Es noticia
El señorito andaluz ha muerto aunque la izquierda se empeñe en resucitar el tópico
  1. España
  2. Andalucía
Crítica de Yolanda Díaz y Teresa Ribera

El señorito andaluz ha muerto aunque la izquierda se empeñe en resucitar el tópico

El éxito del PP andaluz se explica, en parte, porque Juanma Moreno se ha quitado ese traje que Javier Arenas no pudo evitar. La izquierda defiende la vigencia del estereotipo en determinados contextos y en las políticas de la Junta

Foto: Juanma Moreno y Cuca Gamarra, en la Feria del Caballo de Jerez. (EFE/Román Ríos)
Juanma Moreno y Cuca Gamarra, en la Feria del Caballo de Jerez. (EFE/Román Ríos)

Una caricatura de Javier Arenas vestido de superhéroe, con unas tijeras para hacer recortes y un limpiabotas sacando brillo a los zapatos del exministro de José María Aznar. Superseñorito. Esa fue la campaña que las Juventudes Socialistas de Andalucía pusieron en marcha en la campaña de las autonómicas de 2012, recordando una vieja foto del veterano dirigente popular, en su etapa madrileña, sentado mientras un limpiabotas sacaba brillo a sus zapatos. La imagen pesó como una losa sobre el político sevillano. Su heredero, Juanma Moreno, ha logrado sacudirse ese cartel, aunque Teresa Ribera se lo intentó endosar en una de las escaladas de la pelea. Y Yolanda Díaz, en su mitin de Sevilla, también se acordó de los señoritos cuando aludió a las rebajas fiscales del PP. Pero una década después de aquella campaña, el miedo al señorito ya no funciona.

“El problema que tiene el PSOE con Juanma Moreno es que no sabe mancharle la chaqueta, pero vio una oportunidad con Doñana”, sugiere Ana Salazar. “No se puede usar ese argumento contra alguien que ha ganado por mayoría absoluta”, explica el sociólogo Luis Miller, que cree que apelar a la idea del señorito no sirve para movilizar a la izquierda en un contexto de cambio de ciclo. “Puede ser incluso contraproducente”, abunda este doctor en sociología y científico titular del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC. Se entiende así que el comentario de Teresa Ribera, que vio “arrogancia de señorito” en el impulso de la ley de regadíos del entorno de Doñana, chirriase incluso a los socialistas andaluces. No hay que olvidar que el PSOE andaluz mantiene una relación complicada con la ministra de Transición Ecológica, que ya chocó con el líder regional, Juan Espadas, cuando se abstuvo en la primera votación de la citada norma.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en un congreso en Málaga con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. (EFE/Jorge Zapata)

En el caso de Yolanda Díaz, la reacción de sus afines es distinta. “Una señora que viene de Madrid o de Galicia se queda con el tópico, pero no es tan tópico”, apunta el historiador Carlos Arenas, que es el número uno en la lista de Sumar al Senado por Sevilla y admite que hay una “falta de conocimiento” de la realidad andaluza. No obstante, este profesor de Historia e Instituciones Económicas defiende que la palabra señorito es “polisémica” y sigue vigente en determinados ámbitos. “Los 25 más ricos de Andalucía están relacionados con la propiedad de la tierra y vienen de muy lejos; gente dedicada al latifundio y que recibe millones de las ayudas europeas de la PAC”, ilustra Arenas.

Son los mismos, pero han cambiado de traje, ahora van con la misma ropa que tú y se han mimetizado con el conjunto para no parecer privilegiados”, señala la secretaria general de CCOO Andalucía, Nuria López, que asegura haber criticado a los señoritos en algún acto público, sobre todo en el ámbito rural, pero entiende que las expresiones de Yolanda Díaz o Teresa Ribera escuezan, en parte, entre los andaluces. “Nos cuesta que otros nos digan esas cosas desde fuera”, zanja, aunque, como Carlos Arenas, concede veracidad parcial al tópico. “En los pueblos siguen siendo los mismos, el don sigue existiendo, aunque han cambiado las formas”, insiste la dirigente sindical, que confirma el logro de Juanma Moreno de desterrar esa imagen que Javier Arenas fue incapaz de combatir.

