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Vetos, cesiones y daños colaterales: todas las bajas de Yolanda Díaz en Sumar
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Elecciones generales del 23-J

Vetos, cesiones y daños colaterales: todas las bajas de Yolanda Díaz en Sumar

Jaume Asens o Antón Gómez Reino, dos estrechos colaboradores, se quedan fuera de la foto. Las direcciones de Podemos en Euskadi o Navarra tienen que tragar sapos, y los comunes asumen a Lilith Verstrynge en sus listas

Foto: Jaume Asens, Alberto Garzón e Ione Belarra. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Jaume Asens, Alberto Garzón e Ione Belarra. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El aterrizaje exprés del proyecto de Yolanda Díaz para las elecciones generales del 23-J ha dejado todo un reguero de damnificados, víctimas, directas o colaterales del terremoto que los comicios anticipados han causado en la izquierda, ya severamente golpeada el 28-M. Algunos de los aliados incondicionales de Yolanda Díaz, de Alberto Garzón a Jaume Asens o Antón Gómez Reino, pasando por dirigentes que asistieron al lanzamiento de su candidatura, en Magariños, como Juantxo López de Uralde, hoy se ven fuera de la foto. En otra categoría están dirigentes políticas como la ministra de Igualdad, Irene Montero, enemistada con Díaz mucho antes, y ya definitivamente apartada de las listas de Sumar al 23-J, mientras espera una nueva oportunidad para volver a la palestra.

Las malas expectativas electorales han achicado sensiblemente el campo de juego, la multiplicidad de actores los ha forzado a apelotonarse, y las pugnas propias del ecosistema de cada organización han hecho el resto. Donde antes vivían —y comían— cuatro fuerzas (Podemos, IU, los comunes y Alianza Verde), hoy debe haber espacio y recursos para una quincena, con las encuestas en contra. Era inevitable que la mayoría de los que han sido diputados en la XIV legislatura tuvieran que renunciar a revalidar el escaño, pero los movimientos han sorprendido incluso entre algunos de los que apostaron por Díaz desde el principio, y así lo asumen distintos dirigentes y exdirigentes del espacio político.

Foto: Ione Belarra, Irene Montero e Isabel Serra. (EFE/Fernando Villar)

Ernest Urtasun, portavoz de Sumar en la campaña, reconocía la pasada semana el importante número de "cesiones" registradas, pero entre distintas fuerzas y territorios alineados con Díaz iban más allá: "Donde ha habido negociación es en los sitios en los que partían alejados". En el resto, abundan, han tenido que tragar varios sapos, y en algunos casos se han mezclado variables como las propias dinámicas de sus organizaciones, que han acabado decantando la balanza en contra de figuras que lo apostaron todo a la carta Sumar.

Es el caso de IU, que se ha visto relegada al noveno puesto por Madrid, muy difícil de lograr, cuando sus dos principales figuras, Alberto Garzón y Enrique Santiago, han sido férreos valedores y defensores del proyecto de la vicepresidenta segunda. Durante meses, los dos trataron de rebajar el tono pese a los dardos de Podemos, los dos apostaron decididamente por confluir con Sumar. El primero renunció a ir en listas, en lo que se interpretó como una forma de marcarle el camino a Montero; el segundo venció incluso el pulso a la que iba a ser la heredera del puesto de Garzón en las listas madrileñas, la eurodiputada y portavoz de Izquierda Unida Sira Rego, que acabó descartando su presencia en la candidatura. Santiago, otro de los grandes valedores de Díaz, se ha visto encajado en la lista por Córdoba, y, en Andalucía, IU cuenta con apenas tres puestos de salida, aunque es su principal feudo.

Foto: Antón Gómez-Reino junto a Igleisias y Díaz en un acto en A Coruña. (EFE/Cabalar)

No estará tampoco Antón Gómez Reino, muy próximo a la vicepresidenta. Será Marta Lois quien ocupe el puesto de salida por A Coruña, y no el veterano diputado y exdirigente de Podemos. Y hasta última hora no se ha asegurado el hueco para Txema Guijarro, secretario general del grupo parlamentario y otrora integrante de la ejecutiva morada. Después de una dura batalla, incluida una recogida de firmas en su contra, apoyada por un ex secretario general de Podemos, Guijarro ha salvado los muebles. Ha sido la pieza central de la maquinaria parlamentaria, dejó la dirección de Podemos sin ruido y trató de engrasar un grupo casi imposible de gestionar. Su apuesta por Díaz, como en todos los casos anteriores, generó recelos de inmediato entre los morados. En este caso, el impacto de aceptar su presencia lo recibe Compromís.

