El voto joven en España gira hacia la derecha: "Combaten lo establecido"

La búsqueda del voto joven es una de las constantes en las campañas electorales. Y en esta ya han hecho su aparición mensajes específicos de todo el espectro político, desde Isabel Díaz Ayuso hasta Podemos. Los progresistas tienen una especial querencia por intentar conectar con este tipo de votante, por lo que muchas de sus propuestas, así como la puesta en escena, apelan a estos colectivos. Sin ir más lejos, las medidas anunciadas por Pedro Sánchez esta semana, referidas al Interrail y la vivienda, van destinadas a ese público, aunque limite su alcance a los de cierto nivel adquisitivo, esos que pueden permitirse viajar por Europa o que disponen de los recursos necesarios para adquirir una vivienda.

Sin embargo, en un momento de cambios políticos y culturales, la juventud también es objeto de disputa y muchas de las ideas que la sociedad se había hecho sobre ella están modificándose. La generación del 15-M trasladó la idea de que llegaba una nueva época, que los vientos del cambio traían nuevas perspectivas y que el progreso era una metáfora dominante. Tanto la derecha como la izquierda acogieron esta mirada, aunque lo que entendían por cambio y avance formaciones como Podemos o Ciudadanos tuviera contenidos muy distintos. Pero, en general, parecía que las generaciones jóvenes, más abiertas, se inclinaban hacia la izquierda.

Una juventud reactiva

Han pasado ya más de diez años desde el 15-M y casi una década de la entrada de Podemos en la política, y los resultados distan mucho de los anunciados. Los dos principales partidos han resistido mucho mejor que sus rivales, los nuevos partidos, y en cuanto a las creencias ideológicas, los posicionamientos actuales distan de esa transformación progresista que se presagiaba. Cada generación suele ser distinta de su precedente y, muy a menudo, contiene cierta reacción frente a ella.

"En el segmento de edad que va de los 18 a los 25 años, la derecha supera claramente a la izquierda por más de diez puntos"

En el caso español, asegura Metroscopia, el segmento más joven, los nacidos a partir del año 1997, esos que "suelen estar en la fase inicial del proceso de incorporación al mercado laboral y tienen una mayor vinculación con la protección familiar", está aún por movilizar: "Cerca del 50% no elige ningún partido cuando se le pregunta por su intención de voto". Sin embargo, según las encuestas que están realizando, entre los que votan, la preferencia es evidente: "La derecha es claramente superior a la izquierda por más de 10 puntos y el PP es el partido de referencia en ese estrato".

Esta tendencia a la derechización del voto más joven, en el que también Vox juega un papel muy importante, tiene varias causas, pero la más relevante, en especial entre los varones, es la reacción contra un discurso que perciben dominante. Como afirma Andrés Medina, de Metroscopia, "están cansados de la catequesis: lo que perciben es que les dicen desde la esfera pública cómo comportarse, qué comer, cómo vestirse o qué deben pensar y reaccionan contra ello". En ese sentido, la insistencia en el discurso público en temas como el feminismo o el cambio climático estaría llevando a una reacción en sentido contrario: los jóvenes que se politizan lo hacen desde una perspectiva de resistencia.

"Los jóvenes se rebelan contra lo establecido. Ahora perciben a las élites como progresistas y votan a los partidos que las combaten"

Así lo creen en GAD3, ya que la derechización del voto joven funciona desde la rebeldía. "Del mismo modo que hubo generaciones que votaban a la izquierda como reacción contra el franquismo, ahora se rebelan contra lo woke o la agenda 2030. Y no es tanto porque sean machistas o porque estén en contra de la sostenibilidad, que suelen estar a favor, sino que reaccionan contra lo que perciben como un exceso institucional", asegura María Martín Revuelta, de GAD3. "Los jóvenes siempre se rebelan contra lo establecido, y ahora perciben a las élites como progresistas y votan a los partidos que combaten a esas élites".

Los menores de 25 años tienen, además, una característica propia. Como explica Ignacio Varela, analista político y experto electoral, "no han conocido, como adultos, el mundo del bipartidismo. Cuando llegaron a la política ya estaban Podemos, Ciudadanos y Vox, y ese es el entorno que han vivido desde el principio". Es una generación más optimista, que está preocupada por el cambio climático, y que cree en las soluciones tecnológicas, pero que también tiende a cuestionar el sistema, por lo que suelen simpatizar con posiciones más extremas. Lo que queda de Podemos está fuerte en ese estrato, y Vox tiene mucho peso".

La generación frustrada

Este giro ideológico tiene un segundo escalón, el de las generaciones que sí conocieron el 15-M, que son también las que sufrieron la crisis financiera, las que se incorporaron con retraso a trabajos inestables y las que sufren los problemas de vivienda. Viven, apunta Varela, "en la precariedad vital y el futuro se ha convertido en un problema".

"La principal diferencia es que, en el grupo que va desde los 27 hasta los 35, Vox es el partido de referencia a la hora de votar"

Ese estrato de la población se derechizó hace tiempo, ya que las expectativas rotas y la sensación de estar anclados en un espacio indefinido llevó a que acogieran las opciones antisistema. Como asegura Andrés Medina, el grupo que va desde los 27 hasta los 35 años, "tiene un comportamiento en términos de bloques similar, aunque no tan acentuado. Están más movilizados y la distancia es mucho menor, alrededor de 6 puntos de ventaja de la derecha sobre la izquierda. La principal diferencia es que, en este caso, Vox es el partido de referencia".

El factor diferencial

Sin embargo, en ambos grupos de edad, hay una variable más que debe tenerse muy en cuenta: "El sexo es un factor diferencial, ya que el voto masculino es claramente de derechas, pero los bloques quedan mucho más igualados en el femenino".

Según Martín Revuelta, "la mujer es más bipartidista, mientras que el hombre menor de 40 años antes era sobre todo de Podemos, y ahora es de Vox". El crecimiento de los de Abascal entre los varones de esas edades es grande, y concentra hasta el 70% de su voto, por ese efecto de rechazo de las élites en temas como el feminismo, el ámbito rural o la agenda 2030".

El elemento generacional es uno de los cuatro cortes básicos que determinan el voto; los otros son el tecnológico, el demográfico (urbano/rural) y el de estabilidad/precariedad. Sin embargo, la edad es un factor muy significativo. Como señala Varela, los 45 años marcan una línea que divide dos Españas: de esa edad hacia arriba y hacia abajo, aparecen "universos muy distintos, en creencias políticas, aficiones, modos de vida, pautas culturales, percepciones sociales y estados de ánimo".