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Limitar las despedidas de soltero: todos quieren, pero es más difícil de lo que parece
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NUEVAS ORDENANZAS

Limitar las despedidas de soltero: todos quieren, pero es más difícil de lo que parece

Sevilla, Málaga, Granada y otros destinos habituales elaboran ordenanzas por el rechazo de los vecinos, aunque los expertos advierten de sus limitaciones. Tarifa ha anunciado una cuando tiene otras en funcionamiento desde hace años

Foto: El sector turístico prevé una ocupación de entre un 60 y 80% en Semana Santa. (EFE/Biel Aliño)
El sector turístico prevé una ocupación de entre un 60 y 80% en Semana Santa. (EFE/Biel Aliño)

Málaga, Logroño, Sevilla o Granada han anunciado en los últimos meses nuevas ordenanzas o el endurecimiento de las que ya estaban vigentes para limitar las despedidas de soltero. Es la celebración más detestada por los vecinos por las molestias que genera un fenómeno asociado al turismo de borrachera, tal y como lo calificó recientemente el nuevo alcalde de Sevilla. "Ese turismo no interesa nada a Sevilla", espetó el popular José Luis Sanz. Controlar el ruido, prohibir pasear con complementos o semidesnudos… Algunos destinos, especialmente los más saturados, llevan años intentando restringir la llegada de las celebraciones más temidas, aunque los expertos advierten de las limitaciones de las normas aprobadas hasta el momento, además de los obstáculos legales.

"Hasta ahora no hay ningún municipio que haya elaborado una ordenanza específica para las despedidas de soltero y que haya funcionado", explica Yomara García, presidenta de la Asociación Nacional de Juristas Contra el Ruido. Esta entidad se constituyó hace más de 20 años por distintos abogados especializados en casos de contaminación acústica y ha visto cómo la sucesión de normas anunciadas apenas tienen efecto. "No es tanto aprobarla como aplicarla", resume esta jurista, quien apunta a la falta de agentes de Policía Local en horario nocturno, la ausencia de recursos para regular el ruido o la falta de voluntad política.

Foto: Despedida de soltero. (EFE)

Un buen ejemplo es lo ocurrido en Tarifa (Cádiz), un municipio que vuelve a estar en el foco por las despedidas. Hace unas semanas, el nuevo Gobierno municipal anunciaba su intención de elaborar una nueva ordenanza y volvía a ocupar los titulares de la prensa. "Tarifa declara la guerra a las despedidas de soltero". La cuestión es que ya la declaró hace siete años, cuando el anterior alcalde se mostró igual de beligerante y puso en marcha una serie de normas para frenar los daños en el mobiliario urbano o las molestias al vecindario, entre otros efectos indeseados del boom de estas celebraciones.

Se suponía que, desde 2016, el Ayuntamiento venía luchando contra las despedidas de soltero con distintas ordenanzas municipales y supramunicipales, la última de hace apenas unos meses. Al menos de cara a la galería. "Esas ordenanzas no están adaptadas a las circunstancias actuales, son muy genéricas", expone Jorge Benítez, nuevo edil popular de Seguridad y hasta ahora agente del Cuerpo de la Policía Local. Según expone, ahora mismo no existen herramientas específicas para controlar el fenómeno, a pesar de los reiterados anuncios del Gobierno municipal.

Tarifa ejemplifica la limitación de las normas: llevaban años aprobadas sin efecto

Lo cierto es que las despedidas han ido a más en un pueblo que, además, multiplica su población en verano y muestra claros síntomas de saturación turística. Cada fin de semana se concentran varias despedidas y cientos de personas de fiesta en su centro urbano, en el que las calles angostas y sinuosas hacen insoportable el ruido para los vecinos. "Se congregan cantando, con megafonía y altavoces con música, y es muy molesto. Algunos vienen semidesnudos y es también una cuestión de salud pública", lamenta el edil.

Dificultades para sancionar

Algunos especialistas advierten de la dificultad de sancionar los disfraces o atuendos sexuales, los elementos más característicos de estas celebraciones. Desde Legálitas advierten de que, aunque los Ayuntamientos puedan multar determinados atuendos o accesorios, las sanciones deben explicar de forma clara los motivos por los que se perturba la tranquilidad ciudadana. "Si la multa llega a los juzgados, el juez puede considerar que vulnera los derechos y libertades individuales o que el Ayuntamiento se ha extralimitado en sus funciones", exponen los especialistas de esta compañía de servicios legales.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ya anuló hace unos años la ordenanza de Salamanca, que prohibía transitar por sus calles con "vestimentas que atenten contra los derechos fundamentales" o "parcialmente desnudo". Tras un recurso de Ganemos Salamanca, el tribunal reclamaba al Ayuntamiento concretar qué tipo de vestuario es el prohibido o sancionable y ajustarse al Código Penal.

Foto: Despedida de soltero en Granada. (Jesús Jiménez)

Sevilla, una de las últimas ciudades en anunciar su intención de endurecer las normas, pretende imitar la ordenanza aprobada recientemente por Málaga y empezará a multar a personas que vayan por la calle en ropa interior, con un muñeco hinchable o con un pene de plástico en la cabeza. Las sanciones podrían llegar a los 750 euros, aunque, según ha advertido el nuevo regidor hispalense, solo llegarán si la celebración persiste tras un primer aviso de los agentes.

"A los afectados no les molesta tanto el vestuario como el ruido. Si los ayuntamientos quieren de verdad controlar las despedidas de soltero, debe haber muchos más agentes para denunciar, pero eso en la práctica no se hace", exponen desde Juristas Sin Ruido. Como recuerda su presidenta, Yomara García, los municipios también buscan "proteger la economía o el turismo", lo que dificulta un control exhaustivo de este tipo de celebraciones. "Pero hay que recordar que los derechos a la intimidad del domicilio son superiores y prevalecen al derecho a una actividad empresarial", concluye esta letrada.

Málaga, Logroño, Sevilla o Granada han anunciado en los últimos meses nuevas ordenanzas o el endurecimiento de las que ya estaban vigentes para limitar las despedidas de soltero. Es la celebración más detestada por los vecinos por las molestias que genera un fenómeno asociado al turismo de borrachera, tal y como lo calificó recientemente el nuevo alcalde de Sevilla. "Ese turismo no interesa nada a Sevilla", espetó el popular José Luis Sanz. Controlar el ruido, prohibir pasear con complementos o semidesnudos… Algunos destinos, especialmente los más saturados, llevan años intentando restringir la llegada de las celebraciones más temidas, aunque los expertos advierten de las limitaciones de las normas aprobadas hasta el momento, además de los obstáculos legales.

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