"Los señoritos son los mismos, pero han cambiado de traje para mimetizarse", defiende la secretaria general de CCOO Andalucía

La politóloga Ana Salazar encuentra varias explicaciones a este éxito y una de ellas tiene que ver con esa inspiración que el PP de Juanma Moreno ha encontrado en las prácticas que el PSOE andaluz empleó durante años. “Los populares han captado los elementos clásicos de su adversario en un ejercicio de triangulación discursiva; si querían conquistar Andalucía, tenían que matar al señorito andaluz”, apunta la responsable de Idus Estrategia. Salazar también detecta en este asesinato del señorito a una parte de la herencia de Ciudadanos, ya reabsorbido en el PP andaluz y que aportó un matiz “más moderno” al PP. Y hay un tercer factor que es “la cuestión generacional”.

El perfil moderno de Moreno

Moreno, abunda Salazar, se ha rodeado de perfiles parecidos al suyo, como ha demostrado en la elección de los candidatos a alcaldes en las capitales o el portavoz de su Gobierno, Ramón Fernández-Pacheco. “Es gente a la que le queda bien la ropa, una imagen muy alejada del señorito andaluz que va a limpiarse las botas, eso es una derecha que ha vivido otro tiempo”, ilustra la politóloga, que defiende que esa imagen “moderna y amable” no tiene por qué ser moderada en lo ideológico.

Es justo el diagnóstico de Carlos Arenas, que recuerda cómo una de las primeras decisiones de Moreno al lograr su mayoría absoluta fue “reducir los impuestos a la propiedad”, en referencia a la rebaja del impuesto al patrimonio. El historiador y candidato de Sumar también alude a la idea de urbanizar Tablada, una zona protegida en las afueras de Sevilla, que ha sugerido el nuevo alcalde de la capital. “Son tan extremos como un señor de Vox, aunque se ponen una bandera blanca y verde [la andaluza] para despistar”, critica Arenas.

Foto: Juanma Moreno jura el cargo de presidente de la Junta. (EFE/Julio Muñoz)

A pesar de estas críticas, las últimas convocatorias electorales parecen confirmar que hay un cambio “estructural” en el voto andaluz. Y Luis Miller se atreve a aventurar que puede prolongarse durante “lustros” y tiene que ver con esa sustitución que el PP ha logrado para ser mayoría en una comunidad con la renta baja y que era bastión socialista hasta hace menos de cinco años. “Apelar a etiquetas superficiales y este tipo de pullas no tiene sentido en un contexto de cambio en los patrones de voto”, añade el sociólogo, que cree que el ciclo que se inauguró con la mayoría de centro derecha en Andalucía en 2018 todavía tiene “recorrido”. Y el recorrido lo hará Juanma Moreno con la camisa blanca arremangada, que se ha convertido en su uniforme de la campaña del 23-J, en la que llega a barrios obreros y recibe el aplauso de los vecinos. Una imagen con la que sus antecesores, caricaturizados como superseñoritos, solo podían soñar.

Una caricatura de Javier Arenas vestido de superhéroe, con unas tijeras para hacer recortes y un limpiabotas sacando brillo a los zapatos del exministro de José María Aznar. Superseñorito. Esa fue la campaña que las Juventudes Socialistas de Andalucía pusieron en marcha en la campaña de las autonómicas de 2012, recordando una vieja foto del veterano dirigente popular, en su etapa madrileña, sentado mientras un limpiabotas sacaba brillo a sus zapatos. La imagen pesó como una losa sobre el político sevillano. Su heredero, Juanma Moreno, ha logrado sacudirse ese cartel, aunque Teresa Ribera se lo intentó endosar en una de las escaladas de la pelea. Y Yolanda Díaz, en su mitin de Sevilla, también se acordó de los señoritos cuando aludió a las rebajas fiscales del PP. Pero una década después de aquella campaña, el miedo al señorito ya no funciona.

Juanma Moreno Yolanda Díaz Teresa Ribera Noticias de Andalucía
El redactor recomienda