El traspié de Yolanda Díaz o los problemas de una gallega de Ferrol con los astilleros en Cádiz

A las ocho de la tarde de un domingo, la plaza de la Catedral de Cádiz es un hervidero. Guiris que pasean por el centro de la capital, personas mayores que se ponen a la sombra en las escalinatas del templo, gaditanos que vuelven de la playa de la Caleta o de Santa María del Mar… y Yolanda Díaz como invitada estelar. La vicepresidenta del Gobierno y candidata de Sumar a las elecciones del próximo 23 de julio protagonizó un mitin algo accidentado en el primer domingo de campaña. Varias decenas de trabajadores del metal protestaron durante su intervención, por lo que acabó desalojada del estrado donde pretendía mandar un mensaje centrado en los derechos laborales en una provincia donde los datos de paro siempre están en lo más alto.

Era la primera vez que Díaz protagonizaba un mitin en Cádiz, aunque estuvo en abril en la provincia en un acto organizado por CCOO y para reunirse con el ya exalcalde de la capital José María González, Kichi. A ese acto también tenían pensado acudir miembros de la Coordinadora del Metal, pero la ministra de Trabajo llegó tarde porque su avión se retrasó y la protesta no se produjo. Las consignas que gritaban estas decenas de trabajadores, vinculados a la CGT, eran las clásicas del movimiento obrero que orbita los astilleros de la bahía de Cádiz: “Astilleros no se cierra”, “ni un paso atrás en la lucha del metal”. Esto no deja de ser llamativo si se tiene en cuenta el origen de Díaz, nacida en la ría de Ferrol, hija de un sindicalista histórico en una zona con presencia del sector de los astilleros.

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"Conozco muy bien Cádiz, sé bien los problemas que tenéis, sé del problema del desempleo y, aunque hemos hecho mucho, vuestras cifras no son tolerables", admitió Díaz durante su intervención. El hecho de que el acto se celebrase en un espacio abierto fue clave para que los servicios de seguridad que escoltan a la política gallega acabaran por llevarse a la ministra del estrado y dejasen el cierre del acto para otros integrantes de la candidatura. Eso sí, no hubo alusiones de Díaz a los protestantes desde el estrado ni un intento de calmar los ánimos, algo que le afean algunos cuadros de los partidos que conforman la coalición. En su entorno, recuerdan que la líder de Sumar estuvo reunida con los comités de empresa de las compañías del sector radicadas en la bahía gaditana y que la Coordinadora del Metal no está representada en esos comités de empresa.

La presencia de Yolanda Díaz en Cádiz tiene una doble vertiente de cara al 23-J. Es una de las dos provincias andaluzas donde el cabeza de lista ha sido elegido por Sumar. En este caso, es Esther Gil de Reboledo, abogada y consultora vinculada al mundo del carnaval, uno de esos perfiles técnicos y profesionales que son del gusto del partido de la vicepresidenta. El otro es Francisco Sierra, que estuvo en el mitin de la mañana en Sevilla y es catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad de Sevilla. Los otros puestos de salida, si se tienen en cuenta los seis escaños andaluces de Unidas Podemos, se reparten entre los tres de IU y el que tiene Podemos en Granada.

Cádiz, además, tiene un hecho diferencial en estas elecciones generales. Es el único lugar de España donde habrá dos candidaturas en la izquierda a la izquierda del PSOE, ya que Adelante Andalucía se presenta solo en esta circunscripción con una lista andaluza, con el objetivo de llevar “la voz de Andalucía al Congreso”, esa suerte de lema que abandera Teresa Rodríguez desde que dejó Podemos. No es casualidad que Toni Valero, líder de IU en la comunidad y candidato de Sumar en Málaga, haya utilizado esa misma frase en un par de ocasiones en las últimas semanas.

Hay que tener en cuenta que en las asambleas que celebró Adelante para decidir su estrategia para el 23-J hubo quien planteó la negociación con Sumar para integrarse, de una forma u otra, dentro de la coalición. Esta opción acabó descartada y la relación entre los dirigentes andalucistas y Díaz no ha ido mucho más allá de mensajes lanzados a través de los medios de comunicación. En el comunicado que lanzó Adelante, hizo alusión a la imposibilidad de incorporarse a Sumar con la capacidad de decisión a la que aspiraban los de Teresa Rodríguez. No hay que olvidar que la gaditana fue expulsada del grupo parlamentario de la confluencia andaluza a petición de Podemos e IU en noviembre de 2020 acusada de transfuguismo.

Alguno de los participantes en la protesta afirmó después que su intención es votar a Díaz el 23-J

Volviendo al mitin de la plaza de la catedral gaditana, algunos de los asistentes cuentan que después de la salida de Yolanda Díaz, los manifestantes se acercaron a la zona donde estaba la prensa y explicaron que no tenían intención de deslucir el acto, sino de hacer ver sus reivindicaciones. “Alguno aseguró que pretendía votar a Sumar”, cuenta una de esas personas presentes en el acto. Hubo algunos abucheos por parte de los afines a la vicepresidenta, pero la tensión no fue a mayores, abundan estas fuentes.

Díaz y la tanqueta

Esta protesta está conectada de forma inevitable con las que se produjeron en noviembre de 2021 en el marco de la negociación del convenio del metal en la provincia de Cádiz. Las marchas fueron las más violentas en años y el Ministerio del Interior decidió desplegar una tanqueta por las localidades de la bahía gaditana en su intento por apagar las manifestaciones, lo que le generó sonoras críticas. La propia Yolanda Díaz reclamó la retirada del vehículo desplegado por las Unidades de Intervención Policial (UIP) y defendió el derecho de los trabajadores a protestar. “No son delincuentes”, lanzó la gallega.

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No obstante, hay en el entorno de la coalición de izquierdas quien echa en falta una mayor implicación de Díaz cuando acude a esta provincia. En el acto del pasado abril, antes de la reunión con el sector del metal, la ministra de Trabajo habló del textil gallego, que conoce bien. “Aquí lo que cortamos es chapa”, recuerda un asistente a esas jornadas, para mostrar el cierto desconocimiento de la vicepresidenta segunda del Gobierno, a quien no se espera más en Andalucía, a pesar de que existía la posibilidad de una tercera visita a Málaga.