El sector de la cultura recela del cambio de modelo en Sevilla: "Quieren otro Málaga"

Intensa semana para el mundo de la cultura en Sevilla. La decisión de cancelar la edición de 2023 del Festival de Cine Europeo por su incompatibilidad con los Premios Grammy Latinos ha provocado multitud de críticas en el sector, que viene constatando un cambio del modelo con el PP gobernando en el ayuntamiento y en la Junta de Andalucía. De fondo, subyace la rivalidad con Málaga, aunque el pulso va más allá de localismos y del debate sobre la capitalidad: hablamos de dos formas de gestionar la cultura incluso dentro de un mismo partido.

“Visto lo visto, yo preferiría que ni se celebrase en 2024, dejarlo pasar”, expone Manuel Grosso, primer director e ideólogo del Festival de Cine de Sevilla, cuando se le pregunta por la idea de trasladar el evento a la primavera. Hace 20 años, cuando promovió el que hoy es el principal festival de cine europeo del momento, fijó noviembre como la única fecha posible. “Nos permitía encontrar un hueco en el calendario para coger películas de tendencia y crecer poco a poco”. El ayuntamiento ha anunciado ahora que pospondrá su celebración a abril, un mes en el que la ciudad está volcada con la Feria y la Semana Santa, y a las puertas del Festival de Cannes. “Es una fecha inviable. El festival de Cannes se celebra una semana después y se lo llevará todo”, resume.

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¿Por qué experimentar con un cambio de fecha en una cita de referencia y que llegó a reunir a 75.000 asistentes el año pasado? Según el ayuntamiento, porque todos los "espacios escénicos" de la ciudad estarán ocupados por la celebración de los Grammy Latinos, un evento internacional que pondrá Sevilla en el foco, al celebrarse por primera vez fuera de Estados Unidos. Sin embargo, Grosso, al igual que otras fuentes consultadas del sector, lo asocia a una jugada para ganar tiempo y promover el cambio de modelo anhelado por el nuevo alcalde, José Luis Sanz.

“Comprendo perfectamente a Sanz. Él ha dicho que quería un cambio y como buen chico de su partido lo que quiere es una segunda Málaga: un festival de cine más parecido al de allí, más popular, con alfombras rojas y más personajes conocidos. Pero aquí lo que tenemos es otra cosa”, valora Grosso, quien introduce por primera vez la cuestión malagueña, repetida una y otra vez en estos días en los mentideros del sector. El nuevo alcalde de Sevilla ha reconocido que no piensa "hacer la misma política cultural" que Antonio Muñoz (PSOE), su antecesor: “Muchos sevillanos me han votado pensando que Sevilla merecía un festival de cine de mucha más calidad y voy a trabajar por ello".

Un cambio de modelo

El aplazamiento del festival llega unos días después de la dimisión del gerente del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla. José Lucas Chaves, que ya estuvo al frente en el último mandato de los populares, renunció un mes después de su nombramiento. Alegó "motivos personales”, aunque algunas voces apuntan al poco margen de maniobra del que disponía este gestor cultural en una concejalía donde se había eliminado la Dirección General de Cultura, compartida con Deportes y liderada por Minerva Salas, cuya trayectoria profesional se ha centrado en la representación de futbolistas.

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La polémica por el festival se suma a la provocada por la idea de crear un gran museo de arte contemporáneo en Las Atarazanas, los astilleros medievales impulsados en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio. Según adelantó Diario de Sevilla la semana pasada, la Junta de Andalucía pretende trasladar parte de la colección del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), ubicado en la Isla de la Cartuja, a este espacio abandonado, que aspiraría a recibir a multitud de visitantes y reforzar la oferta del centro histórico.

Al igual que ha ocurrido con la polémica por el festival, numerosos representantes del sector cultural mostraron sus recelos en redes sociales. Los más críticos señalan el golpe al CAAC, un espacio de cultura alternativa local, para crear un museo en la zona más turística de la ciudad. La gestión de los contenidos culturales de este edificio del siglo XIII corre a cargo de la Fundación Cajasol.

La Junta ha completado la transición en la Consejería de Cultura en el último año

“Hace un año que hubo un cambio ideológico en la Consejería de Cultura, aunque siguiese gobernando el PP”, apunta una fuente conocedora de los últimos movimientos en la Consejería. Con la mayoría absoluta de Juanma Moreno, Cultura y Turismo fueron asumidas por Arturo Bernal, ex consejero delegado de Extenda y ex director general de Turismo y Planificación Costa del Sol, entidad dependiente de la Diputación de Málaga. En el último año, se han producido varios ceses de directores y gerentes vinculados con la anterior consejera, la sevillana Patricia del Pozo, consejera del círculo de Javier Arenas. Desde entonces, poco a poco se han ido incorporando profesionales de la confianza del malagueño, consolidando el relevo y una nueva visión.

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“Ellos traen el modelo de Málaga”, apunta esta fuente, que define esta forma de entender la cultura como “más de franquicia”, “de foto, de masas y con mucha inversión detrás”. Una visión que algunos asemejan a los primeros movimientos del nuevo alcalde de Sevilla, que quiere aplicar cambios en la gestión cultural de la ciudad. “En el caso del cine, en Málaga buscaron un festival mucho más popular, menos intelectual y más para todos los públicos. Es otra forma de entenderlo, pero también necesita mucha más inversión”, resume el primer director del Festival de Cine de Sevilla, Manuel Grosso. El sector cinematográfico ha mostrado su rechazo frontal a la decisión. El productor Gervasio Iglesias y el presidente de la Spain Film Commission, Carlos Rosado, expresaron en la Cadena SER su preocupación por que el festival pierda protagonismo al enmarcarse entre el Festival de Málaga y el de Cannes. Además, acusan al ayuntamiento de tomar la decisión sin consultar con el sector.

Por su parte, el nuevo alcalde, José Luis Sanz, acusó a su antecesor, Antonio Muñoz, de "dejar morir el certamen" al perder la calificación de la Academia Europa del Cine, "que ya no anunciaba sus nominaciones aprovechando la cita de Sevilla". "Le falta un salto de calidad", manifestó ante los medios. Además, calificó la Feria del Libro que heredera como "de tercera división" y valoró el "esfuerzo" económico de la Junta en los Grammy (18 millones de euros) antes de lanzar varias preguntas: "¿La música no es cultura? ¿Solo el cine es cultura? ¿Los Grammy no son un evento cultural musical de relevancia internacional como ninguna otra?".