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Desde Málaga con amor: el club de empresarios que impulsa la cultura rusa en la costa del sol

Por Agustín Rivera / Alberto G. Luna

Museo Ruso de San Petersburgo de Málaga, EFE/Daniel Pérez

Una élite de empresarios, autodenominados "amigos del Museo Ruso de Málaga", está detrás de esta pinacoteca que, tras la guerra de Ucrania, pasa por sus horas más bajas.

24 de febrero de 2022. El presidente ruso, Vladimir Putin, anuncia el inicio de lo que denomina una “operación militar especial” y ataca Ucrania. En ese mismo momento la Colección del Museo Ruso muestra en Málaga, entre otras exposiciones, 'Guerra y Paz' y 'Vanguardias en el arte ruso'; un recorrido por algunas de las excelentes obras de Natalia Goncharova, Mijaíl Lariónov, Kandinsky, Malévich, Aleksandr Ródchenko o Marc Chagall procedentes del Museo Estatal Ruso. Pocos meses después y debido al bloqueo de la comunidad internacional a Rusia, la pinacoteca andaluza se ve obligada a dejar en suspenso su contrato con San Petersburgo y todas esas obras vuelan de vuelta a su país de origen.

Ha pasado poco más de un año desde que devolvieran las obras pero, lejos de cerrar sus puertas -algo que hasta The Guardian auguraba-, el museo lleva tiempo sobreviviendo milagrosamente gracias a exposiciones de coleccionistas privados y a los autodenominados "amigos del Museo Ruso". Porque otra cosa no, pero rusos no faltan en Málaga ni en Marbella.

Borís Grigóriev. Retrato del director Vsevolod Meyerhold, 1946.
Pável Filónov. La guerra alemana 1914-15.
				'Guerra y Paz'

"Nos vimos obligados a devolver las obras y a dejar en suspenso nuestro contrato con el Museo Ruso de San Petersburgo, que sigue vigente hasta 2035. Pero en ningún caso cerramos, como se sugirió en algunos medios". El que habla a El Grito es José María Luna, director de la Agencia Pública para la gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso, del Centro Pompidou Málaga y de la Colección del Museo Ruso en Málaga, y lo primero que nos reconoce es que la guerra, como a todos, les pilló con el pie cambiado. "Queríamos seguir exponiendo arte ruso y empezamos a buscarlo".

Algo que les costó lo suyo, porque la primera muestra que presentaron fue de Picasso, que poco tiene que ver con Rusia. ¿Qué sentido tenía?, le preguntamos.

"Ninguno. Pero no podíamos improvisar una exposición de arte ruso de un día para otro. Fue una solución temporal".

Desde que abrió sus puertas en 2015 la Colección del Museo Ruso, perteneciente a la Agencia Pública de Málaga, ha presentado en sus salas obras originales de artistas de reconocido prestigio gracias a su acuerdo con el Museo Estatal Ruso. Hablamos de auténticas joyas expositivas como las raíces rusas de Kandinsky; Chagall; el primero de los marinistas rusos, Aivazovsky; la colección más completa de Malévich (con 16 obras que se veían por primera vez en España), o la dinastía Románov; además de otras vanguardias como Aleksandr Ródchenko, David Burliuk o Natalia Goncharova. Tras la guerra, sin embargo, todos esos grandes pintores desaparecieron para dar paso a otras muestras menores procedentes de colecciones privadas o de artistas españoles cuyas temáticas estaban relacionadas con Rusia.

Vasily Kandinsky, On White I, 1920
Peasant head, 1928-1929.

Como consecuencia de todo esto, el número de visitantes ha caído abruptamente en el último año. Algo que reconoce el propio José María Luna. Pero la venta de entradas no es lo único que mantiene a flote a este museo.

LOS AMIGOS DEL MUSEO RUSO AFINCADOS EN MÁLAGA Y MARBELLA

La Fundación de Amigos del Museo Ruso de Málaga (Famer) se fundó en el 2021. Precisamente, un año antes de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Entre sus propósitos fundacionales está el de difundir la cultura, historia y el arte rusos en España. Que hayan estado afincados en Marbella y más tarde en Málaga probablemente responda a que son dos de las zonas españolas preferidas por el turismo residencial ruso -se estima que en la Costa del Sol hay unos 8.000 y en Marbella residen de forma oficial 2.800, aunque hay muchos más que no están empadronados-; pero sobre todo, al interés de Ricardo Sánchez Bocanegra.

Bocanegra pertenece a una de las familias más históricas de la ciudad costasoleña y es uno de los grandes impulsores de la llegada a Málaga del Museo Ruso. Abogado y gestor administrativo especializado en inversiones rusas, actúa como una suerte de cónsul oficioso o ‘embajador’ para los rusos interesados en invertir o residir en la Costa del Sol. Si buscan cualquier noticia de cualquier medio de comunicación sobre Rusia y Marbella, lo normal es que les aparezca Bocanegra como portavoz. De hecho, las reuniones de los "primeros amigos" se realizan en su despacho ubicado en Marbella, donde también se encontraba Famer según se recoge en los estatutos de la fundación y firmados ante el notario Juan Pino Lozano.

