La macroencuesta del CIS confirma que Sánchez fue un lastre para sus barones el 28-M

El barómetro del CIS suele sobrerrepresentar a la izquierda desde que José Félix Tezanos está al frente de este organismo público y ni por esas pueden estar contentos del todo en el PSOE. Además de que concede la victoria al PP por primera vez desde julio, hay varios resultados que deben hacer sonar las alarmas en Ferraz y que, además sirven para dar carta de naturaleza a un fenómeno que el propio Sánchez sugirió al convocar las elecciones: el debate sobre su continuidad contaminó las municipales y autonómicas del 28-M y hubo barones y alcaldes que salieron perjudicados. Tanto es así que perdieron sus gobiernos.

Así puede deducirse del resultado que pronostica el sondeo público en comunidades como Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha o Valencia. Es cierto que Emiliano García-Page sí podrá seguir siendo presidente en su región, pero sus colegas Guillermo Fernández-Vara y Javier Lambán tendrán que dar un paso atrás cuando se conformen los nuevos gobiernos autonómicos con presidentes populares. El extremeño ganó sus comicios, pero la suma de PP y Vox lo acabarán sacando del ejecutivo radicado en Mérida. El aragonés quedó segundo y también queda relegado, igual que el valenciano Ximo Puig.

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El CIS no pronostica una victoria del PSOE en ninguno de estos cuatro territorios. En Extremadura, Aragón y Castilla-La Mancha prevé la victoria con claridad del PP, mientras que en la Comunidad Valenciana hay un empate entre socialistas y populares a 11 escaños que acaba por beneficiar al bloque de izquierdas porque Sumar queda por encima de Vox en escaños. Estos malos resultados se producirían solo un par de meses después del batacazo que sufrieron tres de estos cuatro barones en el 28-M. En Extremadura el PP lograría 5 escaños por 2 del PSOE, mientras que en Aragón los socialistas alcanzarían entre 4 y 5 y los populares entre 5 y 7. El caso de Castilla-La Mancha es llamativo, ya que García-Page conservó la mayoría absoluta, pero el 23-J el PSOE se quedaría con 8 de los escaños por 10 que conseguiría el PP.

Esta dualidad hace que esa teoría sobre el efecto de Sánchez el 28-M fue negativo y que el plebiscito en el que ha convertido los comicios puede perjudicar aún más al PSOE. Aunque la encuesta da opciones al presidente del Ejecutivo de seguir gobernando, incluso de alcanzar la mayoría absoluta con Sumar, la sobrerrepresentación que el CIS otorga a la izquierda debe llamar a la prudencia en Ferraz. Hay una tesis dentro del PP que coincide con esta teoría, ya que consideran que la diferencia de 3 puntos que hubo entre populares y socialistas en las municipales del pasado 28-M es un espejismo que responde a la resistencia que le dio al PSOE la buena marca que conservan muchos de sus alcaldes.

Sirva como ejemplo de esta realidad lo que ocurrió en Andalucía. El PP logró 1,48 millones de votos, pero el PSOE se quedó con 1,3 sufragios en las municipales. El dato es bueno para un partido que hace sólo un año superó por poco los 800.000 votos en las autonómicas del 19 de junio. Si se descuenta el efecto positivo que dan los regidores y el voto más cercano de unas elecciones locales, hay quien ya mira al "incendio" que prenderá el 24 de julio. Hay que tener en cuenta que en Andalucía, uno de los viejos bastiones socialistas, el PP de Juanma Moreno arrasaría para convertirse en el principal granero de Alberto Núñez Feijóo. De los 61 escaños que se ponen en juego en la mayor comunidad del país, 27 o 28 serían para los populares, según el CIS, frente al botín de 18 o 20 que lograrían los socialistas. Y en el PSOE andaluz hay quien ya descuenta la ventaja que otorga Tezanos para barruntar, en privado, un resultado todavía peor.

Este cambio de color en Andalucía es una muestra de otra de las conclusiones que se pueden sacar de este CIS preelectoral elaborado a partir de más de 29.000 entrevistas. El líder popular está condiciones de cimentar su mayoría con una victoria en las comunidades donde el PSOE tuvo gobiernos municipales más duraderos. Además del caso andaluz, donde el cambio se produjo en 2018, son destacables los de Extremadura y Castila-La Mancha. En ambas comunidades, con una realidad sociológica similar a la andaluza, los socialistas gobernaron desde la restauración de la democracia hasta la anterior ola azul. Fue en 2011, cuando la crisis económica se llevó por delante casi todo el poder institucional del PSOE en las autonómicas y municipales de mayo, cuando el PP llegó al poder en estas dos regiones. Y aquello fue el anticipo de la mayoría absoluta de Mariano Rajoy.

La macroencuesta de Tezanos solo concede al PSOE dos victorias claras, la citada de Cataluña y la de Navarra. En Asturias y Baleares la horquilla de 2 a 3 escaños no deja clara la victoria entre PP y PSOE y en Canarias sín tendría cierta ventaja los socialistas. En la Rioja y en Cantabria hay un empate entre PP y PSOE a dos escaños. Y es reseñable el buen dato del partido del puño y la rosa en el País Vasco, aunque el reparto de escaños no deja un vencedor claro entre socialistas y las dos fuerzas nacionalistas de Euskadi, el PNV y EH Bildu.