Aina Vidal, portavoz adjunta en el Congreso, ha logrado imponerse a Jaume Asens, presidente del grupo esta legislatura, que aspiraba a ser cabeza de lista de los comunes. También se distanció de Podemos y apostó fuerte por Díaz. La formación de Ada Colau, cuya líder renunció a ir en listas pese a haber perdido la opción de revalidar la Alcaldía de Barcelona, también ha tenido que tragarse el sapo de incluir en sus listas, como número cuatro, a la secretaria de Organización de Podemos. Lilith Verstrynge está en el núcleo duro de Montero y Belarra, otrora férreas aliadas de la confluencia catalana de la que participa Podem.

Foto: Jaume Asens. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Por su parte, Juantxo López de Uralde (Alianza Verde) ha visto pasar ante sus ojos la opción de ir como cabeza de lista por Álava, un puesto que finalmente se adjudicó Podemos, y que está en liza, pero con pocas opciones de éxito hoy. Uralde asistió al acto de Díaz en Magariños, pero también se posicionó junto a Podemos en lo referente a los vetos a sus dirigentes. Los morados lo situaban nadando y guardando la ropa, y la presión de Equo —partido del que proviene Uralde— por situarse como fuerza referente para el ecologismo acabó decantando la balanza en su contra.

Tampoco Más Madrid sale bien parado, con un único puesto de salida para sus candidatos —el otro, para Íñigo Errejón, entra en su cuota, aunque el exdirigente morado milita en Más País—. La formación de Mónica García presumió de contar con cuatro puestos por Madrid, y de su afinidad con el número seis y gurú económico de Díaz, Carlos Martín, que cerró sus listas el 28-M de forma simbólica, como logros tras la negociación. Hoy reconocen que a sus militantes "les habría gustado ver a nuestros candidatos más arriba en las listas", pero se justifican en que su prioridad era "lograr el acuerdo lo antes posible".

Foto: Yolanda Díaz durante un acto de Sumar. (EFE)

Y esto, entre sus detractores incondicionales. Incluso entre dos de los territorios de Podemos que más han arropado a Díaz, Euskadi y Navarra, han tenido que tragar dos importantes sapos: los primeros, la designación de Lander Martínez, cercano colaborador de Díaz y ex secretario general morado identificado con el errejonismo, como número uno por Bizkaia. Martínez va en cuota de Sumar, pero la actual dirección no lo ve con buenos ojos, y alerta de que las bases tampoco.

El dirigente José Manuel de Pablos Bajo, miembro del Consejo Ciudadano en Euskadi, fue el más claro contra esta designación desde su perfil en Twitter: "En un giro inesperado de los acontecimientos en Euskadi, el errejonismo que dimitió por perder unas primarias puede volver a Euskadi de la mano de Yolanda Díaz sin necesidad de haberse presentado a unas primarias", escribió.

Tampoco es fácil de digerir para la dirección de Podemos en Navarra la presencia de la eurodiputada Idoia Villanueva como cabeza de lista. Una región que desde el principio se decantó por concurrir con Díaz, y que asumió la opción de tener que hacer campaña por Belarra, ahora tienen que hacerla por una integrante de su núcleo duro, pero sin la excusa de que sea la propia secretaria general morada, cuyo derecho a ir en listas no ha estado en cuestión.

Y la lista de defenestrados en el proceso de elaboración de lista crece si se tiene en cuenta a quienes ejercieron como némesis del proyecto de Díaz, o estuvieron demasiado cerca de la cúpula de Belarra, de Pablo Echenique a Ángela Rodríguez Pam, pasando por Rafa Mayoral. Díaz ha tenido que armar su puzle en tiempo récord, y récord es también la lista de bajas, sobre todo entre sus propias filas.

El aterrizaje exprés del proyecto de Yolanda Díaz para las elecciones generales del 23-J ha dejado todo un reguero de damnificados, víctimas, directas o colaterales del terremoto que los comicios anticipados han causado en la izquierda, ya severamente golpeada el 28-M. Algunos de los aliados incondicionales de Yolanda Díaz, de Alberto Garzón a Jaume Asens o Antón Gómez Reino, pasando por dirigentes que asistieron al lanzamiento de su candidatura, en Magariños, como Juantxo López de Uralde, hoy se ven fuera de la foto. En otra categoría están dirigentes políticas como la ministra de Igualdad, Irene Montero, enemistada con Díaz mucho antes, y ya definitivamente apartada de las listas de Sumar al 23-J, mientras espera una nueva oportunidad para volver a la palestra.

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