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"Si Sumar no rellena el hueco, lo rellenaremos nosotros": el PSOE avisa a Díaz
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"Si Sumar no rellena el hueco, lo rellenaremos nosotros": el PSOE avisa a Díaz

La existencia de un número elevado de indecisos, que han decidido ir a votar, pero todavía no tienen claro a qué partido, aumenta la ambición socialista por abarcar todo el espacio de la izquierda

Foto: Yolanda Díaz, en el inicio de campaña. (EFE/Cabalar)
Yolanda Díaz, en el inicio de campaña. (EFE/Cabalar)
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La izquierda está intentando activar al máximo posible a sus simpatizantes, y la idea que tratan de situar en el debate público es muy clara: las elecciones no están decididas, todavía queda partido. En ese objetivo coinciden PSOE y Sumar, pero en pocos más. Más allá del intento del presidente de recuperar votos socialistas huidos hacia partidos de la derecha o hacia la abstención, su deseo de crecimiento electoral es más ambicioso: se trata de ganar por todos los espacios posibles. Y para ese propósito, un Sumar que no termina de coger fuerza es tanto un aliado futuro como un rival presente.

En Ferraz no tienen duda: "Nosotros siempre hemos dicho que el voto que puede parar la ola reaccionaria y el retroceso que viene es el que se da al PSOE". En los círculos de la Moncloa, lo formulan de manera más expresa: "Sumar tiene que rellenar un hueco; si no lo hace, lo rellenaremos nosotros", y es algo que sabían desde el principio.

El millón de votantes

En la Moncloa dan por hecho que la movilización de la izquierda se va a producir. Parten de la convicción de que en estas elecciones hay más indecisos que de costumbre, en especial de aquellos que han decidido ir a votar, pero todavía no tienen claro a quién dar su confianza. Creen que el suelo de Sumar se sitúa alrededor de 25 diputados y que sus opciones se concentran en las provincias que reparten siete o más escaños. En las pequeñas, el voto útil conducirá a los votantes hacia el PSOE con mucha probabilidad, lo que es una oportunidad de crecimiento socialista.

Para obtener buenos resultados, afirman en la Moncloa, Yolanda Díaz debería liderar más de lo que lo está haciendo. También en el partido de la ministra de Trabajo hay voces que apuntan en el mismo sentido, ya que no perciben una gran fuerza en su liderazgo. Incluso hay ámbitos que entienden que otras personas de la formación deberían tener más presencia en la campaña para compensar esas deficiencias.

"Sumar es el partido menos movilizado, menos convencido de su voto y el que muestra una menor consistencia en sus indicadores"

En esa carrera, explican los analistas electorales, Sumar parte en desventaja. Por su composición, por las tensiones vividas y por la falta de tiempo para desarrollar el proyecto. Andrés Medina, de Metroscopia, señala que "Sumar parece tener dos millones de votos asegurados, algo más de medio millón de frontera con el PSOE y una frontera similar con la abstención. Y es el partido menos movilizado, menos convencido de su voto y el que muestra una menor consistencia en sus indicadores".

El electorado de Sumar, por tanto, es susceptible de ser activado en dirección al PSOE, a través de la idea del voto útil, pero también si sus electores perciben falta de consistencia en la formación o en sus propuestas. Según Paco Camas, experto electoral de Ipsos, la franja de indecisos reales de izquierda oscila entre 1 y 1,3 millones. Y, ahí, "la estrategia de voto útil al PSOE le está funcionando relativamente: hoy, entre un 15-20% de votantes de UP de 2019 optaría por los socialistas: hablamos de alrededor de medio millón de votantes". Pero hay un factor más que beneficia a la Moncloa: "La entrada de Vox en un hipotético Gobierno también puede ser un incentivo poderoso para el voto útil al PSOE".

El factor sociodemográfico

En esa competición, y más en una campaña tejida insistentemente a través de los medios de masas, hay un factor que suele olvidarse, el sociodemográfico. Mientras el PSOE cuenta con un abanico más variado de votantes, los de Sumar se caracterizan, como explica Carlos Domínguez, analista electoral de 40dB, por tener un perfil bien delimitado.

