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Sánchez y Feijóo, pendientes de la decisiva disputa por la tercera plaza entre Sumar y Vox
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LA OTRA BATALLA DEL 23-J

Sánchez y Feijóo, pendientes de la decisiva disputa por la tercera plaza entre Sumar y Vox

Este puesto da un plus de escaños y de quien lo ocupe dependerá en buena medida la suma de los bloques. En las últimas generales, el escaño le costó a Vox 70.000 votos de media, al ser tercero, frente a los 88.000 de Podemos, al ser cuarto

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene durante un acto electoral en Burgos, este lunes. (EFE/Santi Otero)
El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene durante un acto electoral en Burgos, este lunes. (EFE/Santi Otero)

La estrategia electoral del PSOE ha ido virando desde la máxima inicial de apelar al voto útil, achicando el espacio de Sumar, a asumir que sus posibilidades para reeditar una coalición progresista pasan por un proyecto a su izquierda fuerte. Al menos, como para que Sumar supere a Vox como tercera fuerza y maximice así la conversión de sus apoyos en escaños, principalmente en circunscripciones medianas. Un cambio que da cuenta del humor en la sala de máquinas del partido, pues la estrategia inicial se centraba únicamente en intentar salvar los muebles, buscando firmar un resultado digno para el PSOE a costa de alejar la suma del bloque progresista. Tanto en Ferraz como en la Moncloa se insiste en que hay partido, pero no solo por la "tendencia al alza" del PSOE, sino porque "Yolanda [Díaz] está creciendo y consolidándose".

Fuentes del equipo del presidente del Gobierno señalan que en las encuestas que manejan Sumar viene "disputando el tercer puesto a Vox" desde hace varios días. En su caso, hablan de que vienen recuperando "muchos diputados", por lo que en términos generales se refieren a una inversión de las encuestas con una "movilización del voto progresista". La encuesta preelectoral del CIS publicada este martes es la más optimista en este sentido, pero al margen de los números coincide con varias de las encuestas privadas, al reflejar una recuperación de los socialistas y situar a Sumar por encima de los de Santiago Abascal.

Foto: La vicepresidenta del Gobierno y candidata de Sumar, Yolanda Díaz, durante un acto de su partido en Barcelona. (EFE/Alejandro García)

La tercera posición da un plus de escaños, mientras que los porcentajes de apoyo por debajo del 12 o 13% conllevan una notoria penalización. En las últimas elecciones generales de 2019, por ejemplo, en que Vox fue tercera fuerza con un 15%, el escaño le costó de media a esta formación 70.000 votos. A Unidas Podemos, cuarta fuerza con un 12,8%, le salió por una media de 88.500 votos. La diferencia entre ambos fue de un 2% y poco más de 500.000 votos, pero en escaños Vox obtuvo 52 frente a los 35 de los morados.

Esta es la razón por la que el último CIS da una horquilla a Sumar, de entre 43 y 50 escaños, muy superior a la de Vox, que se situaría entre 21 y 29. La estimación de voto de los de Yolanda Díaz es del 16%, obteniendo representación en un mínimo de 23 circunscripciones y un máximo de 27. En el caso de los de Abascal, su estimación de voto es del 10,6% y obtendrían representación en un mínimo de 14 circunscripciones y un máximo de 20. En una mayoría de circunscripciones, de darse estos resultados, votar a Vox sería un voto extraparlamentario.

El 24-J hay, por tanto, una batalla paralela por la tercera fuerza que podría ser decisiva para determinar qué bloque suma más diputados de cara a una investidura, independientemente de si la primera fuerza es el PP o el PSOE. No en vano, desde Génova se ha reiterado la petición de que se deje gobernar a la lista más votada y desde Ferraz se ha rechazado argumentando que en estas generales se decide o un Gobierno de Feijóo con Abascal de vicepresidente o la reedición de la coalición entre Sánchez y Díaz.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante un acto sectorial del Partido Popular en Cataluña el pasado 26 de junio. (Europa Press/David Zorrakino)
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En Génova, el mensaje sí sigue siendo el del voto útil dentro del bloque conservador. Feijóo aspira a gobernar en solitario y de ahí que su objetivo sea alcanzar más diputados que los que sume la izquierda. De este modo, solo necesitaría la abstención de los de Santiago Abascal, que para bloquear su Gobierno en solitario deberían unir sus votos a los de la izquierda. Con todo, si no logra alcanzar esta meta, que cifra en el entorno de los 150 escaños, todavía por encima de la media de las encuestas en estos momentos, sería clave para las opciones del bloque conservador que Vox no cediese la tercera plaza a Sumar.

Su objetivo pasa por reducir al máximo la capacidad de influencia de Vox si Feijóo logra situarse a "menos de 25 escaños" de la mayoría absoluta, mirando a otras fuerzas parlamentarias que prioricen su apoyo para evitar la entrada en la Moncloa de los de Santiago Abascal. Seguir así el criterio para los pactos autonómicos, limitando los gobiernos de coalición a los casos en los que la izquierda sume más que el PP, como ha sido el caso de la Comunidad Valenciana y Extremadura.

Foto: Pedro Sánchez y Javier Lambán en un acto del PSOE en Zaragoza. (EFE / Javier Cebollada)
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Desde la plataforma que lidera la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, tienen el objetivo de abrirse hueco en el electorado de izquierdas más crítico y sectores progresistas ahora desmovilizados o que no comulgan con el jefe del Ejecutivo. Una suerte de competición virtuosa con el PSOE, mirando a engordar el bloque progresista para reeditar la coalición. Sin embargo, según la encuesta del CIS, el mayor porcentaje de electores que dudan entre dos partidos lo hace entre PSOE y Sumar. Un total del 5% de los encuestados. En el caso de los que dudan entre PP y Vox, este porcentaje se reduce al 2,3%.

La concentración del voto en los sectores a la izquierda del PSOE, frente a la dispersión del 28-M, ha sido alabada públicamente por el propio Sánchez y ha insuflado ánimos en este bloque para no dar nada por perdido. Asimismo, desde Ferraz, tratan de alentar la "remontada" y asocian el rechazo de Feijóo a participar en más debates electorales que el cara a cara programado para el próximo lunes a que "cunde el miedo" en las filas populares. "El candidato Feijóo ha plantado a la mayoría de grupos de comunicación de este país que intentaron organizar debates cara a cara. En los debates a cuatro, ante la posibilidad de hacerse la foto junto a su candidato a la vicepresidencia, Santiago Abascal, directamente no aparecerá en ninguno", denuncian desde el Partido Socialista.

La estrategia electoral del PSOE ha ido virando desde la máxima inicial de apelar al voto útil, achicando el espacio de Sumar, a asumir que sus posibilidades para reeditar una coalición progresista pasan por un proyecto a su izquierda fuerte. Al menos, como para que Sumar supere a Vox como tercera fuerza y maximice así la conversión de sus apoyos en escaños, principalmente en circunscripciones medianas. Un cambio que da cuenta del humor en la sala de máquinas del partido, pues la estrategia inicial se centraba únicamente en intentar salvar los muebles, buscando firmar un resultado digno para el PSOE a costa de alejar la suma del bloque progresista. Tanto en Ferraz como en la Moncloa se insiste en que hay partido, pero no solo por la "tendencia al alza" del PSOE, sino porque "Yolanda [Díaz] está creciendo y consolidándose".

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