Sede en Málaga del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo '

Pero no es el único empresario detrás de esta fundación. Entre los socios se encuentran Manuel Contreras Caro, presidente del Grupo Azvi; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre -que recibió la medalla Pushkin por parte de Putin y después tuvo que devolverla a regañadientes-; el director artístico del Teatro Estatal Académico Mariinsky, Valeri Abisatovich Guérguiev; el director del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, Vladimir Gusev; el presidente del Consejo de Administración de FSP GROUP, Igor Shejelev; el presidente de TEDAE (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y del Espacio), Ricardo Martí-Fluxá; el presidente de la CEM y vicepresidente de la CEOE, Javier González de Lara; el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, José Manuel Cabra de Luna; o el asesor empresarial especializado en el ámbito internacional, Jose Luis Alonso de Caso Vaquero. Además de distintas instituciones como por ejemplo el Instituto Ruso Pushkin (una organización que trabaja en contribuir al desarrollo de los contactos hispano-rusos en el campo de la educación, ciencia y cultura); EulenArt (que se adjudicó un contrato de 4,15 millones de euros en tres de los principales museos de la Agencia Pública de Málaga en 2020, incluido el Museo Ruso), Promálaga, la Fundación Málaga y Marbella RU.

En la página web de Marbella RU se puede encontrar todo tipo de información útil desde qué visitar con los niños en la Costa del Sol o qué rutas turísticas hacer, hasta dónde comprar una propiedad, abrir una empresa, qué impuestos pagar, cómo contratar los servicios de un abogado ruso u obtener un permiso de residencia español.

De los 110 amigos registrados (entre personas físicas y jurídicas), el 60% procede de España y un 30% de países de la antigua órbita de la Unión Soviética.

Este diario ha preguntado en reiteradas ocasiones por escrito y por teléfono al Grupo Azvi, uno de los más potentes de la construcción y servicios de Andalucía, por qué el Museo Ruso y cuál es exactamente su aportación, pero no han querido precisar detalles. La fundación Azvi, con sede en Sevilla, enmarca la participación en la Fundación Amigos del Museo Ruso de Málaga dentro de “un plan de donaciones filantrópicas que redundan en beneficio de la sociedad y quienes la componen”. Se recurrió a Contreras Caro para que ayudara financieramente al proyecto y accediera a la presidencia. Los estatutos recogen que será miembro del patronato y presidente hasta su fallecimiento o renuncia al cargo. La Fundación Azvi, como entidad fundadora que es, será miembro del patronato de Famer de manera indefinida.

CADA VEZ MENOS DONATIVOS

José María Luna, cuyo salario anual es de 93.645,58 euros como figura en las retribuciones del Ayuntamiento de Málaga, aclara que este proyecto “no tiene nada que ver con lo que está pasando en la guerra de Ucrania. ¿Tendríamos que borrar todo el riquísimo arte ruso por lo que está sucediendo?”, pregunta antes de recordar que algunos de los artistas cuyos cuadros han colgado de las paredes del antiguo edificio de Tabacalera “fueron perseguidos y llevados a un gulag”.

“Por dejarlo claro, no tenemos ninguna conexión con la gran madre Rusia y su Gobierno; ninguna. Evidentemente, desde 2022 la financiación ha sido mucho más complicada”, aclara. Y sobre la aportación inicial de la Fundación Azvi, declara que se elevó a 30.000 euros, que es lo que permitió echar a andar la fundación. "Anualmente no aportan siempre la misma cantidad. Lo hacen conforme a sus necesidades”.

En ningún año el presupuesto de la fundación ha sido superior a 60.000 euros. En 2021 recibieron donaciones por un valor de 28.085 euros (41 personas distintas y cinco de ellas personas jurídicas). En 2022 fueron 30.010 euros (65 amigos y nueve de ellas personas jurídicas). En 2023 sin embargo llevan, hasta el momento, 100 donaciones que se elevan a un total de 10.000 euros. Por ahora solo hay una persona jurídica. La mayoría de las aportaciones se hacen en el segundo semestre del año. De los 110 amigos registrados (entre personas físicas y jurídicas), el 60% procede de España y un 30% de países de la antigua órbita de la Unión Soviética.

Museo Ruso de Málaga

A falta de donativos, Famer solicitó recientemente un préstamo de 30.000 euros a la sociedad Ancón S.L. Esta sociedad está vinculada al abogado José Luis Alonso de Caso, secretario de la fundación. El crédito de Ancón S.L ha servido “para poder salvar el mantenimiento de la fundación. Se irá devolviendo”, reconoce José María Luna. “El abogado José Luis Alonso nos ayuda legalmente, es de Madrid, y tiene conexión con distintas empresas con intereses en Málaga”, precisa.

En la página web de la Fundación Amigos del Museo Ruso de Málaga cualquiera puede convertirse en amigo previo pago de un importe que oscila entre los 35 euros y los 1.000 euros al año. De momento, el museo inaugurará una exposición de 400 obras que proceden de un coleccionista privado español. También están cerrando un acuerdo con un centro de arte en Grecia.

¿Y el futuro a corto plazo? Lo de siempre: resulta difícil ajustar cuentas. “Es complicado conseguir dinero”, remata José María Luna. "Nuestra relación con San Petersburgo está suspendida pero tenemos contrato hasta 2035, así que habrá que esperar a ver qué sucede", apostilla. Otro patrono define la situación actual como de “tensa espera”. Mientras, el arte ruso continúa su hechizo… y el final de la guerra sigue incierto.