Adiós a la limitación de vehículos en el centro de Sevilla, hola a las cervezas en la calle

Fue casi una premonición. Juanma Moreno bendijo la candidatura de José Luis Sanz a la Alcaldía de Sevilla cuando faltaban 600 días para el 28 de mayo de 2023. El ahora regidor, que ganó con claridad las elecciones, quería “dos ciclos” completos del funcionamiento pendular de la capital andaluza: dos navidades, dos semanas santas y dos ferias. Lo consiguió, a pesar de que Moreno y Sanz fueron viejos contrincantes orgánicos por el poder en el PP andaluz. Y aquella bendición estuvo regada con una cerveza en una de las mesas altas de la Plaza del Salvador, lugar de reunión habitual de los sevillanos para brindar con la rubia nacional, esa Cruzcampo que tan mala fama tiene fuera de los límites de la ciudad.

Casi dos años después de aquel brindis, Sanz tiene el bastón de mando de la principal ciudad de Andalucía y uno de los primeros pronunciamientos del alcalde popular consistió en garantizar que en los bares con solera de la ciudad se podrá seguir bebiendo cerveza en la puerta, sin necesidad de tener mesa. Lo había prometido en campaña y lo confirmó en una entrevista en ABC de Sevilla. Y lo mismo hizo con otro compromiso: no habrá limitaciones a los vehículos para entrar en el casco histórico de la ciudad y en el barrio de Triana, tal y como había proyectado el gobierno socialista de Antonio Muñoz.

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Será la segunda vez que un alcalde del PP -ya antes lo hizo Zoido en 2011- tumbe un plan de reducción del tráfico en el centro de la ciudad, que posee uno de los conjuntos históricos más grandes de Europa, plagado de calles estrechas que hacen difícil la convivencia entre el coche y el peatón. Sanz argumenta que no hay ahora mismo suficientes alternativas de transporte público para entrar en la almendra hispalense y que faltan aparcamientos subterráneos en el entorno del centro para amortiguar la llegada de vehículos.

Tiene razón en ese punto el regidor, ya que la única línea de metro que hay en la ciudad no se adentra en el centro y la que está en obras lo circunda. Y además no estará lista antes de 2030. Sí hay proyectado un tranvibús que llegará en 2024 al núcleo de la ciudad y una ampliación del tranvía, pero la decisión de Sanz no tendrá vuelta atrás en un futuro próximo. De hecho, el más de centenar de cámaras que el PSOE instaló en las entradas al casco histórico y Triana servirán probablemente para “aumentar la seguridad” en la capital hispalense. Hay que tener en cuenta que esta revocación no supone incumplir directamente la ley nacional de Cambio Climático, que obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a contar con una zona de bajas emisiones (ZBE).

Sevilla ya tiene una de estas limitaciones en la isla de la Cartuja, en los terrenos donde se celebró la Expo 92 y que hoy alberga un potente parque tecnológico al que cada día se trasladan decenas de miles de trabajadores. Allí sí es necesario que el coche cumpla requisitos en materia de emisiones, mientras que el Plan Respira del centro y Triana (así se llamaba el proyecto) sólo limitaba la entrada a los coches si no eran vecinos de las zonas restringidas o no contaban con una plaza de aparcamiento. Hay que tener en cuenta que había excepciones para la carga y descarga, para el acceso a hoteles y para aparcar el coche en alguno de los escasos parkings subterráneos que hay en la zona.

La polémica de la cerveza

La historia se repite más de una década después. En 2011, Zoido acabó con el Plan Centro de Alfredo Sánchez Monteseirín cuando la idea de restringir la entrada de vehículos en el centro de las ciudades era una rareza en España. Y a pesar de que José Luis Sanz ha rechazado que su mandato vaya a ser revisionista, hay varias decisiones llamativas además de la del Plan Respira y la luz verde a las cervezas de locales señeros como Casa Vizcaíno, El Tremendo, o Casa Coronado. En esos bares es habitual ver agolparse en la puerta a los parroquianos con una Cruzcampo y apenas un plato de aceitunas. Y aunque eso no es netamente legal, no se puede decir que exista una “persecución”, como se ha llegado a escuchar.

Hay una ordenanza de la época de Zoido que vincula el aforo de las terrazas a la cantidad de mesas autorizadas a cada bar

Hay que tener en cuenta que hay una ordenanza del mandato de Juan Ignacio Zoido que vincula el aforo de las terrazas al número de mesas y sillas autorizadas por el Ayuntamiento. Con esa norma en la mano, la Policía Local podría actuar contra la aglomeración de personas, pero eso solo ocurría, explican desde el anterior equipo de gobierno, cuando un vecino llamaba por exceso de ruido o porque el paso quedaba bloqueado. “No se ha perseguido a nadie”, apuntan fuentes socialistas, que sí admiten que en Semana Santa sí se hace una mayor vigilancia y hubo uno de esos bares señeros que tuvo que tomar medidas. Y es ahí donde ubican esta “falsa polémica” aireada por el nuevo alcalde al poco de tomar el bastón de mando.

Los primeros pasos de Sanz en el edificio renacentista de la Plaza Nueva han abierto otros debates, algunos anticipados en campaña y otros novedosos. El Ayuntamiento convocará una consulta para decidir qué ocurre con la duración de la Feria de Abril, alargada por Juan Espadas en 2017 tras una consulta similar. La duda esta entre mantener el actual formato, de sábado a sábado; volver al anterior, de lunes a domingo; o un nuevo modelo, con la fiesta mayor inaugurándose el domingo y acabando el sábado. Según Sanz, los hosteleros defienden un modelo más corto al actual y ese es el motivo que lo lleva a reabrir el melón.

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Y el último debate que Sanz ha resucitado es sobre la urbanización de Tablada, una enorme explanada que forma parte de los terrenos inundables en caso de crecida del Guadalquivir y que muchos veían como expansión natural de una ciudad con un término municipal casi colmatado. La justicia tumbó cualquier posibilidad al considerarlo una zona protegida, pero, como un péndulo, el asunto ha vuelto a la actualidad de la mano del regidor popular, que propone compaginar el uso ya fijado (un parque periurbano) con la edificación de 200 hectáreas.