Sumar presenta niveles muy transversales de voto entre los adultos en edad productiva

Son moderadamente masculinos, con "una composición por sexo 55%-45% favorable para los hombres". Son relativamente jóvenes, ya que "reciben sus mejores tasas de apoyo entre los electores de 25 a 64 años, ofreciendo su mejor desempeño electoral entre los votantes de 35 a 44 años, según el CIS, y entre el electorado de 45 a 54 años, según los datos de 40dB". Presentan, en todo caso, niveles muy transversales de voto entre los adultos en edad productiva, aunque "la incorporación de Podemos a la coalición les permite entrar mejor en el voto de los más jóvenes, los menores de 25 años".

Es también un electorado urbanita, que "presenta una correlación muy lineal con el tamaño del municipio de residencia de los electores, recibiendo más apoyos en los municipios de más de 100.000 habitantes y sus peores resultados en los de menos de 10.000". La brecha rural-urbana no es tan grande como en las experiencias de otros partidos de nuevo cuño, subraya Carlos, ya que "la presencia de sus formaciones y líderes en instituciones desde hace un tiempo ayuda a nivelar las cosas".

Sumar consigue mayores apoyos electorales entre los electores de nivel educativo más alto y profesiones técnicas e intelectuales

Como última característica, sus votantes proceden de una extracción social relativamente alta, "sobre todo en términos de capital cultural". De manera similar a lo que le ocurrió a Podemos, "Sumar es un partido de la movilización cognitiva, es decir, consigue mayores apoyos electorales entre los electores de nivel educativo más alto (estudios superiores) y profesiones técnicas e intelectuales". Al PSOE le ocurre lo contrario, "ya que obtiene mejores resultados entre los votantes de nivel educativo bajo, trabajadores manuales, jubilados y parados".

En esa composición sociodemográfica, se juegan muchas de las posibilidades de crecimiento de ambos partidos. Recientes propuestas, como la herencia universal, van dirigidas a aumentar el voto en ese segmento joven en el que Sumar no ha penetrado del todo, del mismo modo que la presencia, apalabrada públicamente, de Sánchez en algunos pódcast, o la foto del presidente con J., de Los Planetas, se dirige a ganar electorado con un perfil típico de Sumar.

Marcar la diferencia con el PSOE

El problema para Sumar proviene de dos flancos. La obvia canalización hacia el bipartidismo de esta campaña es el primer inconveniente serio, como lo es el marco que fija como objetivo prioritario evitar un Gobierno PP-Vox. El segundo es más complicado de solucionar. Como explica Carlos Domínguez, la integración de Podemos en Sumar "acarreaba el desembarco en la base electoral de la coalición, no solo de votantes especialmente jóvenes, sino también de ideología más escorada a la izquierda". Era un complemento necesario, ya que atraía perfiles distintos que le permitían cohesionar a las distintas izquierdas en una sola fuerza.

Sin embargo, para que eso fuese posible, Sumar debería marcar una diferencia clara con el PSOE y representar a una izquierda alternativa a los socialistas. Sus propuestas debían aportar una distancia marcada con los socialistas, pero también ampliar esa base construida con un perfil sociodemográfico muy marcado. Sin embargo, es en ese aspecto donde está encontrando mayores dificultades, ya que votantes típicos de izquierda están manifestando que votarán a los socialistas al no verse representados en la coalición, y las ideas que están promoviendo tienden a cohesionar a los votantes que ya tienen, más que a ganar espacio. Y eso puede ser útil para construir una opción electoral con un perfil propio, pero no genera crecimiento.

En esa tesitura, el PSOE está acelerando para recoger las papeletas de las izquierdas desanimadas. Y es relevante, porque hay más de un millón de votos en juego que, de repartirse correctamente, puede modificar los resultados electorales que las encuestas arrojan estos días. Máxime cuando esos indecisos elegirán su opción en los últimos días de la campaña, si no a última hora.

La izquierda está intentando activar al máximo posible a sus simpatizantes, y la idea que tratan de situar en el debate público es muy clara: las elecciones no están decididas, todavía queda partido. En ese objetivo coinciden PSOE y Sumar, pero en pocos más. Más allá del intento del presidente de recuperar votos socialistas huidos hacia partidos de la derecha o hacia la abstención, su deseo de crecimiento electoral es más ambicioso: se trata de ganar por todos los espacios posibles. Y para ese propósito, un Sumar que no termina de coger fuerza es tanto un aliado futuro como un rival presente.

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