El número 2 de Sumar por Madrid contradice punto por punto la posición de Yolanda Díaz sobre el Sáhara

A ojos de Yolanda Díaz, "Marruecos es una dictadura" y así lo dijo, en abril, ante las cámaras de La Sexta. A ojos de Agustín Santos, su número dos en la lista de Sumar, Marruecos es "un régimen de cosoberanía" entre el rey Mohamed VI y su pueblo. La Constitución de Marruecos de 2011 otorga, sin embargo, al monarca el grueso del poder ejecutivo y la práctica constitucional ha acrecentado aún más su autoridad. El soberano es además Comendador de los creyentes, es decir, jefe religioso de los musulmanes marroquíes.

Agustín Santos, de 68 años, hasta hace diez días embajador de España ante Naciones Unidas en Nueva York, es el fichaje estrella de la lideresa de Sumar, no solo como su segundo en la lista por Madrid, por delante de Íñigo Errejón (Más Madrid) y de Ione Belarra (Podemos), sino también para asesorarla en política exterior y relaciones Internacionales.

Justo antes de emprender viaje de regreso a Madrid para incorporarse a la campaña electoral, Santos dio el jueves, en un parque de Nueva York, su primera entrevista. Respondió allí a las preguntas del delegado de la agencia EFE con libertad porque ya había sido cesado como embajador. Contradijo punto por punto no solo anteriores declaraciones de Yolanda Díaz y del programa de Sumar, sino que además justificó el cambio de posición del presidente Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental.

La entrevista, que apenas tuvo eco en la prensa, circuló el viernes entre la militancia de Sumar, donde suscitó un gran malestar, y hasta el enfado de la número tres de la lista por Madrid, Tesh Sidi, de 29 años, española de origen saharaui, nacida en uno de los campamentos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia). "Tenemos que empezar a llamar a las cosas por su nombre, Marruecos es una dictadura y es la fuerza ocupante del Sáhara Occidental", declaró Sidi a El Confidencial en respuesta a las palabras del candidato al Congreso que le precede en la lista.

Santos dejó entrever que "no es realista" querer celebrar en el Sáhara Occidental un referéndum de autodeterminación cuando el censo de votantes, elaborado por la administración colonial española en 1974, no guarda, después de tantos años, casi relación con la realidad demográfica actual.

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Las declaraciones de Yolanda Díaz y el programa provisional de Sumar apuestan por alcanzar en el Sáhara "una solución justa, realista y acordada entre las partes que permita el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui". Este derecho solo se puede ejercer mediante un referéndum para el que se requiere un censo de votantes. "La excusa del censo es la que ha ido poniendo Marruecos —la fuerza ocupante— desde el minuto uno", replica Tesh Sidi. "Lo cierto es que ya se elaboró un censo, que está depositado en Ginebra, y que únicamente requeriría de una actualización", precisa.

La MINURSO, el contingente de Naciones Unidas desplegado en la antigua colonia española, acabó de actualizar el censo español en 1999. Identificó a 84.251 votantes, pero Marruecos puso tales trabas que el referéndum que pactó con el Frente Polisario, tras alcanzar un alto el fuego en 1991, no se celebró. Técnicamente, sería posible poner al día la lista de votantes elaborada hace 25 años, quitando a los fallecidos y añadiendo a sus descendientes.

Agustín Santos rechaza describir a Marruecos como una "dictadura" y afirma que las violaciones de derechos humanos que allí se producen son "casos individuales". Hoy en día hay en Marruecos tres periodistas influyentes encarcelados, así como un conocido activista de derechos humanos y varios youtubers y blogueros. Los presos de conciencia saharauis son 39. Entre mayo de 2017 y junio de 2018, la etapa más intensa de la represión de la revuelta del Rif, 798 rifeños, 158 de ellos menores, pasaron por las cárceles marroquíes, la mayoría solo durante unos meses. Los cuatro principales dirigentes de aquella protesta, empezando por su líder, Nasser Zefzafi, siguen aún detrás de los barrotes. Cuando Mohamed VI accedió al trono en 1999, ningún periodista estaba en prisión.

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Uno de los saharauis encarcelados por las autoridades marroquíes es Mohamed Tahlil, un familiar de Tesh Sidi. Ingresó en prisión en 2010 y, tres años después, fue condenado a 20 años por su participación en la revuelta de Gdaym Izik, un campamento de protesta que se erigió cerca en El Aaiún en el otoño de 2010. En su desmantelamiento murieron 11 antidisturbios marroquíes.

El exembajador de España ante la ONU sostiene que el giro del presidente Pedro Sánchez sobre el Sáhara, respaldando la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto, "no es tal porque sigue poniéndose a la ONU en el centro de cualquier eventual solución". En la carta que envió Sánchez, el 14 de marzo de 2022, al rey de Marruecos, da su apoyo a al plan de autonomía de Rabat para el Sáhara, una solución que sortea el referéndum de autodeterminación. Aunque ha ido edulcorando sus resoluciones sobre el Sáhara, el Consejo de Seguridad de la ONU reiteró de nuevo en la última, a finales de octubre, que el objetivo de un acuerdo entre las partes es "la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental".

A Agustín Santos no le parece, según EFE, que "sea correcto esperar de Marruecos alguna especie de contrapartida" al cambio de posición de España. A día de hoy no ha obtenido ninguna, excepto, de abril de 2022 a mayo de 2023, una disminución de la inmigración irregular, sobre todo la que llega a Canarias. "Ese cambio de postura no le ha reportado beneficios a España", recalca Tesh Sidi.

Alinearse con Marruecos en el contencioso del Sáhara fue una concesión importante porque España es la antigua potencia colonial y su cambio de posición puede tener un efecto de arrastre. Al dejar de ser equidistante ha pagado además un alto precio con Argelia, que dejó de importar mercancías españolas.

La opinión de Santos no es compartida por muchos diplomáticos, jubilados o en activo, y buena parte de los académicos o investigadores que siguen la política exterior. "No entiendo lo que ha hecho este gobierno al cambiar nuestra posición sobre el Sáhara", afirmó, por ejemplo, el 21 de junio en Barcelona, Jorge Dezcallar, que fue embajador en Rabat (1997-2001). "No veo qué ventajas hemos obtenido (...), creo que es un error muy grave", concluyó.

Israel es el último punto de discrepancia entre Agustín Santos y Tesh Sidi, que recoge la opinión mayoritaria en Sumar. El exembajador se resiste a calificar de apartheid el trato dado por Israel a los palestinos. Ese término, con el que se describía la segregación racial que imperaba en Suráfrica, es el que emplean grandes ONG de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch. "Claro que es apartheid", responde la activista de origen saharaui. No es casualidad, resalta, que "dos potencias ocupantes, como Marruecos e Israel, han establecido abiertamente una estrecha relación de cooperación militar y de seguridad".

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El lenguaje empleado por Agustín Santos recuerda, en cierta medida, al de su antiguo jefe, el exministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, hoy en día Alto Representante para la Alianza de las Civilizaciones de Naciones Unidas. Aunque no formaba parte del Gobierno español, las buenas relaciones de Moratinos con las autoridades marroquíes lo convirtieron, a principios de 2022, en uno de los artífices de la reconciliación hispano-marroquí, cuyo primer paso fue en envío de la carta a Mohamed VI.

Tesh Sidi intenta restar importancia a esta trayectoria. "No me incomoda formar parte de la misma lista que él", asegura. "Estoy esperanzada en ver cómo se pronuncia a partir de ahora", concluye.