Andalucía pide ayuda a la UE por la sequía: "Alimentamos a 500 millones de europeos"

El Gobierno andaluz quiere que Bruselas se involucre en el problema de la sequía en Andalucía y aprovechará la presidencia española de la Unión Europea para pedir un trato diferencial respecto a otras comunidades. Hasta 500 millones de europeos consumen productos exportados por la agricultura andaluza, el sector más afectado por la falta de agua. En estos momentos, el campo andaluz sufre un aumento de costes del 113% y ha visto recortada su producción hasta un 35%, según los datos facilitados este martes por el Ejecutivo autonómico tras la reunión del Consejo de Gobierno.

Por ello, la Junta de Andalucía pretende aprovechar el Consejo de Ministros informal que reunirá en Córdoba a los responsables europeos de Agricultura para debatir sobre ayudas excepcionales para el sector. “Es uno de los asuntos más importantes que debería abordar”, ha expuesto la consejera de Agricultura, Agua y Desarrollo rural, Carmen Crespo, quien ha recordado que la alimentación de millones de europeos "es un tema para tomarlo en serio". El Ejecutivo andaluz busca obtener un trato diferencial por ser la comunidad más seca de la Unión Europea y ha instado al Ministerio de Agricultura a incluir varias medidas prioritarias en el encuentro que tendrá lugar en la ciudad andaluza la próxima semana.

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La principal reclamación se basa en la financiación. En primer lugar, el Ejecutivo andaluz pretende reconducir partidas comunitarias concedidas para la recuperación de la crisis del covid o de la guerra de Ucrania a proyectos hidráulicos, ayudas al sector y actuaciones contra la sequía. En concreto, la consejera ha instado al ministerio a plantear una reconducción de los fondos del Plan de Desarrollo Rural hacia algunos de los sectores más perjudicados, como es el caso del olivar.

Andalucía también pretende conseguir líneas de ayudas extraordinarias y la presidencia española de la Unión Europea es la ocasión perfecta para presionar. Por ello, Gobierno andaluz también aprovechará la Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Energía del Comité Europeo de las Regiones, que se reunirá a finales de septiembre en Málaga, para conseguir el reconocimiento de la “singularidad hídrica de Andalucía”. Es la propuesta que viene reivindicando el Ejecutivo de Juanma Moreno, en la línea de lo que ocurre en otras regiones ultraperiféricas como Canarias, Azores o la Guayana Francesa. La postura de la Junta de Andalucía es que todos los fondos europeos “deben tener una perspectiva hídrica, al igual que la tienen energética en estos momentos”.

Apoyo a la agricultura

El Gobierno andaluz busca sellar así su apoyo al sector primario, que ha anunciado movilizaciones en Córdoba durante el encuentro de los ministros de Agricultura europeos. Esta misma semana, la Junta ha aprobado un paquete de ayudas de 36,1 millones de euros para el campo andaluz, con los que se verán beneficiados sectores como el porcino, la apicultura, el castaño y el viñedo, entre otros. “Y vamos a estar muy prestos para buscar posibilidades con la Unión Europea”, aseguró la consejera andaluza.

El Gobierno andaluz espera más restricciones si no llueve en las próximas semanas

Los embalses andaluces se encuentran en estos momentos en un 22% de su capacidad, 16 puntos por debajo de la media española. El Gobierno andaluz espera que haya lluvias en los próximos días, pero si las precipitaciones son insuficientes, los comités de sequía deberán reunirse a finales de septiembre o principios de octubre para ampliar las restricciones, si bien es cierto que la demanda caerá tras el verano.

De momento, las medidas de ahorro se basan en la reducción de un 10% del abastecimiento en la mayor parte del territorio, aunque en comarcas como la Axarquía de Málaga son mucho más duras. Hay unos 120 municipios andaluces con cortes de agua y la sequía será uno de los asuntos prioritarios en la reanudación del curso político en la comunidad. El Parlamento debe afrontar en las próximas semanas el debate sobre la polémica ley de regadíos en el entorno de Doñana, el asunto que más dolores de cabeza ha provocado al Gobierno andaluz.