sus elecciones autonómicas hasta marzo de 2012 para separarse del previsble fracaso de Alfredo Pérez Rubalcaba en noviembre de 2011. Acertó y logró gobernar con IU. En el CIS post electoral de aquellos comicios el porcentaje de encuestados que decía sentirse más andaluz que español quedó en el 15,2%. Susana Díaz tampoco quiso convocar al mismo tiempo que las generales en 2015 y en el sondeo posterior a los primeros comicios que ganó la sevillana el porcentaje baja al 13,6%

Tres años después, Díaz volvió a adelantar los comicios y, aunque los ganó, no pudo gobernar. Es llamativo como en ese sondeo, el CIS detectó la cifra de andaluces más baja que primaba su sentimiento regional sobre el estatal, con el 10%. Tras la llegada de Juanma Moreno, el porcentaje se ha ido recuperando hasta llegar a su máximo en la edición que se ha hecho pública este martes. En el sondeo del Centra en 2021 hubo un leve crecimiento hasta el 11,8%, mientras que en los últimos dos años ha ganado casi siete puntos porcentuales. En todos los casos eran más los encuestados que decían sentirse más andaluces que españoles que quienes decían ser más españoles que andaluces.

La efervescencia andalucista

El crecimiento del porcentaje de andaluces que dicen sentirse más apegados a la tierra que al conjunto del país coincide con un momento de efervescencia andalucista. De un lado hay un cierto resurgir cultural, con expresiones musicales y en las artes escénicas. Pero también hay una reivindicación del legado político desde la izquierda —con Teresa Rodríguez embarcada en su proyecto de Adelante— y, de forma novedosa, desde la derecha. Juanma Moreno ha abrazado la herencia del viejo Partido Andalucista para alegría de su fundador, Alejandro Rojas Marcos.

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Esta maniobra concuerda con su estrategia para ensanchar la base electoral del PP andaluz al calor de su mayoría absoluta. Pero también hay quien cuenta, con asombro, como dentro del PP se ven demostraciones de identificación con la bandera blanquiverde que no se veían antes. Sobre todo entre los jóvenes. Aquí hay que apuntar el fenómeno estudiado por el politólogo Jesús Jurado en su libro La generación del mollete, donde se aproxima a esa efervescencia cultural y se cuestiona si habrá una respuesta política a ese respecto.

El nombre del libro alude a la práctica implantada en los 90 en los centros públicos andaluces, que celebraban el Día de Andalucía con un desayuno de mollete con aceite (y a veces azúcar) y la interpretación del himno ideado por Blas Infante a principios del siglo XX. Esa costumbre es hoy parte de la cultura de los andaluces que nacieron en los 80 y los primeros 90, una generación que abraza los símbolos de la autonomía fijados por el notario de Casares asesinado en los primeros días de la Guerra Civil y Padre de la Patria Andaluza, según figura en el Estatuto

El sondeo del Centra, realizado a partir de 1.200 entrevistas en la primera semana de febrero, también detecta un crecimiento en la identificación de los encuestados con esas enseñas. El 92,2% lo afirma con la bandera blanquiverde, un porcentaje que en 2021 era del 89,9%. Con el himno es del 85,8%, cinco puntos más que hace dos años (80,4%). Lo llamativo es que la mayor identificación se la lleva el acento, algo muy representativo para el 93,7% de los encuestados frente al 91,1% de 2021. Además, quienes se sienten "muy identificados" han pasado de ser el 67,6% al 72,8%